Eterno Retorno

Friday, January 28, 2005

Callejón Amado Nervo

El Callejón Amado Nervo es tan pero tan espantosamente prototípico, que acaba por parecer un montaje de teatro. Vaya, si algún foráneo con delirios de poetastro malditón quiere escribir alguna historia pintoresca de la típica leyenda negra tijuanense, no dudaría en llevarlo a ese sitio. Hasta parece que lo diseñaron adrede. Todas las mañanas, el taxi que viene de Rosarito me deja en ese callejón, que es donde está su base. Se trata de una vereda de lodo y hoyos que une a las calles Negrete y Madero a la altura de Tercera y Cuarta en el Centro de Tijuana. A su alrededor, hay casuchas antiguas que alguna vez estuvieron pintadas con colores chillantes, lo que aún puede adivinarse entre los muros descascarados. Para adentro hay más casas y pasadizos. Con decirles que me recuerda a La Habana Vieja. Parece ser que los tecatos que por ahí deambulan son muy puntuales y su dosis de desayuno les toca a las 8:00 de la mañana, pues cada que llego por esos rumbos veo a un grupito de unos cinco o seis en plena preparación de la inyección, tratando de encontrar la vena entre la mugre y las costras. Otras veces los he visto con el arpón adentro. Se colocan siempre donde termina la fila de taxis amarrillos que hacen base en el lugar. Doy por hecho que debe haber algún dopádromo en dicha vecindad, pues los tecatos son personajes infaltables. Ni les inmuta la presencia de los taxistas ni mucho menos a la mía. A los choferes tampoco les molesta la presencia de los tecatos y si acaso los espantan como quien ahuyenta a un perro sarnoso cuando se acercan a pedir limosna a los pasajeros.
Uno se imagina que eso de ver heroinómanos inyectándose en la banqueta es una contemplación bucólica de la mitología punk, pero aquí en nuestra ciudad es pan de cada día en algunos lugares. En la Avenida Internacional, a la altura del edificio del PRI, los tecatos son elemento de ornato o postal. También en el Callejón Amado Nervo. Y no, los elementos de esta bucólica contemplación punk no se parecen mucho que digamos a Sid Vicious o a Layne Staley. Los pobres diablos andan en muletas o sillas de ruedas. Uno de ellos está mutilado. Nadie le avisó que si se picaba en una arteria se le engangrenaría la pierna. En el Amado Nervo también hay una casa de putas. Con afán de darle más elementos sórdidos a la narración de nuestro hipotético poetastro malditón, se encuentra en una casa vieja y derruída y es administrada por una matrona puerca que no se acompleja en salir a la calle a decirle a los transeuntes que le pasen con las muchachas. Me imagino a todos los que se emocionan alucinando a Tijuana como una Sodoma infestada de drogas y putas deleitándose con las historias del callejón que para hacer más pintoresco el asunto, tiene nombre de poeta romántico. Ya hasta me imagino una película acá, protagonizada por Salma Hayek, que hable de una bella prostituta que trabaja en un callejón con nombre de poeta y que un día es rescatada por un apuesto caballero que la ama de verdad y está dispuesto a enfrentarse a sus sádicos explotadores amafiados con el narco y...Lo demás ya lo saben. Esas son las pendejadas que piensa uno cuando ve un lugar que es más prototípico que el prototipo.
Y ya que estamos en el tema: ¿Les conté que de niño conocí a una viejecita que tenía la máscara mortuoria de Amado Nervo en su casa? ¿No se los conté? Bueno, pues eso es otra historia.

Tuesday, January 25, 2005

De guardia

Escuchando el Killing The Dragon de Mister Ronnie James Dio y esperando que el scanner de frecuencias me revele los nombres secretos del Apocalipsis, hago guardia en la redacción. Todo hace indicar que el México vs Suecia se jugará bajo la lluvia, pues los pronósticos dicen que Tlaloc volverá a hacer de las suyas por estos rumbos.
Una sobredosis de grilla política infesta mi mente. Yo intento conjurarla con buenas lecturas y ahogarlas en una copa de tinto.
Lo peor del caso es que hay gente que cree que a mí me encanta la política y que soy feliz grillando. Ciertamente cuando uno lleva trabajando mucho tiempo en algo, se vuelve inevitablemente canchero y acaba por dominar el tema. A mí nadie me va a contar cómo se las gastan los políticos tijuanenses, pues se su vida, obra, vicios, sueños, odios, rencores, pasiones, fobias. Pero lo se porque de eso se trata mi trabajo, no porque me guste o porque sea feliz con ello. Sería más feliz si el tiempo que le dedico a los políticos lo empleara leyendo un libro de mitología nórdica o de historia medieval, pero bueno, de algo tengo que vivir y sería más triste ser vendedor o promotor de algún producto o empleado de banco. Tengo colegas de otros medios que en verdad parecen disfrutar de la política. Adoran ir a comer con los funcionarios, empedarse en sus carnes asadas, llevarse de cachete y nalgada con ellos, inmiscuirse en su ambiente. Yo no. Se que en relaciones públicas repruebo, que podría haber hecho muchos más amigos y contactos, pero a mí esos ambientes me repugnan. Pese a que las invitaciones llueven, jamás he acudido a la fiesta o convivencia de algún político. Nunca. Que tire la primera piedra el que me haya visto. Son pocos mis momentos de descanso y relajación y esos deseo pasarlos con mi mujer. No me cabe en la cabeza como hay periodistas que son capaces de invertir por gusto sábado y domingo en andar como rémoras tras los funcionarios. No lo entiendo en verdad. Mi vida privada es sagrada y los políticos no son bienvenidos en mi universo.

Fuego

El fuego es un elemento con poderes narcóticos, capaz de hipnotizar, de sumergirlo a uno las más improbables alucinaciones. El fuego congrega a su alrededor, impone y marca la pauta en una velada.
La noche del domingo, en casa de los padres de Carol, inauguramos la ceremonia de la quema del pino navideño. En lugar de arrojarlo a un baldío, mejor quemarlo. Una de las grandes ventajas, es que mis suegros habitan en un lugar campestre, en una colina ubicada entre Popotla y Puerto Nuevo, donde abundan los conejos, las serpientes y las aves rapaces. Las fogatas se han convertido en toda una tradición y el domingo le tocó al árbol navideño. Que bonito arden las coníferas. Cuando uno ve la facilidad con la que levanta llama un árbol seco, comprende las razones por las que los bosques se incendian con tal facilidad en tiempos de calor.
Unas botellas de Nebbiolo y Concha y Toro y unas cítaras árabes completaron la velada. El fuego se encargo de compartir los silencios.

Sueños húmedos

En los sueños más relajantes, reparadores y profundos que tengo, siempre aparece el elemento Agua. Cuando duermo más deliciosamente, lo cual por desgracia es atípico en mí, siempre sueño con mares o lagos. En esos sueños invariablemente estoy dentro del agua, nadando o buceando. Hay una sensación de plenitud, de comunión, de entrega. Anoche dormí muy bien y soñé que flotaba en un lago. También soñé que nuestra casa flotaba en esas aguas y que algunos peces y cetáceos saltaban hasta nuestra sala. Hasta ahora, por cierto, nunca he tenido pesadillas con un Tsunami.

Beatriz y Laura

Aunque envueltas en el aura de la leyenda, Beatriz y Laura fueron mujeres reales, supongo bellas, que inspiraron a dos de los más grandes poetas que ha parido la lengua italiana: Dante y Petrarca. Si uno lee Vida Nueva, se podrá enterar que Dante conoció a Beatriz a los nueve años de edad, pero no la saludó hasta nueve años más tarde. Después Beatriz se casó y murió joven, aunque el poeta florentino la inmortalizó como la mejor guía de turistas del Paraíso (Virgilio se quedó con las regalías del turibus de Infierno y Purgatorio)
El caso de Laura es harto interesante. Casi nadie sabe que Laura de Noves era una antepasada directa el polémico Donatien de Sade, el Divino Marqués. El autor de Julieta y los 120 días de Sodoma, siempre estuvo de lo más orgulloso de haber sido descendiente de la musa de Petrarca. Esta chica por cierto fue una de las víctimas más celebres de la Peste Negra que asoló a Europa en el Siglo XIII. Laura murió en Aviñon en 1348 víctima de la peste bubónica. Al respecto, Petrarca escribió: ¿Cuándo creerá la posteridad que hubo una época en que sin diluvio sin incendios, del cielo o la tierra, sin guerra o sin ningún aparente cualquiera, pueda quedar la tierra así de despoblada?
Mucha razón tenía Petrarca. La Peste Negra es la mayor epidemia que ha padecido la humanidad. Ni siquiera el Sida en África ha matado tanta gente. Más de la tercera parte de la población europea se fue al carajo por culpa de las pulgas de las ratas.

Grotesque

En mis oídos el Garden of Grief, primer demo de cuatro rolas de los suecos At The Gates, padres de la célebre escena Death Metal de Gotenburgo, que derivaría en bandas de death melódico y técnico como In Flames y Dark Tranquility. En la edición que poseo de la Century Media se incluye también el disco In The Embrace of Evil de los aún más antiguos Grotesque, el primer proyecto de Tomas Lindberg. Grotesque suena extremo, crudo, despiadado. Todos los proyectos nacidos Escandinavia entre 1986 y 1990 tenían ese espíritu asesino. Bandas que hoy son templos de virtuosa melodía y perfección sinfónica como Therion (Sí, Therion tocaba Death extremo), Tiamat (cuando eran Treblinka y no les daba por el Progresivo electrónico) y Samael (cuando eran adoradores de Satanás y no budistas inmersos en bucólicas contemplaciones del Cosmos), sólo por mencionar tres ejemplos, comenzaron tocando un black-death extremo y sucio. El sonido de Grotesque es crudo, puerco, típico de una producción pobre y básica de banda subterránea.


Nostalgia Death

Hace poco compré un DVD de Iron Maiden titulado The early years. Se trata de un doble trabajo documental muy completo sobre la prehistoria maideniana. Los pininos de Steve Harris al bajo, sus primeras alineaciones allá por 1975 (cuando tenía yo un añito de edad y escuchaba sin duda canciones de cuna de Cri Cri), las tempranas grabaciones, las tocadas en los bares de West Ham con Paul Di Anno al micrófono y la mítica gira de Beast on The Road en 1982, la primera con Bruce Dickinson haciendo alarde de su melodiosa voz. Me hubiera gustado mucho poder asistir a un concierto de aquella época, haber vivido el nacimiento y auge del New Wave of British Heavy Metal. Mi primera experiencia con Maiden fue hasta los años noventa, cuando era un monstruo del rock con casi 20 años de historia y si bien cada concierto de la Bestia lo he disfrutado inmensamente, en el libro de la historia de lo que pudo haber sido, se escribe que me hubiera vuelto loco acudir a alguna tocada de aquellos tempranos ochentas.
Sin embargo, sí puedo narrar que fui un testigo privilegiado del surgimiento del Death Metal y que pude acudir a tocadas de muchas de las bandas que más tarde fueron emblemáticas del movimiento.
Recuerdo aquellos vientos de finales de los ochenta y principios de los noventa, en el auge del Death, cuando decenas de bandas que apenas comenzaban vinieron a la Arena López Mateos de Tlalnepantla. Los cuatro años que viví en el DF fueron los años del Death. El soundtrack de mi época en la Capital es un disco de Morbid Angel o de los primeros Sepultura.
Jamás pensé que pudiera llegar a sentir tanta nostalgia por los años de la primera gran generación de deathmetaleros. Con el paso de los años, me doy cuenta que acudí a tocadas que hoy en día son históricas. Morbid Angel con el Altars of Madness, los thrashers germanos de Kreator con el Extreme Aggression, Cannibal Corpse con el Butchered al Birth, Deicide con su primer álbum, Sepultura con el Benath the Remains, Death con el Human (Chuck Shulinder, padrino del Death americano a quien alcancé a escuchar en vivo en su momento cumbre y que hoy descansa en paz pues el cáncer se lo llevó antes de tiempo) los holandeses de Pestilence con el Cosuming Impulse, los británicos de Carcass con la gira del Simphonyes of Sickness, Napalm Death con el Harmony Corruption, Sacred Reich con el Surf Nicaragua. Que recuerdos carajo. Al rock le han sobrado cronistas. Ahí está toda la generación joséagustiniana que ha escrito miles de páginas sobre el nacimiento del R&R en México, pero nadie se ha puesto a trabajar en una buena crónica del movimiento metalero en este país. Así las cosas, mientras la nostalgia me invade al escuchar Ripped from the Cross y Church of the Pentagram de Grotesque, ya estoy por la labor de escribir esa pequeña y extrema crónica de tan grandes días.