Eterno Retorno

Thursday, January 19, 2006

¿Qué es la poesía?
Introducción filosófica a la poética
Agustín Basave Fernández del Valle
Fondo de Cultura Económica

El instante preciso en que se lee un libro es irrepetible. La forma en que se produce esa mágica comunión con el lector está regida por circunstancias únicas. De ahí que la relectura sea, las más de las veces, una nueva aventura, el redescubrimiento de un camino que creíamos andando y que de pronto nos da la impresión de estar pintado con otros colores, iluminado por otra luz., habitado por otro espíritu.
En los últimos meses me he dado a la tarea de releer algunos libros de Agustín Basave Fernández del Valle y la relectura ha ido más allá del redescubrimiento. Especial emoción me ha producido el adentrarme nuevamente en las páginas de ¿Qué es la poesía?.
Todos hablamos de poesía y si buceamos un poco en la memoria, caeremos en la cuenta de que somos capaces de memorizar, al menos parcialmente, un poema que evoca imágenes y toca fibras sensibles de la misma forma que una vieja canción puede producir, al menos por unos segundos, la resurrección de un instante. La poesía está ahí, oculta pero omnipresente, acechando nuestras vidas, saliendo al paso en el entorno más improbable. Pero acaso no hemos tratado de respondernos a nosotros mismos, más allá de una aburrida definición de curso de literatura, qué es realmente la poesía. He aquí las preguntas y respuestas de un filósofo que escarba en el fenómeno poético.
La filosofía nace del cuestionamiento y el autocuestionamiento. Mayéutica pura. La pluma de Basave se adentra en las profundidades de un abrupto bosque abriendo un sendero con preguntas, pues es sólo mediante el perpetuo signo de interrogación que se logran desenterrar los grandes misterios. ¿Qué es la poesía? Así, partiendo de esta pregunta fundamental, Basave nos regala su introducción filosófica a la poética.
Aunque las contraportadas suelen mentir, debo admitir que la de este libro planteó una idea aterradora que se quedó dando vueltas en mi cabeza. ¿Qué pasaría si la poesía desapareciera de la faz de la tierra?. Sin duda, nos dice Basave, la existencia humana se tornaría desolada, incompleta, triste.
Cierto, la poesía, afirma el autor, no es la única razón de vivir, pero sí es uno de los motivos esenciales que dignifica y embellece la existencia de los seres humanos.
Con esta premisa en las alforjas, emprendemos el camino en busca de la esencia de lo poético. El mundo de la poesía se configura no solo con el poeta, sino también con el lector, con el intérprete, con el crítico y en este caso, con el filósofo y al filósofo lo que le interesa es ir a las últimas causas y a los supremos principios del poema. Desentrañar la significación y el sentido del complejo verbal. ¿Acepta usted el reto?
Poesía no es un lenguaje de lo sentimental cualquiera, señala Basave. Tampoco basta decir que la poesía es el arte que se manifiesta por la palabra, aunque ciertamente que la poesía es arte. A lo largo de más de 360 páginas Basave nos lleva por la significación y sentido de la poesía, antes de emprender un mágico peregrinaje por las páginas de Byron, Petrarca, Huidobro, Dante, Schiller, Baudelaire, Machado, Quevedo, Unamuno, Poe, López Velarde y Neruda entre otros tantos.
Si gusta usted de la poesía, emprenda la aventura de este ensayo. Es una inmejorable puerta de entrada a la obra de más de 40 libros de Agustín Basave Fernández del Valle, un Quijote de la filosofía que ya no está entre nosotros. Basave murió el pasado 14 de enero. Su ultimo libro, La civilización del amor, está ya en la imprenta. Él se ha ido. Su herencia es eterna y en cada relectura descubro, aún con más intensidad, a un verdadero enamorado de la sabiduría.

Tuesday, January 17, 2006

Todo se ha consumado. Murió mi Abuelo. Creo que pese la evidencia, en algún lugar de mi alma se albergaba prófuga e insurrecta una esperanza de verlo superar el trance. No puedo decir que la noticia me tomó por sorpresa, sin embargo algo de mí se aferraba a creer en el milagro que al final no se produjo.

El pasado 1 de enero en Monterrey me despedí de él sabiendo que sería la última vez. Me fui de ahí consciente de que no se levantaría de ese lecho. Sólo ahora caigo en la cuenta de que la dureza y la aceptación son sólo anestésicos para distraer al alma. Pese a mi plena conciencia del final, hubiera deseado muchísimo que éste no llegara nunca.

Me la he pasado consolándome, diciéndome una y otra vez que la prolongación de tanto sufrimiento no puedes desearla a quien amas. En fin de año lo vi doliente, agonizante, pero terriblemente aferrado a la vida y ni siquiera el rictus de dolor era tan poderoso como para ocultar sus ganas de seguir en este mundo. Él jamás se entregó a la muerte y se aferró a la vida aún a costa del sufrimiento. ¿Qué nos creemos entonces para desear su descanso y el fin del dolor? Con todo y la Cruz a cuestas, se que él hubiera aguantando muchos días más de sufrimiento con tal de estar vivo para presentar su nuevo libro, La Civilización del Amor.

Mi coraza de anestesia se derrumba. El inconsciente acaba por hacernos jugarretas y tirarnos de un soplido nuestro castillito de resistencia contra el asalto de la tristeza. Todas estas noches he tenido sueños alucinantes, desgarradores de tan reales, en donde siempre aparece como figura central mi Abuelo. Sin embargo el de anoche fue algo sacramental, aunque por una suerte de superstición no suelo dar detalles oníricos.
Despojado de armaduras, no me queda más que mirar al cielo y escuchar el rugir del mar en la mitad de la noche. Esta noche el lenguaje es herramienta inútil. Las palabras se han sublevado y ya me quedó claro que no serán ellas quienes me rediman.

Sólo me queda el recuerdo de su mano sobre mi rostro, de su voz que se aferraba a expresarse. Y la vida, la vida escapándose poco a poco de ese cuerpo, como la vela en la tormenta emitiendo su último destello en las tinieblas. Y no se por qué, los recuerdos me arrastran como la corriente del mar y me llevan irremediablemente a la infancia, a la casa de Río San Juan, a la imagen del Abuelo que almacenaba dulces en su cuarto, al que visitaba la mesa de la alegría, al que podía pasar un día entero escribiendo en su biblioteca.

No soy quien para hablar del filósofo. Aunque me he dado a la tarea de releer sus libros, no me corresponde ni tengo la mínima estatura intelectual para hablar de su obra.
Sólo me queda afirmar una vez más que optar por el amor a la sabiduría en Monterrey podría ser visto a la distancia como emprender un proyecto de arados en el mar. Traer la filosofía a una ciudad de indigentes culturales obsesionados por el dinero que han bautizado sus principales avenidas con los nombres de avaros explotadores, es algo más que una hazaña quijotesca. Y eso es lo que él fue toda su vida: Un Señor Quijote.
En un México que se ha dado a la tarea de de transformar en becerros de oro a solemnes mediócratas lambiscones, creo que me sobran cuatro dedos de una mano para contar filósofos con una obra de más de 40 libros que transformaron generaciones enteras de humanistas, acaso más en el extranjero que en México

Pero hoy me dedico a recordar al hombre que jamás me negó su tiempo para escucharme y aconsejarme, al que acompañaba a cruzar caminando el puente Miravalle rumbo a la Iglesia de Fátima, al que me llevaba al futbol, al que me enseño el Quijote y la Divina Comedia, que me regaló libros y que siempre me exhortó a buscar la plena realización vocacional. Tomo en mis manos sus libros, leo sus dedicatorias en la primera página y en todos coincide en expresar su deseo por mi plena realización vocacional. Aún en los últimos días esasofueron sus palabras hacia mí: ¿Sientes que estás cumpliendo tu vocación? Me hubiera partido el alma responderle la verdad, decirle no, no la he encontrado ni la he cumplido. También podría decirle que me siento más sólo que nunca ¿Cómo puedes sentirte cuando te falta aquel que ha construido lo poco que eres? ¿A dónde ir cuando se apagó la luz del faro que trazó tu ruta de navegación en la existencia?

Hay personas a las que amas. Otras, muy pocas, a las que te debes en todo tu ser. Hay personas que con su sola presencia definieron tu camino, aunque al final, hayas acabado por errarlo.

Hoy yo no puedo hablar. Me quedo con lo que escribieron los coelgas periodistas de Monterrey.

Muere figura regia de la filosofía
María Luisa Medellín
Monterrey, México (15 enero 2006).- Agustín Basave Fernández del Valle, una de las grandes figuras de la filosofía mexicana contemporánea y creador de una nueva antropología filosófica con raíz cristiana, murió anoche a las 20:50 horas a causa de una insuficiencia renal terminal.Sus restos mortales serán velados a partir de hoy a las 11:00 horas en las Capillas Benito M. Flores, informó su hijo, el político y ex diplomático Agustín Basave Benítez.El pensador, quien nació en Guadalajara el 3 de agosto de 1923, pero considerado regiomontano por adopción, falleció convencido de que lo más importante y satisfactorio en la existencia humana es conocer a Dios.Sus padres fueron el arquitecto Agustín Basave y Margarita Fernández del Valle, matrimonio de una acentuada espiritualidad.Basave Fernández del Valle se graduó como licenciado en Ciencias Jurídicas por la UANL, en 1946; obtuvo el doctorado en Derecho por la Universidad Central de Madrid; en Filosofía, por la Universidad de Yucatán, en 1964; y en Filosofía y Letras, por la Universidad Internacional de Santo Domingo.Su pensamiento cristiano fue formado bajo la influencia de San Agustín y Santo Tomás de Aquino.Siendo adolescente llegó a radicar a Monterrey, aunque esta ciudad le parecía adversa por su hostilidad hacia las humanidades.Con los años, las montañas le hicieron amar a esta urbe industrial.Aquí contrajo matrimonio y tuvo a sus ocho hijos. Le sobrevive también Patricia, su ahora viuda.Sus actividades se concentraron en la enseñanza y el ensayo de carácter filosófico, además de ser notario público, conferencista y profesor huésped de filosofía y derecho en universidades de varios países del mundo.Fue catedrático de filosofía, derecho y antropología filosófica en el Tec de Monterrey y en la UR, y director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, de 1961 a 1967, la misma que fundó, al igual que del Centro de Estudios Humanísticos.En la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Máxima Casa de Estudios desentrañó problemas filosóficos de la teoría general del Estado y filosofía del derecho, de la que fue conocedor profundo.A partir de este año, la institución otorga una medalla que lleva el nombre del filósofo a los graduados del doctorado, que él fundó.Basave obtuvo un sinnúmero de condecoraciones, distinciones, títulos profesionales y grados académicos, y perteneció a diversas academias de ciencias nacionales y extranjeras.Fue miembro titular del Instituto de Cultura Hispánica de Madrid y Embajador Extraordinario de México.Perteneció a la Academia Mexicana de la Lengua, a la Academia Nacional de Ciencias de México, y a la Real Academia de Bellas Artes de España.Recibió entre otras distinciones la de Comendador de la Orden de Alfonso X El Sabio, en España, el premio mundial Aletheia por la Academia Internacional de Filosofía y una condecoración por la orden de San Gregorio Magno por el Papa Juan Pablo II.Su búsqueda constante acerca del sentido de la vida y la muerte quedó impreso en sus más de 40 obras, algunas de ellas: Filosofía del Hombre (1957), Metafísica de la Muerte (1965), Existencialistas y Existencialismo (1958) e Ideario Filosófico (1961).


Despiden con aplausos a Basave (El Norte Silvia Ruano)

Un fuerte aplauso cargado con el agradecimiento y el cariño de la comunidad universitaria de la UANL rompió con la solemnidad de la última visita de Agustín Basave Fernández del Valle a la emblemática Capilla Alfonsina.El cuerpo del filósofo, abogado y humanista, quien murió el sábado por la noche a los 82 años de edad tras una larga lucha contra una insuficiencia renal, llegó ayer por la mañana a Ciudad Universitaria.Ahí directivos, autoridades académicas, docentes, alumnos y ex alumnos le rindieron tributo antes de darle el último adiós.Acompañado por familiares y amigos, el féretro del autor de más de 40 libros y formador de generaciones de abogados y filósofos, no sólo en la UANL sino en la UR, UDEM y el Tec de Monterrey, se introdujo a las 10:00 a la Capilla donde diferentes grupos hicieron guardias de honor y el Rector de la Máxima Casa de Estudios, José Antonio González, reconoció su labor.La ausencia física del Dr. Basave es desde ahora presencia permanente de su pensamiento universal que deja indeleble huella, expresó antes de anunciar, en entrevista, que propondrá al Consejo Universitario la instalación de un busto del filósofo y quizá un premio o medalla que lleve su nombre.Cuando el acto concluyó, la gente reunida en el lugar acompañó a pie, y en silencio, al féretro a bordo de la carroza fúnebre. Al doblar la esquina, el aplauso surgió espontáneo.Lo mismo ocurrió más tarde, cuando tras la misa de cuerpo presente que presidió el Obispo Auxiliar Gustavo Rodríguez Vega en el Santuario de Nuestra Señora de Fátima, y las sentidas palabras de Patricia Basave Benítez a nombre de la familia del filósofo, la gente le regaló otro aplauso.Fue un auténtico Quijote, un guerrero de la sabiduría, dijo Basave Benítez tras destacar las virtudes y el legado de su padre.Tomamos hoy la estafeta que nos pasa, pues llevar el apellido Basave es un orgullo e implica una enorme responsabilidad, expresó antes de partir con el cortejo fúnebre al Panteón Jardín.Hoy a las 20:30 horas se ofrecerá una única misa por el descanso de Basave Fernández del Valle en el Santuario de Nuestra Señora de Fátima en San Pedro.

Adiós al gran humanista Agustín Basave Fernández del Valle
(Milenio Diario Michelle Ramírez)

Honestidad, congruencia y entereza fueron una de las principales virtudes de Agustín Basave Fernández del Valle, a decir de sus hijos, y es justamente así como lo recordarán todos aquellos que lo conocieron y que tuvieron oportunidad de adentrarse en algunas de las múltiples obras que creó. A la edad de 82 años, víctima de la insuficiencia renal terminal que le aquejaba desde tiempo atrás, dejó de existir el reconocido catedrático de la Facultad de Derecho y Criminología de la Universidad Autónoma de Nuevo León, más no así las múltiples enseñanzas que sembró en cada uno de sus estudiantes durante varios años de docencia. Y aunque los primeros rayos de luz los vio en su natal Guadalajara, Jalisco, será tierra nuevoleonesa su última morada, pues además de haberse considerado siempre como un regiomontano por adopción, es el lugar donde habitan sus siete hijos: Emilia, Patricia, Cristina, Ana, Marylú, Agustín y José Manuel.Su obra fue constantemente reconocida no sólo a nivel estatal y nacional, sino también internacional, ya que ésta trascendió más allá de las fronteras, idiomas y culturas.Entre sus trabajos más importantes destacan la publicación de libros como Sensaciones, sentimientos, reflexiones, ciudades y paisajes, de 1948; Capítulos de la filosofía de la historia, de 1950; Metafísica de la muerte, en 1965; y Ser y quehacer de la universidad. Estructura y misión de la universidad vocacional, en 1971, sólo por mencionar algunos. Homenaje póstumo La Universidad Autónoma de Nuevo León, a la que Basave Fernández del Valle consideraba como su casa espiritual, ofrecerá este lunes un homenaje póstumo del académico, informó su hijo Agustín Basave Benítez. El escenario será la Capilla Alfonsina de la Máxima Casa de Estudios, lugar donde en muchas ocasiones anteriores recibió preseas y reconocimientos varios, ante la mirada orgullosa de generaciones y generaciones de educandos, que hoy en día, recuerdan al maestro como uno de los pilares de sus carreras. Mañana (hoy) es primero un homenaje que le hace la Universidad de Nuevo León en la Capilla Alfonsina, va a ser a las diez de la mañana, y es posible que haya algún otro homenaje, pero todavía no hay nada confirmado, después de eso, a las 13: 30 horas habrá una misa en (la iglesia) Nuestra Señora de Fátima, y ahí terminara su recorrido.Las mejores enseñanzas fueron de padre a hijoBasave Benítez aseveró que más allá de las obras literarias y filosóficas que su padre dejó a la humanidad, las mayores enseñanzas que pudo dar fueron aquellas transmitidas de padre a hijo.Me deja un ejemplo de honestidad, de congruencia y de entereza, porque estos últimos meses, y semanas en particular, fueron muy duras para él, fue una lucha terrible contra la muerte, y más allá de sus méritos intelectuales y de su obra filosófica, están las enseñanzas como padre, que es lo mejor que me queda.Siempre fue un hombre de una sola pieza, que decía lo que pensaba y hacía lo que decía, y que se jugaba hasta la vida por sus convicciones, puntualizó.

Datos Agustín Basave Fernández del Valle

? Nació el 3 de agosto de 1923. ? Se graduó en 1946 como licenciado en Ciencias Jurídicas en la UANL. ? Obtuvo un doctorado en Filosofía en 1964 en la Universidad de Yucatán.? Además obtuvo doctorados por las universidades Central de Madrid y la Internacional de Santo Domingo.? Desde enero del 2005 la UANL otorga una medalla con su nombre.