Una mañana de abril
El Camino
Y ellos continuaban avanzando, sin saber, atravesando el vino de la primera misa, la lucha por el pan de cada día, la ignorancia y la necedad.
Avanzaban alegres, distraídos, pocas veces dudando, tan inocentes, relajados o tiesos, hacia el hoy final hacia la última palabra. Tan seguros comunes, callados, recitadores o imbéciles....
En general discutían planes y hablaban del futuro y del futuro de sus hijos y de las pequeñas y grandes revoluciones que sostenían en libros clavados en las axilas. Alguno movía los brazos mientras divagaban sobre recuerdos de amantes y flores mustias que llevaban el mismo nombre.
Juan Carlos Onetti
Cerca la bala
Ayer nos íbamos a dar en la madre bien y bonito y de una forma espantosa. Eran las 7:30 de la mañana, veníamos bajando por la Internacional con el tremendo vuelo que te da la pendiente en descenso, cuando en eso... ZAS, el carro de adelante se frena. La causa: Uno de esos atasques repentinos que se generan en Tijuana después de las lluvias a consecuencia de baches tamaño cráter lunar o pequeños oceanos en medio del pavimento. Pisé el freno hasta las más abismales profundidades que nunca había pisado cerrando los ojos ante la inminencia del soberano chingazo. Sólo escuché la llanta derrapar en el pavimento mojado y el jalón cuando el carro quedó detenido a unos centímetros de la defensa de adelante, que no alcanzó ni a besar. Ufffff. Cerca la bala. Hubiera sido en verdad un macroputazo marca “chillarás”. Pero nos salvamos. A veces creo que aparte de buenos frenos y reflejos, tengo a mi lado un ángel de la guarda al que le vale madre mi ateísmo y hace a menudo una chamba de primera. Quien quiera que seas, espíritu protector, GRACIAS.
¿Un post sobre los ebrios al volante? Suena interesante. Debo confesar que dos o tres veces en mi vida he manejado realmente ahogado en los placeres de Dionisio, pero en todas las ocasiones el espíritu que me cuida se puso a chambear horas extras y salí ileso.
También he manejado bicicleta en la madrugada luego de una noche de excesos y he salido bien librado. No deseo que vuelva a suceder. Una de las cosas en las que me considero responsable es en lo que se refiere al volante y aunque no he abusado de los cuidados de mi ángel o demonio guardián, lo cierto es que sí lo he puesto de copiloto o de piloto automático. Tal vez esa es una de las razones por las que nuestra vida nocturna ya no es tan activa. Nuestra casa está lejos de todo, en medio de la carretera y retornar de cualquier lugar significan unos cuantos kilómetros de autopista. Si algún día la providencia o mi ardua labor me transforman en un hombre rico (lo cual es absolutamente improbable mientras me dedique al periodismo) sólo un lujo burgués me consentiré: Contrataré un chofer y así podré retornar a casa en el estado que me plazca. Siendo más jovenzuelo, jamás me preocupaba por como volvería a casa, pues al no traer carro, siempre sería otro quien iría al volante y las más de las veces era un abnegado taxista quien tenía que soportarme al salir de los antros. De cualquier manera, hoy en día pienso que el mejor lugar parar beber en Tijuana es la sala de nuestra casa, en donde yo suelo ser el Dj y pongo excelente música como el Black Sabbath que suena en este preciso instante (Heaven and Hell ligado con The Sign of the Southern Cross para ser preciso) Elm problema es que Tijuana es un hervidero de ebrios manejando. Miles de personas hasta la madre de alcohol, coca y cristal deambulan por las calles de Tj la noche de un sábado y cualquier triste día se impactan contra tu inocente humanidad y te hacen pedazos. Pero hasta en de eso nos ha sabido cuidar el chambeador espiritu protector que nos asignaron desde el cielo. Es por ello que tengo muchas ganas de prometer que nunca volveré a hacerlo.
Deep Sabbath
Dado que el periódico ya me pagó la compensación prometida por el premio Rogelio Lozoya, lo celebré dándome un par de regalitos: ¿A que no adivinan qué? Faltaba más, un par de discos, dos clásicos conciertos de dos de los padres de esta criatura rockanrollera que tanto me motiva: El Made in Japan de Deep Purple, grabado en 1973, clasicazo entre los clasicazos, consideado el primer gran disco en vivo de la historia. 77 minutos para siete rolitas de lo más célebres del Púrpura Profundo.
Y el LiveEvil de Black Sabbath, grabado en 1982, en la época de oro de Dio en las vocales.
Siento una atracción especial hacia los discos en vivo. Hoy por la mañana me puse a hacer un censo de mis discos de conciertos y resultó que tengo 23 cds de bandas tocando live, sin contar tapes y los vinilos, que los tengo en Mty. Me gusta demasiado la vibra de los conciertos y es por ello que nunca resisto la tentación de comprar los discos en vivo de las bandas que me pasan. En este momento me encuentro en la sala escuchando Sabbath (Iron Man cantada por Dio y no por Ozzy) El de Purple son palabras mayores. El Backmoore poniéndole a las cuerdas de su lira como los dioses. Además el Púrpura se avienta unas versiones larguísimas de todas las rolas, de la misma forma que hace Zeppelin en How The West Was Won, un discazo triple de aquellos. Las bandas de aquella época no escatimaban a la hora de reinventar sus propias rolas en las tocadas y alargarlas hasta lo imposible. Algo similiar sucede con Rainbow On Stage. Es más, al rato me avantaré un top ten de discos en vivaracho. ¿Y a quién chingados le interesa pregunta una voz interior? Pos nomás a mí, respondo.
Cumpleaños
Un 3 de abril de 1992, en algún lugar del Sur de Monterrey, nació un cachorrito indefinido entre french y maltés que llevaría el nombre de Morris y dice la historia que seis años depués emigró a Baja California y que hasta la fecha ha llevado una vida mucho más satisfactoria y llena de mimos y atenciones que la de muchos niños mexicanos. Felicidades.
El Camino
Y ellos continuaban avanzando, sin saber, atravesando el vino de la primera misa, la lucha por el pan de cada día, la ignorancia y la necedad.
Avanzaban alegres, distraídos, pocas veces dudando, tan inocentes, relajados o tiesos, hacia el hoy final hacia la última palabra. Tan seguros comunes, callados, recitadores o imbéciles....
En general discutían planes y hablaban del futuro y del futuro de sus hijos y de las pequeñas y grandes revoluciones que sostenían en libros clavados en las axilas. Alguno movía los brazos mientras divagaban sobre recuerdos de amantes y flores mustias que llevaban el mismo nombre.
Juan Carlos Onetti
Cerca la bala
Ayer nos íbamos a dar en la madre bien y bonito y de una forma espantosa. Eran las 7:30 de la mañana, veníamos bajando por la Internacional con el tremendo vuelo que te da la pendiente en descenso, cuando en eso... ZAS, el carro de adelante se frena. La causa: Uno de esos atasques repentinos que se generan en Tijuana después de las lluvias a consecuencia de baches tamaño cráter lunar o pequeños oceanos en medio del pavimento. Pisé el freno hasta las más abismales profundidades que nunca había pisado cerrando los ojos ante la inminencia del soberano chingazo. Sólo escuché la llanta derrapar en el pavimento mojado y el jalón cuando el carro quedó detenido a unos centímetros de la defensa de adelante, que no alcanzó ni a besar. Ufffff. Cerca la bala. Hubiera sido en verdad un macroputazo marca “chillarás”. Pero nos salvamos. A veces creo que aparte de buenos frenos y reflejos, tengo a mi lado un ángel de la guarda al que le vale madre mi ateísmo y hace a menudo una chamba de primera. Quien quiera que seas, espíritu protector, GRACIAS.
¿Un post sobre los ebrios al volante? Suena interesante. Debo confesar que dos o tres veces en mi vida he manejado realmente ahogado en los placeres de Dionisio, pero en todas las ocasiones el espíritu que me cuida se puso a chambear horas extras y salí ileso.
También he manejado bicicleta en la madrugada luego de una noche de excesos y he salido bien librado. No deseo que vuelva a suceder. Una de las cosas en las que me considero responsable es en lo que se refiere al volante y aunque no he abusado de los cuidados de mi ángel o demonio guardián, lo cierto es que sí lo he puesto de copiloto o de piloto automático. Tal vez esa es una de las razones por las que nuestra vida nocturna ya no es tan activa. Nuestra casa está lejos de todo, en medio de la carretera y retornar de cualquier lugar significan unos cuantos kilómetros de autopista. Si algún día la providencia o mi ardua labor me transforman en un hombre rico (lo cual es absolutamente improbable mientras me dedique al periodismo) sólo un lujo burgués me consentiré: Contrataré un chofer y así podré retornar a casa en el estado que me plazca. Siendo más jovenzuelo, jamás me preocupaba por como volvería a casa, pues al no traer carro, siempre sería otro quien iría al volante y las más de las veces era un abnegado taxista quien tenía que soportarme al salir de los antros. De cualquier manera, hoy en día pienso que el mejor lugar parar beber en Tijuana es la sala de nuestra casa, en donde yo suelo ser el Dj y pongo excelente música como el Black Sabbath que suena en este preciso instante (Heaven and Hell ligado con The Sign of the Southern Cross para ser preciso) Elm problema es que Tijuana es un hervidero de ebrios manejando. Miles de personas hasta la madre de alcohol, coca y cristal deambulan por las calles de Tj la noche de un sábado y cualquier triste día se impactan contra tu inocente humanidad y te hacen pedazos. Pero hasta en de eso nos ha sabido cuidar el chambeador espiritu protector que nos asignaron desde el cielo. Es por ello que tengo muchas ganas de prometer que nunca volveré a hacerlo.
Deep Sabbath
Dado que el periódico ya me pagó la compensación prometida por el premio Rogelio Lozoya, lo celebré dándome un par de regalitos: ¿A que no adivinan qué? Faltaba más, un par de discos, dos clásicos conciertos de dos de los padres de esta criatura rockanrollera que tanto me motiva: El Made in Japan de Deep Purple, grabado en 1973, clasicazo entre los clasicazos, consideado el primer gran disco en vivo de la historia. 77 minutos para siete rolitas de lo más célebres del Púrpura Profundo.
Y el LiveEvil de Black Sabbath, grabado en 1982, en la época de oro de Dio en las vocales.
Siento una atracción especial hacia los discos en vivo. Hoy por la mañana me puse a hacer un censo de mis discos de conciertos y resultó que tengo 23 cds de bandas tocando live, sin contar tapes y los vinilos, que los tengo en Mty. Me gusta demasiado la vibra de los conciertos y es por ello que nunca resisto la tentación de comprar los discos en vivo de las bandas que me pasan. En este momento me encuentro en la sala escuchando Sabbath (Iron Man cantada por Dio y no por Ozzy) El de Purple son palabras mayores. El Backmoore poniéndole a las cuerdas de su lira como los dioses. Además el Púrpura se avienta unas versiones larguísimas de todas las rolas, de la misma forma que hace Zeppelin en How The West Was Won, un discazo triple de aquellos. Las bandas de aquella época no escatimaban a la hora de reinventar sus propias rolas en las tocadas y alargarlas hasta lo imposible. Algo similiar sucede con Rainbow On Stage. Es más, al rato me avantaré un top ten de discos en vivaracho. ¿Y a quién chingados le interesa pregunta una voz interior? Pos nomás a mí, respondo.
Cumpleaños
Un 3 de abril de 1992, en algún lugar del Sur de Monterrey, nació un cachorrito indefinido entre french y maltés que llevaría el nombre de Morris y dice la historia que seis años depués emigró a Baja California y que hasta la fecha ha llevado una vida mucho más satisfactoria y llena de mimos y atenciones que la de muchos niños mexicanos. Felicidades.