Pasos de Gutenberg
El baile de la Victoria
Antonio Skarmeta
Planeta
Por Daniel Salinas Basave
Este libro le puede gustar a cualquiera. Imagínenlo como una chica guapa, de conversación amena y agradable compañía. La verdad es que no veo cómo a alguien le pueda caer mal. Cierto, tal vez no sea un monumento a la profundidad ni una oda a la trascendencia ni está destinada a ser una novela-tatuaje, de esas que marcan la vida y son capaces de engancharnos en compulsivas relecturas, pero tiene el don de agradar a la primera. Amor, aventura, desengaño,suspenso, lindos sentimientos. Nada nuevo bajo el Sol aparte del buen sabor de boca. Vamos, es una novela light, fácil, sin demasiadas exigencias, perfecta para un Hollywood. ¿La habrán llevado ya a la pantalla? Elementos no le faltan y hasta es fácil imaginarse a los actores. La película ideal que sin duda gustará a una novia romántica. Una novela que puede resultar excelente compañera de viaje y que fue sin duda mi mejor elección para el trayecto Tijuana-Monterrey. El chileno Antonio Skarmeta construye personajes que irremediablemente enamoran y se enamoran, Con Skarmeta, al final de cuentas, el amor es el gran triunfador, sin que eso implique necesariamente un final feliz para los personajes. Vaya, no son los personajes los que triunfan sino la luz del amor la que se impone. Si millones se enamoraron del Cartero de Neruda, puedo asegurar que Victoria, Santiago y Vergara deben haberse hecho ya de una buena legión de seguidores. En los personajes de Skarmeta brillan ante todo los buenos sentimentos. Físcamente agraciados, bien intencionados, de una pieza,tipos de fiar aunque sean ladrones. Personajes de fantasía, prófugos de cuento de hadas. La histroria comienza en una cárcel chilena el día en que se otorga el beneficio de la liberación a reos con buena conducta. Ángel Santiago, un cuatrero de 20 años y Vegara Gray, un experto abridor de cajas fuertes, descubren, en las calles de Santiago, que la libertad es a veces, como dice Corcovado, la cárcel más grande de todas las cárceles. Seductor, campirano e insolente, Ángel Santiago sale de la prisión ruminado su venganza, sin saber que el alcaíde ya lo ha condenado a muerte. Elegante, anticuado, con la galanura de los gangsters de los años 30, el viejo Vergara Gray sale a cobrar la parte que le corresponde de su último golpe y a hacer efectivo el millón de dólares que costó su silencio en prisión. Cuando la libertad y el frío de Santiago en junio los abofetea, las vidas de estos dos expresidiarios quedan unidas en un solo camino llamado Victoria. 17 años, soñadora, desafiante y por supuesto bella, Victoria es una bailarina que ha desertado de la escuela y tiene más de un tornillo suelto. El resto de la historia lo pueden intuir. Dos ladrones buenos, una niña guapa, unos malhechores, un traidor y 376 páginas que se consumen más rápido que un cigarro en el viento.
El baile de la Victoria
Antonio Skarmeta
Planeta
Por Daniel Salinas Basave
Este libro le puede gustar a cualquiera. Imagínenlo como una chica guapa, de conversación amena y agradable compañía. La verdad es que no veo cómo a alguien le pueda caer mal. Cierto, tal vez no sea un monumento a la profundidad ni una oda a la trascendencia ni está destinada a ser una novela-tatuaje, de esas que marcan la vida y son capaces de engancharnos en compulsivas relecturas, pero tiene el don de agradar a la primera. Amor, aventura, desengaño,suspenso, lindos sentimientos. Nada nuevo bajo el Sol aparte del buen sabor de boca. Vamos, es una novela light, fácil, sin demasiadas exigencias, perfecta para un Hollywood. ¿La habrán llevado ya a la pantalla? Elementos no le faltan y hasta es fácil imaginarse a los actores. La película ideal que sin duda gustará a una novia romántica. Una novela que puede resultar excelente compañera de viaje y que fue sin duda mi mejor elección para el trayecto Tijuana-Monterrey. El chileno Antonio Skarmeta construye personajes que irremediablemente enamoran y se enamoran, Con Skarmeta, al final de cuentas, el amor es el gran triunfador, sin que eso implique necesariamente un final feliz para los personajes. Vaya, no son los personajes los que triunfan sino la luz del amor la que se impone. Si millones se enamoraron del Cartero de Neruda, puedo asegurar que Victoria, Santiago y Vergara deben haberse hecho ya de una buena legión de seguidores. En los personajes de Skarmeta brillan ante todo los buenos sentimentos. Físcamente agraciados, bien intencionados, de una pieza,tipos de fiar aunque sean ladrones. Personajes de fantasía, prófugos de cuento de hadas. La histroria comienza en una cárcel chilena el día en que se otorga el beneficio de la liberación a reos con buena conducta. Ángel Santiago, un cuatrero de 20 años y Vegara Gray, un experto abridor de cajas fuertes, descubren, en las calles de Santiago, que la libertad es a veces, como dice Corcovado, la cárcel más grande de todas las cárceles. Seductor, campirano e insolente, Ángel Santiago sale de la prisión ruminado su venganza, sin saber que el alcaíde ya lo ha condenado a muerte. Elegante, anticuado, con la galanura de los gangsters de los años 30, el viejo Vergara Gray sale a cobrar la parte que le corresponde de su último golpe y a hacer efectivo el millón de dólares que costó su silencio en prisión. Cuando la libertad y el frío de Santiago en junio los abofetea, las vidas de estos dos expresidiarios quedan unidas en un solo camino llamado Victoria. 17 años, soñadora, desafiante y por supuesto bella, Victoria es una bailarina que ha desertado de la escuela y tiene más de un tornillo suelto. El resto de la historia lo pueden intuir. Dos ladrones buenos, una niña guapa, unos malhechores, un traidor y 376 páginas que se consumen más rápido que un cigarro en el viento.