Guerra de guerrillas y portazos punketos
Este
fin de semana han visto la luz un par de antologías en donde fui invitado a
colaborar. En las cavernas de la memoria. Antología del cuento guerrillero II,
es una compilación a la que fui invitado por Hugo Esteve Diaz y en donde
comparto páginas con una cofradía de colegas muy chingones, puro cuarto bat con
harto kilometraje en librescas vagancias. Todos los cuentos tienen como marco o
telón de fondo algún episodio relacionado con la guerrilla en México. Hoy fue
presentado en la Feria de Monterrey.
El
segundo libro es Abran esa puerta. Historias de portazos, a donde fui invitado
por Alfonso Morcillo y Jorge Tadeo y en donde una caterva de veteranos del lado
salvaje y jarcorero de la vida, narramos nuestras hazañas e infortunios en
tocadas a las que entramos a la brava, a punta de empujones y patadas. Por mera
coincidencia, en ambas antologías colaboro con piezas breves escritas hace ya
muchos años y nunca antes publicadas, pues formaban parte de proyectos mayores
que no germinaron. Espectros de El Otatal fue
inspirado en las entrevistas que hace 23 años le hice a un general veterano de
la campaña contra Lucio Cabañas en la Sierra de Guerrero, quien entonces estaba
preso en Almoloya. El segundo texto, llamado Ya no quedan más cojones, es una
crónica de la tocada de Eskorbuto en Tlalnepantla el día que cumplí 17 años y
que forma parte de una novela nunca publicada llamada 1991. Aún no llegan a mis
manos los libros, pero a la distancia me tomó un par de alipuses a la salud de
la horda de colegas con quienes comparto tan bonitas vecindades. Kanpai