Eterno Retorno

Thursday, January 25, 2024

Houses of the Holly

 


Recintos de lo sagrado en medio del desierto. Silenciosa piedra sacra en diálogo con el silencio y la desolación. Soy huérfano de deidad, abstemio de cultos y sin embargo estos sitios pueden llegar a emocionarme. Puede ser un templo sintoista en Kioto o una misión en medio del desierto bajacaliforniano. Al final, es la humana vocación por encontrar un camino hacia el absoluto. Caminando llegaron aquí los misioneros jesuitas, atravesando el desierto del Vizcaíno como ayer lo atravesamos nosotros. Idénticos los infinitos cardones, cirios y zalates, idéntico el rumor del viento y el aullido de los coyotes. Misma arena, mismas rocas, misma luna, mismo silencio y el crucifijo yace ahí, terco en su vocación de eternidad. Sobre el altar, que más parece una piedra sacrificial, cuatro conchas prehistóricas custodian la bóveda.

Baja 100

 


El reto comenzó esta madrugada. La intención es atravesar nuestra Península a lo ancho, de mar a mar. Hoy hemos cumplido con éxito la cuarta parte de la ruta, 29 kilómetros de caminata ininterrumpida. A las 4:00 de la mañana, la alucinante duermevela era la canción de la incesante lluvia invernal cayendo sobre nuestra carpa en Playa Altamira y el retumbar del Pacífico en una noche oscurísima. Un arcoíris nos dio los buenos días y rayando el alba emprendimos la travesía. La salida no fue sencilla, pues había que avanzar dando pasos de plomo en el lodazal pero el calentamiento y el ritmo cardiaco consuman milagros. En algún momento los pasos se tornan hipnóticos, un viaje casi onírico entre espontáneos baños de lluvia y ráfagas de sol derramándose entre los saguaros. La misma arena, el mismo cielo, los mismos cardones y zalates que vieron Kino, Salvatierra y Consag, el brazo de tierra que emergió del fondo marino, el páramo que pudo ser ínsula de amazonas y fin del mundo conocido. Cae la noche, arrecia el frío, Mañana seguiremos fundiéndomos en el embrujo de nuestra península.

Tuesday, January 23, 2024

TERRA IGNOTA

 


Terra incógnita, Terra ignota, Terra nostra. Brazo de arena embrujada entre dos mares, uno helado y furioso, otro calmo y tibio. Nuestra Península, esa gran desconocida. Los siglos transcurren y la doncella que emerge del mar sigue siendo una dama vocacionalmente misteriosa, aferrada a ocultar sus secretos. Bajo la lluvia invernal hemos emprendido la travesía. Nuestras suelas están listas para fundirse en la arena. La aventura está por comenzar.