Pasos de Gutenberg
Con M de Marilyn
Rafael Ramírez Heredia
Punto de lectura
Por Daniel Salinas Basave
Todavía no llega el día en que una narración, sea cuento o novela, del tampiqueño Rafael Ramírez Heredia me haga sentir defraudado.
Este hábil narrador, ganador del Premio Juan Rulfo con su cuento “El Rayo Macoy”, siempre se las arregla para atraparme en sus páginas de la misma forma que una telaraña captura sus presas.
Entre más avanzo más atrapado voy quedando y lo único que me resta por aceptar es que me es imposible dejar sus libros hasta no llegar al punto final.
Aún así, tenía ciertas reservas a la hora de empezar a leer “Con M de Marilyn”, en gran medida por el poco interés que la rubia más célebre de Hollywood despierta en mí.
Tal vez muchos de los devotos de la Monroe hayan recurrido a esta obra buscando la revelación periodística sobre los últimos días de la actriz y la leyenda que gira en torno a su viaje a México.
Más de uno querrá saber detalles chismosos en torno a la relación de a diva con los Kennedy y su adicción a las drogas, temas que Ramírez Heredia aborda.
El mito cinematográfico de Marilyn, encarnizado en una mujer deprimida y llena de problemas llamada Norma Jean Mortenson y el mundillo del cine mexicano en los albores de los años sesenta, ambientado al más puro estilo Ramírez Heredia, un autor capaz de ponerle música y sabor a cada párrafo.
Pero independientemente de verdades periodísticas o ficciones literarias, yo prefiero tomar a “M de Marilyn” como una excelente novela de ficción.
Si hay algo de verdad o es sólo producto de la riquísima imaginación de Ramírez Heredia lo que en estas páginas se narra, es algo que no me preocupa averiguar.
En lo personal, debo confesar que Marilyn no es ni de cerca una santa de mi devoción. No la considero una gran actriz y me parece el símbolo más acabado de la mujer-objeto, prototípicamente boba y sin mayores aptitudes que la belleza física.
Pero es ahí donde reside la maestría de un señor narrador como Ramírez Heredia, que ha logrado capturar a un lector que confiesa no tener el más mínimo interés en el mito de la rubia.
Más allá del símbolo que representa Marilyn, la verdadera delicia de esta novela está en la malicia con la que el tampiqueño nos va conduciendo por un laberinto de conspiraciones que desembocan a cada momento en una sorpresa.
La novela comienza cuando José Baños, un cineasta marginal de la Ciudad de México, se entera de la visita de Marilyn Monroe al país
Baños, un hombre que rueda de matrimonio en matrimonio siempre en espera de realizar su obra máxima, es un devoto de Marilyn a quien llama la Diosa.
La sola evocación de la rubia y la posibilidad de poder conocerla en persona, s suficiente para transformar su vida.
Pero no solamente la vida de Baños se transforma con la noticia de la llegada de la Monroe; también el mundo de la farándula mexicana de mediados del Siglo pasado tiembla ante la sola posibilidad de su presencia.
Envidias femeninas y deseos masculinas, rumores de la prensa, expectativas de todo tipo anteceden su llegada.
Pero más allá de un mero acontecimiento farandulero, el arribo de Marilyn supone la punta de lanza de todo un complot y es ahí donde empieza la parte policíaca de la novela para que la Ramírez Heredia se pinta solo para agarrar al lector y no soltarlo hasta el punto final.
Con M de Marilyn
Rafael Ramírez Heredia
Punto de lectura
Por Daniel Salinas Basave
Todavía no llega el día en que una narración, sea cuento o novela, del tampiqueño Rafael Ramírez Heredia me haga sentir defraudado.
Este hábil narrador, ganador del Premio Juan Rulfo con su cuento “El Rayo Macoy”, siempre se las arregla para atraparme en sus páginas de la misma forma que una telaraña captura sus presas.
Entre más avanzo más atrapado voy quedando y lo único que me resta por aceptar es que me es imposible dejar sus libros hasta no llegar al punto final.
Aún así, tenía ciertas reservas a la hora de empezar a leer “Con M de Marilyn”, en gran medida por el poco interés que la rubia más célebre de Hollywood despierta en mí.
Tal vez muchos de los devotos de la Monroe hayan recurrido a esta obra buscando la revelación periodística sobre los últimos días de la actriz y la leyenda que gira en torno a su viaje a México.
Más de uno querrá saber detalles chismosos en torno a la relación de a diva con los Kennedy y su adicción a las drogas, temas que Ramírez Heredia aborda.
El mito cinematográfico de Marilyn, encarnizado en una mujer deprimida y llena de problemas llamada Norma Jean Mortenson y el mundillo del cine mexicano en los albores de los años sesenta, ambientado al más puro estilo Ramírez Heredia, un autor capaz de ponerle música y sabor a cada párrafo.
Pero independientemente de verdades periodísticas o ficciones literarias, yo prefiero tomar a “M de Marilyn” como una excelente novela de ficción.
Si hay algo de verdad o es sólo producto de la riquísima imaginación de Ramírez Heredia lo que en estas páginas se narra, es algo que no me preocupa averiguar.
En lo personal, debo confesar que Marilyn no es ni de cerca una santa de mi devoción. No la considero una gran actriz y me parece el símbolo más acabado de la mujer-objeto, prototípicamente boba y sin mayores aptitudes que la belleza física.
Pero es ahí donde reside la maestría de un señor narrador como Ramírez Heredia, que ha logrado capturar a un lector que confiesa no tener el más mínimo interés en el mito de la rubia.
Más allá del símbolo que representa Marilyn, la verdadera delicia de esta novela está en la malicia con la que el tampiqueño nos va conduciendo por un laberinto de conspiraciones que desembocan a cada momento en una sorpresa.
La novela comienza cuando José Baños, un cineasta marginal de la Ciudad de México, se entera de la visita de Marilyn Monroe al país
Baños, un hombre que rueda de matrimonio en matrimonio siempre en espera de realizar su obra máxima, es un devoto de Marilyn a quien llama la Diosa.
La sola evocación de la rubia y la posibilidad de poder conocerla en persona, s suficiente para transformar su vida.
Pero no solamente la vida de Baños se transforma con la noticia de la llegada de la Monroe; también el mundo de la farándula mexicana de mediados del Siglo pasado tiembla ante la sola posibilidad de su presencia.
Envidias femeninas y deseos masculinas, rumores de la prensa, expectativas de todo tipo anteceden su llegada.
Pero más allá de un mero acontecimiento farandulero, el arribo de Marilyn supone la punta de lanza de todo un complot y es ahí donde empieza la parte policíaca de la novela para que la Ramírez Heredia se pinta solo para agarrar al lector y no soltarlo hasta el punto final.