Eterno Retorno

Wednesday, September 30, 2009

Nunca en siete años había subido imágenes en esta cunaporquerioza. Esta semana he decidido romper un añejo paradigma. ¿Seguirán a este paso las fotos personales y el espacio de comentarios? Mmm, no, ya bastante es con haber roto la monarquía absoluta de la letra.

No sabría definir a qué velocidad corre el tiempo de espera de Iker Santiago. A veces parece que el embarazo ha sido un suspiro, pero otras corre a paso de tortuga. Hay días en que las ansias y la curiosidad hacen de las suyas y deseamos que salga de una vez. En cualquier caso, nuestra vida ha cambiado. Nuevos lugares entran a nuestra cartografía y nuevos términos invaden nuestro léxico. Posiblemente hoy en día no estaría enterado de la existencia de un sitio llamado Babes,Rus , un lugar que durante años jamás existió en mi mapa y en donde han transcurrido nuestros últimos domingos. Tampoco sabía que encontrar una minicuna fuera tan problemático y que armar una mecedora fuera tan sencillo.

Hoy no conecto. Hay veces que me estoy, que el vino asienta y la música hipnotiza. Hay días que no. Tírame un cable a tierra. Por favor.

Nunca en mi larga vida había acudido a ver un partido de beisbol de grandes ligas. Alguna vez, hace muchos años, cubrí al entonces gobernador de Nuevo León Fernando Canales cuando inauguró una temporada de los Sultanes, pero no se quedó todo el partido. Anoche, nuevamente por motivos laborales, fui a caer a un estadio de beisbol, el Petco Park en San Diego, sólo que ahora sí nos quedamos todo el partido. Jugaban Padres contra Dodgers el clásico del Sur de California. En el papel, dicen los que saben, es un gran partido. Ignoro las más elementales reglas del beisbol y me cuesta trabajo entenderle, pero créanme que hice esfuerzos por mantenerme atento y tratar de descifrar las claves. Me cuesta trabajo entender por qué ese juego aficiona hasta el delirio a tanta gente. Yo simplemente no lo comprendo. Mis neuronas también juegan con los píes y meten goles y el lenguaje del out y la carrera les resulta incomprensible. En cualquier caso, a toda experiencia soy capaz de provecho y al menos ya nadie me cuenta lo que se siente ver volar pelotas a más de 90 millas. Además, seguro estoy que miles de aficionados que han ido a decenas de partidos, no han caminado por el diamante del Petco. Yo, en mi primera vez, bajé a la cancha. ¿Me será dado alguna vez caminar por Anfield u Old Trafford? Uno no camina donde quiere, sino donde lo invitan a caminar.


Mañana, dentro de unas horas, nace El Informador, hijo semanal de Info Baja. La prensa ya debe estar trabajando al momento en que escribo esto. También los primeros hijos de tinta y papel generan nervios e intensas emociones a sus padres. Desde mi satelital y externa posición me siento parte de este esfuerzo, al menos moralmente. El canto de cisne de la prensa escrita puede transformarse en la intensidad de un aria cuando un equipo tan creativo une sus esfuerzos para sacar a la calle una nueva criatura editorial que sin duda dará de que hablar. En hora buena.