Mi profesional hipocresía
Hace poco, precisamente el día de la marcha por Angélica Aguilar Navarro, escribí un post en el que hablé de como mis cursos de debate y oratoria me enseñaron a defender con vehemencia causas en las que no creo. Dicho en otras palabras y para no andar con rodeos, puedo y suelo ser un profesional de la hipocresía en el desempeño de mi labor periodística.
¿Por qué escribí de esa manera tan lagrimera la nota de la marcha? Porque quien les lleva a los tijuanenses lo sucedido es el periódico, no yo y por ende debo respetar su criterio editorial. En ese caso yo soy sólo un vehículo, un hombre con una camiseta puesta. No es este medio el espacio editorial para que Daniel Salinas se ponga a decirle al mundo lo que piensa y lo que siente en realidad. Para eso está Eterno Retorno. ¿Qué pienso de la marcha y de todo el fenómeno mediático que rodea a Angélica? Creo que no le quito ni un punto ni una coma a lo que han escrito al respecto Chango 100 y Burgués. Coincido absolutamente con ellos y no es necesario que yo agregue algo más.
En defensa de la fauna
Del proyecto de Chevron Texaco lo que más me preocupa no es una posible explosión, lo cual no deja de ser un accidente improbable, sino el daño absoluto e irremediable a la fauna marina y la alteración del ecosistema, lo cual es un hecho que sucederá. La explosión es una catástrofe que tiene pocas probabilidades de de ocurrir, pero los derramamientos de petróleo, la destrucción del habitad marino y la deformación del ecosistema es un hecho que ocurrirán, con o sin explosión y es por ello que me opongo al proyecto. Me repugna la idea de que un delfín o un lobo marino deban morir por la codicia de estos cerdos petroleros, sean gringos o mexicanos. Respecto a la soberanía, sólo puedo decir que me vale soberanamente madre.
La rola en mis audífonos: The man that Follows HELL de Down. Cualquier semejanza conmigo es mera coincidencia-
Hace poco, precisamente el día de la marcha por Angélica Aguilar Navarro, escribí un post en el que hablé de como mis cursos de debate y oratoria me enseñaron a defender con vehemencia causas en las que no creo. Dicho en otras palabras y para no andar con rodeos, puedo y suelo ser un profesional de la hipocresía en el desempeño de mi labor periodística.
¿Por qué escribí de esa manera tan lagrimera la nota de la marcha? Porque quien les lleva a los tijuanenses lo sucedido es el periódico, no yo y por ende debo respetar su criterio editorial. En ese caso yo soy sólo un vehículo, un hombre con una camiseta puesta. No es este medio el espacio editorial para que Daniel Salinas se ponga a decirle al mundo lo que piensa y lo que siente en realidad. Para eso está Eterno Retorno. ¿Qué pienso de la marcha y de todo el fenómeno mediático que rodea a Angélica? Creo que no le quito ni un punto ni una coma a lo que han escrito al respecto Chango 100 y Burgués. Coincido absolutamente con ellos y no es necesario que yo agregue algo más.
En defensa de la fauna
Del proyecto de Chevron Texaco lo que más me preocupa no es una posible explosión, lo cual no deja de ser un accidente improbable, sino el daño absoluto e irremediable a la fauna marina y la alteración del ecosistema, lo cual es un hecho que sucederá. La explosión es una catástrofe que tiene pocas probabilidades de de ocurrir, pero los derramamientos de petróleo, la destrucción del habitad marino y la deformación del ecosistema es un hecho que ocurrirán, con o sin explosión y es por ello que me opongo al proyecto. Me repugna la idea de que un delfín o un lobo marino deban morir por la codicia de estos cerdos petroleros, sean gringos o mexicanos. Respecto a la soberanía, sólo puedo decir que me vale soberanamente madre.
La rola en mis audífonos: The man that Follows HELL de Down. Cualquier semejanza conmigo es mera coincidencia-