Las palabras me han dejado plantado como novia de rancho
L
I
O
E
Z
B R
R A
E M
DE
Las palabras no van a salvarme. Me he
resignado a la imposibilidad de hacerlas fungir como balsas providenciales en
la helada altamar. Las palabras deberían redimirme, hacerme atravesar umbrales,
dotarme de alas y aletas. Las palabras son viles alcahuetas, desvergonzadas
calientahuevos. Las palabras me han dejado plantado como novia de rancho cuando
más las necesito. Palabras desparramadas como la arena que nunca será castillo,
palabras como colas cortadas de lagartijas reptando en la ardiente banqueta.
Pura palabra mostrenca, pura palabra errabunda, pordiosera y orejana. Palabras
en pedacería, morusa de polvo sobre alfombras puercas. Palabras incapaces de
conjurar naufragios y desbarrancaderos, aferradas a salirse por la tangente, a
buscar escaleras celestiales en vías muertas.