La vida se construye con ráfagas de hedonismo, mundanos placeres cotidianos cuya compulsiva repetición da sentido al día a día. El sol ocultándose tras las islas Coronado en una tarde de otoño, un potente riff metalero reventando la bocina, la enésima relectura de un cuento de Borges, la primera caminata por las calles de una ciudad desconocida, el buen café humeando en la prensa cada mañana, la costilla y el rib eye chirriando en el asador, el primer trago de vino después de decir salud. Placeres, divinos placeres, como humillar en su casa al equipo más pedante, odioso y cagante de México. El que se haya vuelto una costumbre y forme parte de la vida cotidiana no le quita lo disfrutable. ¡ARRIBA LOS TIGUEEERREESSS!!!!
Sunday, September 29, 2019
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