Eterno Retorno

Saturday, December 22, 2007

Una Navidad de tripas corazón.

Mi primera Navidad absolutamente estoica.

En las navidades tiendo a volverme más ateo (si es que la ateología puede medirse en grados) pero lo cierto es que anoche sí pude decir que Dios o el Diablo fueron mis copilotos e inexplicablemente me llevaron ileso a casa luego de mi primera y única posada de la temporada y mi primer exceso en mucho tiempo. Tras semanas de sobriedad extrema, media botella de Jack y una carretera oscura atiborrada de neblina parecían ser mi definitivo pasaporte al Infierno. Pero mi copiloto fantasma decidió que el Infierno debe esperarme un poco más.

La Historiadora
Elizabeth Kostova

Por Daniel Salinas Basave
dsalinas@frontera.info


Los best seller son como la comida chatarra. A veces pueden saber ricos y si uno anda con antojo, en una de esas hasta deliciosos resultan, aunque pasarse la vida entera en sus páginas no contribuye en absoluto a una buena nutrición literaria. Pero claro, hasta en la comida rápida hay categorías en este mundo. Hay best seller, acaso deba decir la mayoría, que son auténtica chatarra, productos absolutamente desechables emparentados con el peor Hollywood. Pero hay otros que sin ser necesariamente obras de arte y sin perder su obvia vocación mercantilista, no son tan ñoños y complacientes e incluso apuestan por un lector un poco más exigente. Quién sabe si La Historiadora de Elizabeth Kostova se convierta en un clásico gótico o sea polvo en el viento como lo han sido la mayoría de los malos imitadores de Bram Stoker, aunque por lo menos puede decirse que esta autora estadounidense rompió los clichés típicos del vampirismo. Sí, el personaje principal es Vlad Tepes el Empalador, el mismo que inspiró a Stoker para crear su Drácula, sin embargo con Kostova no hay sangre, ni colmillos, ni estacas traspasando cuerpos. ¿Hay vampirismo sin colmillos? Lo de Kostova no es en definitiva lo macabro, aunque en su larga novela es omnipresente la sombra del horror y acaso sea eso lo más perturbador. El horror que se intuye como una presencia oculta puede causar más pesadillas que la descripción de lo macabro. La Historiadora, como todo buen best seller, se las arregla para atrapar, lo que no deja de ser meritorio tratándose de un libro tan largo y de entrada tan lento. La agilidad y la brevedad no son las virtudes de Kostova. Al típico cazador de best seller de acción, el libro puede resultarle de entrada tan denso como el discurso de un académico. No hay cementerios ni cámaras mortuorias y sí en cambio muchas aulas universitarias y sobre todo bibliotecas. Kostova, o su personaje principal en rigurosa primera persona, planeta de entrada un enigma heredado del pasado que le ha llevado años resolver. Un viejo y misterioso libro con la imagen de un dragón desencadena todo, aunque el todo sea la historia de cómo se escribió la historia. El libro envuelve, atrapa lentamente, aunque la verdad es que, contrario a lo que sucede con todo best seller, clímax no hay. En lo personal, me quedo con las descripciones de las ciudades y costumbres de Europa del Este. Una novela de vampiros sin sangre y un libro de misterio que disfruté más como diario de viaje.

Monday, December 17, 2007

Hartas huellas mías en la playa. Desde la altura del centro mismo de Rosarito caminé por la playa hasta mi casa. Únicamente dejé el litoral cuando fui interrumpido por la pestilente termoeléctrica. Fuera de eso, caminé unos diez kilómetros por la arena hasta llegar a Baja Malibú. No hay terapia mejor. Tal vez no expulse demonios, pero te ayuda a llevarte mejor con ellos Durante la caminata mi iPod tocó 68 canciones en aleatorio y mi mente voló muy lejos.
Morris vive. Hay que combatir el día a día y considerar cada amanecer un triunfo. Ya no se trata de preguntarse cuánto tiempo más. Se trata de vivir cada minuto y disfrutar los últimos instantes.

Sobria Navidad. He bebido una botella de cerveza en 18 días y algo así como siete u ocho vasos de Jack Daniels, lo que tratándose de mí equivale a nada.


Siento inmediata desconfianza, por no hablar de franca repulsión, sobre aquellos hombres que al saludar ofrecen una mano flácida y no miran a los ojos. El saludo debe ser duro y mirando de frente. Esta mañana comprobé una vez más que Felipe Calderón Hinojosa saluda como niña. Una manita débil, carente de convencimiento y una mirada evasiva es lo que te ofrece el primer mandatario. Tercera visita de Calderón a Tijuana y puro pan con lo mismo. Sí, un discursito un poco más enérgico hacia la política migratoria de Estados Unidos, pero que al fin y al cabo hará lo que el aire a Juárez. Sobre los secuestros y ejecuciones en Tijuana repitió textualmente frases dichas en anteriores visitas. Patético y desesperanzador. Ja, ja. “Mi gobierno aspira a crear las condiciones para que ningún mexicano tenga que migrar por falta de oportunidades”. ¿Alguien le ha contado el genocidio laboral que traerá consigo su reforma fiscal? En 2008 seremos el triple de mexicanos los que tendremos que largarnos al carajo. Firmo la apuesta. Yo mismo cada vez me siento más identificado con los migrantes cuando analizo la reforma fiscal, pues se que tarde o temprano este país nos orillará a largarnos. Y sí, es obvio, los gusanos zurdos salen debajo de la tierra y me dicen “te lo dije, AMLO era mejor opción”. Cierto, estoy muy decepcionado de Felipe, pero sigo sosteniendo que AMLO hubiera representado una catástrofe mayor. ¿No habría convenido más Madrazo y la mafia hankista de Atlacomulco? En fin, yo sólo le pongo velitas a Rodríguez Zapatero para que se de prisa con su reforma migratoria y me de mi pasaporte de una buena vez por todas.


Dos libros bien panzones han caído en mis manos este día, ambos a préstamo, así que tarea tengo harta. Por cortesía de mi compañera Tania de la Cruz llega a mis manos El libro negro de Orhan Pamuk, ejemplar al que desde hace un buen rato le traía ganas.
Y luego mi colega Ángel Ruiz (quien milita hoy en día en las filas gubernamentales) me ha pasado la novela La Historiadora a cambio de una recopilación de Lovecraft que le pasé. Al mismo tiempo leo El turno del escriba y en mi buró se amontonan lecturas a medias sobre Brujas y demonios, sueños borgeanos, relecturas de Blake. Hay más lectura que tiempo de vida. Mi compa Octavio me ha hecho llegar nuevos discos. El de los italianos Cadaveria es tan bueno, que entrará completo a mi iPod (que se encuentra en plena fase de recorte, administrando el miserable GB que le queda) El par de discos de los suecos Siebenbürgen entrarán dosificados, lo mismo que el nuevo de los noruegos Dark Throne, que suenan cada vez más punketos. Por si fuera poco, yo saturo aún más la cajita de música con nuevas adquisiciones. Nuevo de Mago de Oz (Ciudad de los Árboles) Disco de Tarja en solitario y un conciertito nostálgico de Over Kill (in union we stand metaleros)