Baja 100
El reto comenzó esta madrugada. La intención
es atravesar nuestra Península a lo ancho, de mar a mar. Hoy hemos cumplido con
éxito la cuarta parte de la ruta, 29 kilómetros de caminata ininterrumpida. A
las 4:00 de la mañana, la alucinante duermevela era la canción de la incesante
lluvia invernal cayendo sobre nuestra carpa en Playa Altamira y el retumbar del
Pacífico en una noche oscurísima. Un arcoíris nos dio los buenos días y rayando
el alba emprendimos la travesía. La salida no fue sencilla, pues había que
avanzar dando pasos de plomo en el lodazal pero el calentamiento y el ritmo
cardiaco consuman milagros. En algún momento los pasos se tornan hipnóticos, un
viaje casi onírico entre espontáneos baños de lluvia y ráfagas de sol
derramándose entre los saguaros. La misma arena, el mismo cielo, los mismos
cardones y zalates que vieron Kino, Salvatierra y Consag, el brazo de tierra
que emergió del fondo marino, el páramo que pudo ser ínsula de amazonas y fin
del mundo conocido. Cae la noche, arrecia el frío, Mañana seguiremos
fundiéndomos en el embrujo de nuestra península.