No hay ni una Guiness en el refri, pero por fortuna sobreviven unos tragos de Jameson, unas bolsitas de té negro y unas cuantas letras prófugas de una húmeda isla para armarle un altarcito a San Patricio en este día. Claro, la obviedad es pensar primero en Joyce y luego en Beckett, Yeats, Shaw, Wilde o Swift, pero estos canijos celtas de los tréboles, la cerveza oscura y los riñones fritos le han dado un chingo de librazos a este mundo. Ponte a dar un repaso a ojo de pajarraco y concluirás que en verdad son un putamadral de cuentos, novelas y obras teatrales. Desde el canto de cisne del gótico romántico encarnado en Charles Robert Maturin y su Melmoth el Errabundo, a los vampiros victorianos de Bram Stoker y Sheridan Le Fanu, pasando por Banville y su heterónimo policiaco Benjamin Black, o Connolly y sus demonios. Buenos pa contar historias los irlandeses. Creo que la única cosa ñoña y fresoide que han parido los hijos de Patricio es U2. Tiempo de escuchar Dropkick Murphys (la Irlanda más irlandesa está en Boston) y leer El crepúsculo celta. También el San Pato tijuano nos ha regalado una lluvia mañanera para despedir el invierno.
Saturday, March 17, 2018
No hay ni una Guiness en el refri, pero por fortuna sobreviven unos tragos de Jameson, unas bolsitas de té negro y unas cuantas letras prófugas de una húmeda isla para armarle un altarcito a San Patricio en este día. Claro, la obviedad es pensar primero en Joyce y luego en Beckett, Yeats, Shaw, Wilde o Swift, pero estos canijos celtas de los tréboles, la cerveza oscura y los riñones fritos le han dado un chingo de librazos a este mundo. Ponte a dar un repaso a ojo de pajarraco y concluirás que en verdad son un putamadral de cuentos, novelas y obras teatrales. Desde el canto de cisne del gótico romántico encarnado en Charles Robert Maturin y su Melmoth el Errabundo, a los vampiros victorianos de Bram Stoker y Sheridan Le Fanu, pasando por Banville y su heterónimo policiaco Benjamin Black, o Connolly y sus demonios. Buenos pa contar historias los irlandeses. Creo que la única cosa ñoña y fresoide que han parido los hijos de Patricio es U2. Tiempo de escuchar Dropkick Murphys (la Irlanda más irlandesa está en Boston) y leer El crepúsculo celta. También el San Pato tijuano nos ha regalado una lluvia mañanera para despedir el invierno.

