La contundencia de las palabras invocadas por ese naufragio de duermevela con la docta frialdad de un maestro de anatomía. El sueño, como las alas de Ícaro, arde al aproximarse al centro duro. Todo clímax es fugacidad y destello. Lo traiciona el culo, dijo el taxista de Cuernavaca sobre Graco. Vaya refinada especie de Judas que me ha salido el cabroncito. Entre cetáceos y ojetes, los monstruos dormidos siempre arriban a la superficie. Toda primavera es traidora.
Un panzón apazguatado que vende El Sol en la parada de Ruta 4; una inmersión en albergue Las Memorias donde hay un autorretrato de una mujer carcomida por el vih (mórbidas venas saltan de su cuello y sus ojos abismales miran al vacío). Exploraciones al borde de calles prostibularias (hay una Zona Norte aferrada a reconstruirse en mi subconsciente) y hay (no podría no haberlo) historias de viajes errabundos y pobreza machacona. ¿Dónde yace el archivo muerto de los sueños olvidados? ¿De qué tamaño es el mar donde moran las pesadillas que se fueron sin dejar vestigio? Vestigio de un horror pasajero, la sombra cuya huella no es el recuerdo sino la intuición de su paso. En la fase profunda del sueño miramos a los ojos de los demonios pero el recuerdo de su mirada se esconde.
Saturday, April 04, 2015
Wednesday, April 01, 2015
Tres cervezas y cinco cigarros después, la charla desembocó irremediablemente en Guillermo Demian, cuyo fantasma de una u otra forma fue omnipresente durante el evento el Teatro del Estado. Por supuesto, ante cada frase o detalle del primer discurso de Alfio Wolf como gobernador, yo imaginaba lo que al respecto hubiera escrito Demian en su blog. Me duele no haberlo podido conocer nunca en persona. La única vez que hablamos por teléfono estábamos ambos demasiado borrachos y creo que no pudimos decirnos nada coherente. No sé hasta qué punto hubiera vivido la coronación de Wolf como una gran derrota en su vida o si lo hubiera visto como una oportunidad de abrir una nueva trinchera de lucha de seguir siendo el reportero jodón y molestoso, como lo fue durante los años de la alcaldía. La noche en que me llamó, Demian me dijo o me dio a entender algo así como que no habría toma de posesión, que Alfio Wolf se caería por un reportaje suyo. La verdad es que estaba tan borracha, que ni siquiera puedo recordar bien sus palabras.
Tuesday, March 31, 2015
En el siempre mentiroso espectro de la vida ordenada y ordinaria, compañías de seguros e inversionistas intentan calcular porcentajes reales de riesgo. Las fallas mecánicas, las inclemencias del clima e incluso el ataque terrorista caben dentro de los peligros que asume un pasajero cuando aborda un vuelo comercial. Lo que aún no me queda claro, es si el mundo cuadrado del dos más dos contempla el territorio oscuro de la mente humana dentro de su análisis de riesgo. Esa zona de turbulencia ontológica que en mayor o menor medida existe en cada persona. La cordura y la estabilidad mental de un copiloto patinando sobre una delgadísima capa de hielo a punto de romperse bajo la cual aguardan los abismos. ¿Quién escribirá la historia que nunca escribiré? El avión de Germanwings despedazado en los Alpes es la perfección del caos, el siniestro capricho de la aleatoriedad tejiendo 150 caminos de vida que van a desembocar precisamente ahí, en ese aeronave-mortaja donde Andreas Lubitz va escuchando las voces de sus demonios. La caja negra reproduce mostrencos fragmentos de los últimos instantes de angustia y terror, el capitán Patrick Sondenheimer gritando “abre la maldita puerta” sabiendo ya que esa ida al baño fue su viaje al infierno. “¿Puedes asumir el mando?”, preguntó el capitán a su subalterno sin saber que firmaba una colectiva sentencia de muerte. La caja negra arroja gritos e incertidumbre. Lo que nunca arrojará será el diálogo final de Lubitz con sus demonios. Triste y absurda condición humana, hijos del caos y no del orden. Mira el rostro sonriente de ese alemancito de 27 años y trata de encontrar en él la pulsión mortal que lo llevó a estrellarse contra la montaña. ¿En dónde carajos se refleja la insoportable atracción que ejerce el abismo?
Sunday, March 29, 2015
- Eso es todo lo que usted quiere de mí ¿verdad? Mi arrepentimiento sincero y mi salud a usted y a todo el mundo le valen una chingada. ¿Qué quiere que yo le diga? Lo que yo a usted pueda decirle ya todo el mundo lo sabe. ¿O me va a decir usted que no tiene ni idea? Usted y todos sus colegas lo han sabido siempre, yo no tengo que hablarles de nada. Saquen ustedes sus conclusiones y sumen dos más dos. A mí me pagaban por cumplir órdenes, no por andarme yendo por la libre, pero la conclusión que ustedes saquen o hayan sacado importa muy poco. La única verdad que vale es que yo ya me comí más de 24 años aquí y me estoy muriendo y ya lo único que quiero es poder morir en paz. Si usted imagina que alguien me lo ordenó, pues vaya y pregúntele a esa persona que usted cree me dio la orden, pregúntele por qué lo hizo, pero no me lo venga a preguntar a mí cuando ya ni siquiera me queda vida para hablar. Le dije a la madre Antonia que yo quería confesar públicamente que estoy arrepentido y no le miento. Si usted no oyó bien, se lo repito: arrepentido estoy, pero ya qué chingados me importa a estas alturas que alguien más pague por mi crimen. ¿A quién le va a servir eso? Ni a mí me sirve de nada ni le ayuda al que todavía llore o extrañe a ese señor que maté, si es que todavía queda alguno. Si usted me dijera que echarle la culpa a alguien más va servir para que el señor reviva, pues con todo gusto, pero cualquier cosa que pueda decir yo no va servirle de una chingada a nadie más que a usted, que quiere su nota escandalosa de ocho columnas. Suponiendo que yo le dijera lo que usted quiere oír, que la persona que usted piensa me dio la orden de matarlo ¿qué carajos cambiaría? ¿Algo sería distinto? Eso ya no importa. Los años que ya me tragué aquí no me los quita nadie y de la enfermedad tampoco me van a salvar. Yo voy a estar muerto dentro de muy poco tiempo, a lo mejor esta misma noche. Si de verdad hay otro mundo y ahí los muertos se encuentran ya veré dentro de muy poco al señor que me llevé de encuentro y le diré mis razones para haberle disparado. Las cuentas se las voy a rendir al Creador no a un reportero. A usted solo pudo decirle que estoy arrepentido y si eso no le basta, entonces búsquele por otra parte. Yo ya le dije lo que le tenía que decir.