Un nuevo periódico. La propuesta llega a bocajarro, sin preámbulos ni rodeos. Raymundo Ramírez, tu ex jefe y huésped a perpetuidad de tus peores pesadillas, te quiere ver esta noche para proponerte comenzar a trabajar en el proyecto de un nuevo diario.
-La cosa va en serio, Guillermo Demián. Antes de dos semanas debemos estar presentando el número cero. ¿Cuento contigo?
Su voz en el teléfono desempolva traumas ancestrales y revive fantasmas dormidos. Mal que bien te acostumbraste a sus llamadas de medianoche exigiendo cambios de última hora en la portada u ordenando bajar la de ocho para sustituirla por un reportaje de reserva. Para Raymundo Ramírez el buen periodismo nace del estrés y las madrugadas insomnes, y en afán de convertirte en un buen periodista te convirtió en un hombre estresado y te regaló mil blancas noches de insomnio. El buen reportero tiene que chingarse. Lo demás es hueva o zona de confort.
Cuando tras casi década y media de tomar fotos y tundir tecla quedaste en la calle con un finiquito mucho más modesto que el calculado, te juraste a ti mismo no volver a someterte al mandato de un déspota. Ya se enteraría el mundo de tu capacidad como periodista independiente, le dijiste muy seguro de ti mismo a tu aterrada esposa la noche de tu despido. Echarías a andar un portal de lo más creativo, puro periodismo digital de vanguardia, un producto nunca antes visto, pero tras fracasar con cuatro blogs pasquineros sin dar pie con bola ni poder vender más que un cintillo de publicidad a un regidor, empezaste a admitir que eso del freelanceo reporteril no sería tan sencillo. Al cabo de cuatro años de desempleo, cuatro blogs abortados y dos libritos de poesía con tiraje de 50 ejemplares, la llamada de Raymundo Ramírez es bálsamo para tus heridas de paria. Tu ex jefe habla en serio. Tiene que hablar en serio.
-Invité a los muchachos, te dice antes de colgar y aunque mucho tiempo gritaste que ya no querías volver a ver a ninguno de tus colegas, hoy te emociona la posibilidad del reencuentro, que se llevará a cabo en el Bar Zacatecas.