Eterno Retorno

Saturday, October 03, 2009



Aquí comparto la última Biblioteca Babeliana publicada en InfoBaja. Tras siete años de desparramar compulsivos comentarios sobre libros en esta cuna porquerioza, no deja de ser histórico que sea esta la primera reseña que cuenta con la imagen del libro. Un chingado best seller tenía que ser. Sí, no es un libro underground precisamente y sin duda los amantes de Bolaño y similares lo han de considerar el colmo de lo comercial, pero yo lo disfruté un chingo y con gusto lo volvería a leer.


BIBLIOTECA DE BABEL

Los hombres que no amaban a las mujeres
Stieg Larsson
Editorial Destino

Por Daniel Salinas Basave

Entre otras muchas cosas, recordaremos el 2009 como el año en que cientos de miles de lectores en los más distantes rincones del planeta trasladamos nuestra imaginación hasta una lejana isla sueca llamada Hedeby en donde un periodista condenado por difamación y una hacker antisocial, investigan un crimen cometido cuatro décadas atrás. Fascinante e impredecible el fenómeno del best seller mundial. De pronto, un montón de seres humanos que hablan idiomas distintos, yacen abstraídos en las andanzas de personajes ficticios, habitantes de un lugar remoto e improbable. Si bien hay ciertos patrones comunes para las ficciones populares, lo cierto es que tampoco hay reglas o temas establecidos que garanticen el éxito editorial. En una época en que la moda parecen ser las conspiraciones vaticanas, el grial perdido, los evangelios apócrifos o bien los vampiros adolescentes, un periodista sueco llamado Stieg Larsson seduce al planeta con un thriller tradicional con una pareja de antología y un nombre sui generis: Los hombres que no amaban a las mujeres.
El que un libro presuma millones de ejemplares vendidos y aparezca como favorito en las listas de popularidad, suele tener un efecto negativo en mí. Las más de las veces este tipo de publicidad es un inhibidor, un repelente que me hace rechazar su lectura. Los hombres que no amaban a las mujeres ha sido la deliciosa excepción. Con brutal honestidad he de confesar que nunca me había abstraído de forma semejante en un best seller. Con sorpresa, descubro que son altas horas de la madrugada y llevo cuatro o cinco horas sin parar de leer esta historia de 665 páginas.
La verdad es que en términos estructurales es bastante simple y literariamente no es en absoluto innovadora, pero engancha, como una canción de composición simple y llegadora.
La historia detrás de este libro, primero de una trilogía llamada Millenium, es ya de por sí improbable. Su autor era un reportero de tendencias izquierdistas que durante años se dedicó a denunciar la mano oculta de la ultraderecha en Suecia y los latrocinios del alto empresariado, pero que jamás había escrito una obra de ficción. Larsson murió de un infarto a los 50 años de edad sin que ninguno de sus libros se hubiera publicado y cuesta trabajo imaginar que haya siquiera soñado con que su historia policíaca daría la vuelta al planeta. Larsson, ya muerto, se encuentra a la cabeza de ese boom desatado por Henning Mankell y su Kart Wallander, de autores suecos, noruegos, daneses e islandeses que tiñen de sangre las nieves eternas de sus tierras vikingas. No deja de ser una paradoja que los países escandinavos, paraíso de la seguridad y el bienestar social, del respeto, la tolerancia y el orden, sean la cuna de las más negras de las novelas y del más brutal death-black metal. Por lo que he podido leer, en un año en todo Finlandia matan mucha menos gente de la que se despachan en Rosarito. Ya no digamos que Ciudad Juárez, que sin duda tiene más crímenes que los cinco países escandinavos juntos.
El hilo conductor de la trama, es la extraña desaparición de la jovencita Harriet Vanger en 1966. Su tío, el industrial sueco Henrik Vanger, vive obsesionado con esta pérdida y 40 años después quiere averiguar quién fue el asesino de su sobrina, para lo cual contrata los servicios del reportero Mikael Blomkvist quien acaba de ser condenado por difamación luego de un reportaje donde involucraba en un fraude a un poderoso empresario. En apariencia, es un quijotesco absurdo tratar de resolver un aparente crimen cometido hace 40 años, pero Blomkvist se involucra con pasión en su nueva función de detective. Su ayudante en esta labor será el mejor personaje creado por Larsson en su efímera carrera literaria: Lisbeth Salander, una hacker esquelética con el cuerpo atiborrado de piercings y tatuajes. Hay personajes que definen una historia y son capaces de hacerla inolvidable. Salander es el alma de esta novela. Por tratarse de una historia policíaca en donde cada mínimo detalle es importante, se me haría de pésimo gusto dar cualquier tipo de adelanto que conduzca a la resolución de la trama. Baste señalar que la historia es capaz de sorprender hasta al más consumado lector de thrillers y dar giros inesperados. Sí, es cierto, no es literatura de vanguardia ni estamos ante una ficción revolucionaria, pero tampoco es chatarra y Los hombres que no amaban a las mujeres, como fenómeno, le escupe en la cara a los profetas de la muerte de la novela.
Mientras un personaje de ficción como Lisbeth Salander creado en la mente de un tipo que ya ha muerto, se reproduzca al mismo tiempo y con distintas caras en las mentes de cientos de miles de lectores; mientras uno, dos o un millón de seres humanos repitan en armonía ese mismo acto misterioso, solitario y fascinante de sumergirse con pasión en las andanzas de personajes que no existen, la novela nos seguirá dando gritos de vida y salud eterna.



Comparto la entrevista que le hice a Camilo Magoni, el enólogo del Grupo Cetto, para el cuarto número de InfoBaja.


Enólogo de Grupo Cetto, Camilo Magoni, busca la variedad que pueda ser icono del vino bajacaliforniano

DE BAJA CALIFORNIA PARA EL MUNDO

Por Daniel Salinas Basave

El espíritu del vino yace en las profundidades de la naturaleza y ésta, como es bien sabido, es caprichosa.
Su más delicioso y moderno capricho se llama Baja California, una tierra tocada por el alma de Dionisio donde expertos enólogos buscan la variedad que pueda ser icono de la entidad.
En las tierras milenarias del vino, como Francia, España e Italia, hay variedades únicas y denominaciones de origen que son su sello inconfundible, en tanto que en América, los grandes productores levantan la bandera y encuentran su uva insignia.
Mientras que Argentina es famosa mundialmente por el Malbec y Chile por el Carmenere, Baja California está en busca de su variedad que la distinga ante el mundo.
El Nebbiolo y el Petit Sirah se están convirtiendo ya en clásicos bajacalifornianos, pero no son la última palabra.
Camilo Magoni, enólogo del Grupo Cetto, piensa que en tres o cuatro años podría haber una gran sorpresa por estos rumbos.
“Estamos haciendo en el grupo un trabajo de investigación para buscar una variedad que en un futuro pueda ser el icono de Baja California. Puede ser el Petit Sirah, el Nebbiolo, estamos trabajando con distintas variedades y esperemos que en unos cuatro o cinco años podamos presentar los primeros resultados”, señaló Magoni.
Nacido en Italia, pero radicado en Tijuana desde hace años, Camilo Magoni es la mente maestra del Grupo Cetto
El enólogo platicó con Infobaja y de entrada, dejó claro que buen vino no es necesariamente sinónimo vino de caro, pues muchas veces se pueden encontrar variedades muy buenas a precios muy accesibles,



Después de haber probado tantos vinos del mundo ¿En qué lugar encuentra usted actualmente situados a los vinos bajacalifornianos frente a los productores históricos como Francia e Italia?

Esos son países que han vivido por milenios de la cultura del vino. La cultura del vino es una parte integral de sus sociedades. No es comparable porque Tijuana tiene 120 años de historia y la primera vid bajacaliforniana se plantó hace 300 años y durante mucho tiempo fue una región prácticamente deshabitada y costaba mucho trabajo desarrollar un mercado, pero nuestras condiciones son únicas, así como son únicas las condiciones de regiones más connotadas. Lo que debemos hacer valorizar nuestra región nuestras condiciones de clima, de suelo y nuestra idiosincrasia para formar una cultura del vino.

¿Usted cree que en Baja California la gente ya está aprendiendo a tomar vino?

Sí, está aprendiendo a tomar vino, cada vez toma más, pero lo que nos falta, pienso yo, es creer en lo que hacemos. El día que creamos realmente en lo que hacemos vamos a crear una identidad regional y nos vamos a sentir orgullosos de lo que hacemos. Mientras eso no suceda, siempre vamos a estar comparando lo nuestro con lo de otras partes con un enfoque a veces, creo yo, demasiado crítico.

¿Por qué si voy al supermercado el vino chileno es más barato que el bajacaliforniano?

No necesariamente, no todos. Yo lo que diría es que hay pocos vinos mexicanos que puedan competir en precio con algunos vinos chilenos. Lo que necesitamos es más industria que tenga las ganas y determinación de competirle con los precios a los vinos que vienen de afuera.

El buen vino bajacaliforniano es muy caro para el bolsillo de un trabajador ¿Por qué se da este fenómeno?

Hay muchísimos vinos que son muy atractivos en precios. Lo que pasa es que hay que saber buscarlos y arriesgarse a probarlos. Porque muchas veces asociamos la calidad con el precio y eso no siempre es real. Tienes que aprender a apreciar y a degustar todos los vinos y ubicarlos en el lugar en que se encuentran. Encontrarás vinos bajacalifornianos que se producen a un volumen muy importante y que son de precios muy accesibles. Nosotros como grupo Cetto sí estamos compitiendo.

Argentina es famoso por el Malbec, Chile por el Carmenere ¿Será posible encontrar una variedad insignia de Baja California?

Pudiera ser. Estamos haciendo en el grupo un trabajo de investigación para buscar una variedad que en un futuro pueda ser el icono de Baja California. Puede ser el Petit Sirah, el Nebbiolo, estamos trabajando con distintas variedades y esperemos que en unos cuatro o cinco años podamos presentar los primeros resultados.

¿Qué le recomendaría a la gente sin mucha experiencia para empezar a catar vinos?

Tienes que empezar con los vinos suaves, los vinos que tienen un poco de azúcar. Hay blancos o rosados que son fundamentales para empezar a degustar el paladar. También hay que aprender a relacionar los sabores del vino con los sabores de la naturaleza, porque los sabores del vino son los sabores de la naturaleza

¿Cambia mucho un vino de una cosecha a otra?

Sí, hay que aprender que esos cambios se dan porque el vino va de la mano con la naturaleza. Parte de la cultura del vino es aprender a apreciar esos cambios y darse cuenta de cómo la naturaleza cambia.




El Informador de Baja California ha visto la luz. El jueves 1 de octubre de 2009 queda inscrito como fecha de nacimiento de este nuevo semanario creado por grandes colegas de oficio. Me consta que cada uno en lo suyo, editora, reporteros, diseñador, administrador, publicistas y encargado de circulación, han demostrado ser lo mejor que tiene la región en sus respectivas posiciones. Una tirada histórica de 50 mil ejemplares ha sido el cañonazo inicial. Ahora sí que lo lees porque lo lees. Por supuesto ya ha empezado a dar de que hablar. Yo, en parcial receso de la cobertura periodística dura, me siento orgulloso de ser parte de este esfuerzo, al menos satelitalmente, aportando esta columna sobre historia. La idea es hablar sobre un mito histórico cada semana. Ahi va el primero.


Los mitos del Bicentenario


El 27 de septiembre, auténtico Día de la Independencia


Por Daniel Salinas Basave


Si el calendario de las fiestas patrias ha sido particularmente injusto con una fecha, esa es el 27 de septiembre de 1821, día de la Consumación de la Independencia de México o, dicho en otras palabras, el verdadero y auténtico Día de nuestra Independencia. Aparte de la bandera a toda asta y algún frío acto oficial, nadie en absoluto recuerda esta fecha totalmente opacada por la celebración del 15 y 16 de septiembre.
Pocas etapas de la historia tan mal comprendidas como la Independencia Nacional. Al abordar el tema del movimiento insurgente, valdría le pena preguntarnos primero si hablamos de un de un movimiento continuo de avance gradual que triunfó al cabo de once años y once días de lucha constante, como es la errónea creencia, o si más bien hablamos de varios movimientos, sin relación directa entre sí, cuya consumación no es una consecuencia de su inicio. La conformación del Ejército Trigarante al mando de Agustín de Iturbide y la Promulgación del Plan de Iguala que en pocos meses independizó al país, poco o nada tiene que ver con la arenga lanzada por Miguel Hidalgo en el poblado de Dolores la madrugada del 16 de septiembre de 1810.
La iniciación de la insurgencia en Guanajuato puede ser definida por una sola palabra: improvisación. Cada año, la noche del 15 de septiembre, el Presidente de la República, los 31 gobernadores y más de 2 mil alcaldes gritan desde sus balcones un “Viva México, Viva la Independencia”, sin reparar en lo que en verdad sucedió en esa fecha. La realidad es que la noche del 15 de septiembre de 1810, Miguel Hidalgo bebía chocolate y jugaba naipes con Ignacio Allende mientras Juan Aldama cabalgaba a toda velocidad por los caminos del Bajío para darle a conocer que la conspiración de Querétaro había sido descubierta. Ni la noche del 15 de septiembre, ni en los 10 meses y 15 días de vida que le restaron a partir de ese momento, concibió Hidalgo algún proyecto de nación independiente o siquiera algo parecido. La mañana del 16 de septiembre gritó “¡viva Fernando VII¡” y jamás en su vida pronunció un “viva México” o “viva la Independencia” y ni imaginó siquiera una bandera tricolor. Por cierto, si se celebra el 15 y no el 16 de septiembre, es por herencia de Porfirio Díaz, que quiso emparentar la gran fiesta nacional con su cumpleaños. No soy un detractor de Hidalgo pero su movimiento, además de caótico y acéfalo, fue terriblemente circunstancial. Imposible equiparar a Hidalgo con un Bolívar o un San Martín. Si queremos celebrar la Independencia de México con un mínimo de fidelidad histórica, deberíamos festejar el 27 de septiembre de 1821, fecha en que el Ejército Trigarante acaudillado por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero y llevando como estandarte una bandera tricolor, entró a la Ciudad de México para iniciar con el primer gobierno criollo, independiente ahora sí de la Península Ibérica. Ya que a la historia oficial le molesta el supuesto oportunismo trepador y las ambiciones imperiales de Iturbide, a mi juicio el verdadero y auténtico libertador de México, entonces festejemos la promulgación del documento Sentimientos de la Nación el 6 de noviembre de 1813 o de la Constitución de Apatzingán en 1814 a cargo de José María Morelos, el primero de los insurgentes que concibió un proyecto de nación independiente que jamás tuvieron ni Hidalgo, ni Allende, ni Aldama. Pero a los mexicanos nos gusta la mitología; es uno de nuestros deportes nacionales y el santoral patrio impulsado durante años por los historiadores oficialistas, nos ha hecho caer en singulares interpretaciones de esa escaramuza tan surrealista que fue la rebelión insurgente.

Thursday, October 01, 2009



Mis colegas de http://www.recolectivo.com/ cumplen un año en la red. Yo apenas cumpliré seis meses con ellos, pero igual me sumo a apagar la velita del pastel.

Karma-Cronos

Cronos le llamaban los griegos, Saturno los romanos y basta mirar el cuadro de Goya para darnos cuenta que este tipo es un reverendo hijo de la chingada. Babeante, goloso, con la mirada perdida, Cronos engulle crudos a sus hijos. El asunto no es por desgracia un alucine helénico, sino una cruda realidad, tan cruda como la carne de los mozalbetes machacada en las fauces de Saturno. Vaya, para ser honesto, la única parte poco creíble de la historia es la de ese hijo rebelde y descarriado llamado Zeus que mata a su padre para después hacerlo vomitar a sus hermanos (que milagrosamente aún permanecían vivos chapotenado en jugos gástricos) A Cronos no lo mató Zeus ni lo mata nadie. Por si no se han dado cuenta, es nuestro amo.

A veces me gustaría ser libre de esta obsesión cronológica que ha marcado mi existencia desde mi más temprana infancia. Algunas personas me lo apuntan como una cualidad: “eres bueno para los cumpleaños”. Ojalá fuera tan sencillo como eso. En realidad soy un hijo de Cronos cuya vida diaria yace en sus fauces. No concibo la historia sin cronología y lo que es peor, no concibo mi propia vida sin la tiranía de las fechas. Desde pequeño me obsesioné con la historia y también con la idea de convertirme en cronista de mi propia existencia. Desde 1984 empecé a llevar un diario escrito en cuadernos y desde 2002 mantengo de manera ininterrumpida un blog. ¿Qué estaba haciendo hace un año? Lo se perfectamente y si albergara alguna duda, sería cuestión de revisar mi blog, pues jamás paso una semana sin escribir. Lo que es peor (y sea acaso el colmo de la obsesión) es que también recuerdo lo que estaba haciendo en otoño de 1984 o de 1996. Hay quien dice que las fechas son cadenas burocráticas, enemigas de los espíritus libres. No lo creo. Maya, azteca, ortodoxo o gregoriano, el calendario es un ente absolutamente real. Solsticios y equinoccios, atardeceres prematuros y soles nocturnos marcan mi estado de ánimo. Hay vientos, olores y cielos que irremediablemente retornan puntuales. La vida no es una línea vertical, sino una espiral plagada de ciclos autócratas. El Eterno Retorno, señores, es mucho más que un mito. Somos juguetes de una tragedia griega.

Hace un año comenzó el otoño más sangriento en la de por sí sangrienta historia de nuestra Tijuana. De una u otra forma, los motines de la Penitenciaría marcaron el umbral del infierno en nuestras calles. “Orgía de balas y cadáveres, de escenas criminales y sepelios fugaces. Mientras los hoteles destinados a los turistas no los habitan ni los fantasmas, el Servicio Médico Forense puede presumir ocupación total y sobre cupo el año entero. Sábanas ensangrentadas, sirenas encendidas y las cenizas de tu último cigarro desparramadas entre los casquillos”. Eso escribí el 29 de septiembre. Un par de semanas antes, el 17 de septiembre, me encontraba afuera de la Penitenciaría. Ahí estaban también los dos únicos recolectiveros que conozco personalmente, Tania y Manuel, caminando bajo un helicóptero que escupía plomo, frente a los muros tras los cuales moría gente calcinada. En aquel entonces yo laboraba en un periódico leproso que se caía en pedazos, me preparaba para viajar a un campo militar argentino y ni por la cabeza me pasaba que cuatro meses después trabajaría en el gobierno. Por supuesto, ni en mi más alucinado sueño imaginaba un bebé en nuestras vidas.

Me gustaría decir que esa guerra de otoño quedó como la más dantesca página de nuestro tijuanero museo de los horrores, pero con el final del verano renace el tartamudear del Kalashnikov. Anoche mataron a tres policías y el sábado pasado mataron a cuatro. Otros cuatro yacen agonizantes en el hospital. Si bien las escenas no son tan monstruosas como el año pasado, queda claro que la Muerte sigue de parranda en nuestras calles y ha abierto una nueva botella de ardiente mezcal pendenciero.

Hace cinco meses y medio Manuel me invitó a colaborar en Recolectivo y me puso en contacto con Luís. Por aquel entonces tenía poco más de dos meses de haber iniciado en mi nuevo trabajo, venía retornando de un viaje por China y acababa de recibir la noticia de que me convertiría en padre de familia. Mi primer post se publicó el viernes 17 de abril y se llamó Suicidarse a los 29. El tema era a tu edad. Desde entonces he escrito cada viernes. Confieso que si hubiera estado desde el principio, sin duda hubiera llegado a los 52 post. Con algo de pena, me asumo obsesivamente rutinario, constante y disciplinado. Detesto la inconstancia. Durante diez años escribí una columna política diaria y una columna literaria semanal que no fallaron nunca.

Mi semana laboral está repleta de compromisos sobre días específicos en los que debo enviar determinado artículo, columna o comunicado y escribir para Recolectivo es hedonismo puro. El viernes sale Zeta (y a partir de esta semana los jueves sale El Informador) compro una botella de vino y escribo en Recolectivo. El viernes tiene sabor, personalidad y huele rico. Sí, me gustan los viernes.


Algunas veces he reciclado textos pasados o confeccionado híbridos remixes. Otras veces me he alucinado por completo con el tema de la semana. Si Recolectivo decide tener larga vida, (y siempre y cuando sus integrantes lo permitan) seguro estoy de que seguiré aquí. La constancia y la fidelidad se me dan naturalitas. Eso sí, lo confieso y lo advierto: no esperen de mí demasiadas sorpresas. Soy poco dado al cambio y los virajes compulsivos. La evolución no es lo mío y la promiscuidad tampoco. Clavado en la tecla, soy desde hace muchísimos años víctima de las mismas obsesiones y al mismo tiempo profeso una sacramental indiferencia por un millón de asuntos. Tampoco soy dado a la interacción y a veces peco de autista y monologante, sin embargo pueden estar seguros de que leo íntegros de pe a pa, todos los textos que aquí se publican. Jamás me he saltado uno, aunque rara vez comento. Por supuesto tengo mis favoritos y hay algunos textos publicados por recolectiveros que han sido capaces de volarme la cabeza por lo endiabladamente fascinantes. Si tengo algo que comentar, lo comento y si no, me limito a tratar de disfrutar del texto. También hay asuntos que me son radicalmente indiferentes. Si quieren que sea honesto, me vale un reverendo carajo todo lo relativo al prólogo, el diseño y la portada del libro del fin del mundo. Si desean que lo prologue Paul Auster o Paty Chapoy o que no haya prólogo a mi me da lo mismo. Tampoco me importa gran cosa si la portada es un árbol muerto o un Pato Donald. Me basta con que los textos aguanten.

Recolectivo se ha inscrito dentro mis diarios rituales mañaneros bañados con un café siempre poderoso. En las mañanas traigo destapada la válvula de la percepción. El café recién molido, el correr por la carretera escuchando metal, leer todas las ediciones impresas de los diarios tijuanenses, las ediciones electrónicas de los diarios nacionales, una consulta a El País, otra a Clarín y la cereza de este pastel: Las novedades de Recolectivo.

Ese café ardiente mojando mis labios, esos primeros rayos iluminando el Pacífico, esa guitarra infernal en las bocinas y ese nuevo texto recolectivero en la pantalla le ponen una dosis de delicia a ese misterio infinito llamado vida cotidiana. Feliz cumpleaños Recolectivo. El gusto es mío.



Grandes corazones

Toda la mierda que infesta el mundo se borra de un plumazo y se me olvida de golpe ante un gesto espontáneo nacido de un buen corazón. Los pacientes de Carolina han armado una fiesta para Iker Santiago. Tomo las cosas de quien vienen y como tal las aprecio. Las vidas de estas personas no han sido nada fáciles y muchas de esas familias han debido navegar auténticos infiernos. De ahí que me resulte tan significativo que se tomen el tiempo de pensar en mi esposa y en mi hijo. Detrás de la más oscura historia puede ocultarse un buen corazón. Por cierto, el Conejito ya tiene su blog. Por ahora es algo más bien práctico y utilitario, pero sin duda lo alimentaremos con información actualizada en esta cuenta regresiva rumbo a diciembre. Échenle un ojo. http://babyshoweriker.blogspot.com/


Podría parecer un cursilón cliché de libro motivacional, pero respirar la autenticidad del verdadero amor a mi alrededor es algo que me sube las pilas. No me refiero al amor de tarjeta de San Valentín o a ese romanticismo ridículo impulsado por televisa. No. El verdadero amor se respira e irradia una energía capaz de contagiar. Al igual que un olor no se oculta, el verdadero amor es palpable y el desamor es imposible de disfrazar. Creo sinceramente que la monogamia es el más perfecto estado del amor. Podrás decir lo que quieras, pero la promiscuidad y las infidelidades apestan a mierda. Cuando una pareja de verdad se quiere hay una fuerza que emana de su unión. Por desgracia es tan poco común. La vida puede arrojarte demasiados escupitajos, pero hay un faro de luz que te ilumina en las más abruptas tinieblas. Sí Fito Páez, tienes mucha razón: Nadie puede y nadie debe, vivir, vivir sin amor. Me siento afortunado. Si hoy muriese, moriría diciendo que la vida valió la pena ser vivida.

Hace unos días platiqué con un gran amigo llamado Yadivio Ortega que en plena edad adulta yace enamorado con la ilusión de un catorceañero. Embriaguez absoluta la suya. Aún si no me diera explicación alguna, su estado sería palpable. Los ebrios no pueden disimularse y el amor es más potente que el vino. Hace un par de semanas acudimos a la boda de Cecilia y Tizoc. Verlos juntos y contentos tras una década bailando esa primera canción como esposos es un punch de energía. En nuestras calles infestadas de odio y quebranto, entre policías muertos y drogas baratas, hay unos cuantos corazones ardiendo.

Wednesday, September 30, 2009


Nunca en siete años había subido imágenes en esta cunaporquerioza. Esta semana he decidido romper un añejo paradigma. ¿Seguirán a este paso las fotos personales y el espacio de comentarios? Mmm, no, ya bastante es con haber roto la monarquía absoluta de la letra.

No sabría definir a qué velocidad corre el tiempo de espera de Iker Santiago. A veces parece que el embarazo ha sido un suspiro, pero otras corre a paso de tortuga. Hay días en que las ansias y la curiosidad hacen de las suyas y deseamos que salga de una vez. En cualquier caso, nuestra vida ha cambiado. Nuevos lugares entran a nuestra cartografía y nuevos términos invaden nuestro léxico. Posiblemente hoy en día no estaría enterado de la existencia de un sitio llamado Babes,Rus , un lugar que durante años jamás existió en mi mapa y en donde han transcurrido nuestros últimos domingos. Tampoco sabía que encontrar una minicuna fuera tan problemático y que armar una mecedora fuera tan sencillo.

Hoy no conecto. Hay veces que me estoy, que el vino asienta y la música hipnotiza. Hay días que no. Tírame un cable a tierra. Por favor.

Nunca en mi larga vida había acudido a ver un partido de beisbol de grandes ligas. Alguna vez, hace muchos años, cubrí al entonces gobernador de Nuevo León Fernando Canales cuando inauguró una temporada de los Sultanes, pero no se quedó todo el partido. Anoche, nuevamente por motivos laborales, fui a caer a un estadio de beisbol, el Petco Park en San Diego, sólo que ahora sí nos quedamos todo el partido. Jugaban Padres contra Dodgers el clásico del Sur de California. En el papel, dicen los que saben, es un gran partido. Ignoro las más elementales reglas del beisbol y me cuesta trabajo entenderle, pero créanme que hice esfuerzos por mantenerme atento y tratar de descifrar las claves. Me cuesta trabajo entender por qué ese juego aficiona hasta el delirio a tanta gente. Yo simplemente no lo comprendo. Mis neuronas también juegan con los píes y meten goles y el lenguaje del out y la carrera les resulta incomprensible. En cualquier caso, a toda experiencia soy capaz de provecho y al menos ya nadie me cuenta lo que se siente ver volar pelotas a más de 90 millas. Además, seguro estoy que miles de aficionados que han ido a decenas de partidos, no han caminado por el diamante del Petco. Yo, en mi primera vez, bajé a la cancha. ¿Me será dado alguna vez caminar por Anfield u Old Trafford? Uno no camina donde quiere, sino donde lo invitan a caminar.


Mañana, dentro de unas horas, nace El Informador, hijo semanal de Info Baja. La prensa ya debe estar trabajando al momento en que escribo esto. También los primeros hijos de tinta y papel generan nervios e intensas emociones a sus padres. Desde mi satelital y externa posición me siento parte de este esfuerzo, al menos moralmente. El canto de cisne de la prensa escrita puede transformarse en la intensidad de un aria cuando un equipo tan creativo une sus esfuerzos para sacar a la calle una nueva criatura editorial que sin duda dará de que hablar. En hora buena.