Beber de hidalgo la Concachafa
Nunca imaginé que esta copita supiera tan bien. Hace falta sufrirla en serio para saborearla y beberla de hidalgo. Hay partidos de puño cerrado y cuchillo cebollero en donde no se regala un milímetro. Hoy compruebo una vez más que Tigres y yo siempre vamos de la mano. Yo tenía también mi copa maldita que históricamente perdía y por fin se me hizo ganarla en 2020. Ahora el Felino de San Nicolás fue a rugir a Magic Kingdom... y vaya rugido. Lo siento angelinos, pero su guionista de Hollywood les falló con el final feliz a la gringa. Ahora sí: Habemus Mundial de Clubes. Puedes empezar a rezar Bayercito Múnich, porque te van a despellejar a zarpazos. Ya te cayó la Mazacuata de Nuevo León. ¡Arribaaa los Tigueeereeesss!!!
Pero claro, esta historia
viene de lejos: era el 26 de febrero de 2020 y el mundo aún fingía girar.
Alianza de San Salvador estaba a segundos de eliminar a Tigres cuando al minuto
94 Nahuel Guzmán desafió a la gravedad, a la lógica y a la cordura y con tremendo cabezazo mandó
el balón al fondo del arco de Rectoría. Vino después el viaje a Nueva York en
el que tantos regios se infectaron del recién llegado virus chino y entonces la
vida entera se puso en puntos suspensivos. Diez meses después el maleficio se
rompe. La copa embrujada al fin se va a San Nicolás y Tigres rumbo a Qatar.
Agárrense ahora sí mis bávaros cerveceros, aunque si de pedir deseos se trata, me
gustaría vengarme de las gallinas rioplatenses de Núñez (si es que ganan la
Liber, que lo dudo). Por lo pronto, estas copas se beben de hidalgo. Salud hoy
y siempre.
Pd- Y sí, esta copa sí
vale, sí cuenta, sí se disfruta, sí se grita, pero escuchen bien guadalupanitos con rayas: nada,
absolutamente nada, iguala ni eclipsa al 10 de diciembre de 2017.
Digo, por si estaban con el pendiente.
Nunca imaginé que esta
copita supiera tan bien. Hace falta sufrirla en serio para saborearla y beberla
de hidalgo. Hay partidos de puño cerrado y cuchillo cebollero en donde no se
regala un milímetro. Hoy compruebo una vez más que Tigres y yo siempre vamos de
la mano. Yo tenía también mi copa maldita que históricamente perdía y por fin
se me hizo ganarla en 2020. Ahora el Felino de San Nicolás fue a rugir a Magic
Kingdom... y vaya rugido. Lo siento angelinos, pero su guionista de Hollywood
les falló con el final feliz a la gringa. Ahora sí: Habemus Mundial de Clubes.
Puedes empezar a rezar Bayercito Múnich, porque te van a despellejar a
zarpazos. Ya te cayó la Mazacuata de Nuevo León. ¡Arribaaa los Tigueeereeesss!!!
Pero claro, esta historia
viene de lejos: era el 26 de febrero de 2020 y el mundo aún fingía girar.
Alianza de San Salvador estaba a segundos de eliminar a Tigres cuando al minuto
94 Nahuel Guzmán desafió a la gravedad, a la lógica y a la cordura y con tremendo cabezazo mandó
el balón al fondo del arco de Rectoría. Vino después el viaje a Nueva York en
el que tantos regios se infectaron del recién llegado virus chino y entonces la
vida entera se puso en puntos suspensivos. Diez meses después el maleficio se
rompe. La copa embrujada al fin se va a San Nicolás y Tigres rumbo a Qatar.
Agárrense ahora sí mis bávaros cerveceros, aunque si de pedir deseos se trata, me
gustaría vengarme de las gallinas rioplatenses de Núñez (si es que ganan la
Liber, que lo dudo). Por lo pronto, estas copas se beben de hidalgo. Salud hoy
y siempre.
Pd- Y sí, esta copa sí
vale, sí cuenta, sí se disfruta, sí se grita, pero escuchen bien guadalupanitos con rayas: nada,
absolutamente nada, iguala ni eclipsa al 10 de diciembre de 2017.
Digo, por si estaban con el pendiente.