Eterno Retorno

Saturday, December 22, 2007

Una Navidad de tripas corazón.

Mi primera Navidad absolutamente estoica.

En las navidades tiendo a volverme más ateo (si es que la ateología puede medirse en grados) pero lo cierto es que anoche sí pude decir que Dios o el Diablo fueron mis copilotos e inexplicablemente me llevaron ileso a casa luego de mi primera y única posada de la temporada y mi primer exceso en mucho tiempo. Tras semanas de sobriedad extrema, media botella de Jack y una carretera oscura atiborrada de neblina parecían ser mi definitivo pasaporte al Infierno. Pero mi copiloto fantasma decidió que el Infierno debe esperarme un poco más.