Eterno Retorno

Friday, April 23, 2021

Tanto amor y tanto vino...

 


 

Compartiendo el amor, el vino, el camino de vida, la larga charla y el fascinante viaje que nunca termina ni deja sorprender con su magia.

Alguien dijo por ahí algo relativo a honrar cierta alineación de astros bebiendo un muy buen vino el día 21 a las 21:21. Bueno, pues digamos que Carol y yo les tomamos la palabra con horario extendido y aprovechando que justo en ese cabalístico 21 me tocó sumarle una vuelta más al Sol, pues motivos tuvimos de sobra para recorrer como peregrinos nuestro embrujado valle. Nuestra primera salida larga después de un confinamiento con complejo de eternidad. Siete diferentes casas vinícolas recorrimos y un restaurante de otro mundo bajo un roble centenario  a lo largo de dos días en que a la primavera le dio por disfrazarse de invierno. Los cielos nublados y los coqueteos de la lluvia pusieron su dosis de magia en el paisaje. Viñedos, cavas subterráneas, árboles encantados. La historia dice que al menos en Monterrey mi cumpleaños traía consigo la lluvia y no fueron pocas las  piñatas que rompí bajo tercos diluvios. Lo cierto es que no suelo completar vueltas al sol bajo cielos desnudos y horizontes pelones, pues a las nubes les da por ser fieles escoltas en estos días. Aunque anduvimos (al puro estilo de Chente) de un rancho a otro, he tenido tiempo de leer con mucha emoción los mensajes que me han dejado. Mi gratitud con ustedes colegas. Ya iré respondiendo poco a poco. Los canijos años no dejan de pasar, pero a mí siempre me ilusiona poder probar un nuevo vino y compartirlo con Carolina y emprender un nuevo paseo con ella, tan cerca o tan lejos como sea posible. Me ilusiona   empezar a leer una novela que amenaza con atraparme, escuchar de manera aleatoria una canción de desconocida e intuir que en algún profundo yacimiento interior yace el embrión de una nueva historia que tal vez algún día escribiré. La mitad del camino de la vida ya ha quedado atrás (porque a los 94 años no voy a llegar)  pero les juro colegas, les juro  que ha valido la pena vivir estos 47.