Eterno Retorno

Monday, April 19, 2021

Cisma

 



1- No encontraría ninguna emoción e inspiración en escribir un cuento sobre el enésimo trofeo del Real Madrid o sobre un gol galáctico de Messi o Cristiano Ronaldo. A mí me inspiran historias como la del Shakther Karagandy de Kazajistán que riega la cancha con la sangre de ovejas degolladas antes de los partidos. Me emocionan las historias de los periféricos, los marginales, los huéspedes no invitados, los absolutamente improbables. En la Súper liga europea no habrá historias como esa y por eso mismo el odioso torneo de millonarios me parece insoportablemente aburrido.

2- El futbol es por fortuna un juego humano (demasiado humano, diría Nietzsche) y aunque a nivel profesional el dinero lo controle casi todo, al final sigue siendo un juego de seres vivos y no de máquinas. Factores físicos, emocionales, psicológicos, climáticos o sociopolíticos pueden torcer la lógica de un resultado y es por ello que este deporte es apasionante. Su improbabilidad e irregularidad es lo que acaba dándole sabor por encima del supuesto espectáculo. El futbol no es controlado por un algoritmo ni sigue la lógica del videojuego, sino por el caos de la esencia humana.

3- La rebelión de los millonarios del futbol europeo y la creación de su Súper liga representa la entronización del híper capitalismo en el deporte profesional. Significaría enriquecer a los que ya de por sí son inmensamente ricos y marginar a todos los demás. Un torneo esencialmente excluyente. La Súper liga sería el equivalente a un videojuego de multinacionales concebido única y exclusivamente para exprimirle más dólares a la televisión. No dudo que sus horarios sean diseñados pensando en los televidentes del lejano Oriente y no me extrañaría que los partidos acaben jugándose en Shanghái, Hong Kong, Qatar o Dubái.

4- Desconfío sistemáticamente de cualquier millonario súper poderoso como Florentino Pérez cuyo discurso comience con “lo hacemos para salvarlos o lo hacemos por su bien…”. A callar. Digan mejor que lo hacen única y exclusivamente para ser más ricos. ¡Todo por la pasta! les manda decir La Polla Récords.

5- La Súper liga es un asunto de finanzas, de carteras, no de méritos deportivos. Ni Manchester City, ni Arsenal o Tottenham han ganado nunca el máximo trofeo continental. Tienen menos copas orejonas que el Estrella Roja de Belgrado o el Steaua de Bucarest. Que la UEFA y la FIFA son corruptas es por todos sabido, pero al menos buscan ser incluyentes.

6- Era un gusto ver a equipos ingleses chicos como Nottingham Forest o Aston Villa levantar la orejona en los ochenta, como era un gusto ver al Malinas belga ganar la Recopa contra el Ajax de Cruyff y Van Basten o ver una final tan improbable como el Goteborg sueco contra el Dundee escocés en la Copa UEFA. Son muchísimos factores, pero el futbol es mucho menos democrático e incluyente ahora que hace 30 años. Me gusta mucho más el espíritu de torneos absolutamente abiertos como la Copa FA en donde equipos de pueblo de la cuarta división pueden plantarle cara a un Man United. Ve lo que acaba de hacer Defensa y Justicia de Argentina, el equipo del barrio Florencio Varela, hoy flamante campeón de Recopa Sudamericana contra un gigantón como Palmeiras. Esas cenicientas  se acabarían como la súper liga.