Eterno Retorno

Sunday, July 27, 2025

El Metal hizo un pacto mefistofélico y vivirá por siempre

 


Uno es los libros que ha leído, los países a los que ha viajado, el Metal que ha escuchado y los cientos de conciertos a los que ha acudido. De repente, mi di cuenta de cuántos de mis discos tienen guardado de recuerdo el boleto de un toquín. Los Monstruos sagrados van muriendo poco a poco, pero yo me siento afortunado de haber nacido en un mundo y en una época en donde pude ver varias veces  en vivo a Motörhead, a Maiden, a Ozzy, a Dio, a Judas, a King Diamond- Mercyful Fate, a Slayer, a Rush, a Accept, a Pantera, a Death, a Sepultura (con los Cavalera), a Carcass, a Sabaton, a Therion.  Murió Dio, murió Lemmy, murió Neil Peart, murió Ozzy; murieron Dimebag Darrell, Jeff Hanneman, Chuck Schulinder, Paul Di Anno, pero a todos alcancé a verlos en vivo. Nadie me lo platicó. Yo sé que después morirá Iommi, Halford, Butler, Udo, King Diamond, Mustaine, Anselmo, Kai Hansen e incluso Harris y Dickinson (pese a lo sanos que están) y sin duda nos sentiremos cada vez más huérfanos, pero déjenme decirles que el Metal hizo un pacto mefistofélico y vivirá por siempre.

Carajo, mientras se estaba tocando el homenaje y despedida a Black Sabbath en el estadio de Aston Villa, Iron Maiden abarrotaba el estadio del Atlético de Madrid y muchos festivales metaleros alrededor de Europa se celebraban con sold out absoluto. El Metal siempre ha tenido vida propia y nunca ha necesitado del espíritu de la época para existir.



Yo estoy seguro que en este verano, después del concierto homenaje a Black Sabbath y la posterior muerte de Ozzy, miles de niños y jóvenes alrededor del mundo están descubriendo esta música tan chingona. En estos días de julio sin duda son muchos los que están escuchando por primera vez en sus vidas Paranoid, War Pigs, Crazy Train,  Míster Crowley y N.I.B y te puedo jurar que no serán pocos los que se volverán devotos. Es fascinante, revelador y peligroso descubrir el Heavy Metal, como sin duda muchos lo están descubriendo en este verano que nunca olvidarán. Porque cuando el Metal llega ti, comulgas con él y sellas el pacto, tu vida nunca vuelve a ser la misma. Vaya que no. Yo lo descubrí en 1984 y desde entonces la bocina no ha dejado de reventar. Nunca lo pude superar y a estas alturas de mi vida, creo que ya puedo afirmar que me moriré escuchando ese eterno riff.