Eterno Retorno

Friday, October 03, 2014

La encarnación de mi bipolaridad yace en esa sensación tan matutina donde todas las músicas me hablan; una sensación condenada a degenerar en el menhir que se posa sobre mi cuerpo después del mediodía. Por la mañana las letras son mis aliadas, la fuente inagotable, la tormenta de locuras y alucinajes. Por la tarde queda por herencia un pozo seco y soñoliento, unas alas de ladrillo, la certidumbre mi total absurdo. Mezcla rara de linyera y simio; pelo en la espalda y en los hombros, cabeza calva y barba enmarañada, piel de tecato, olor de sudor acre, despierta sobre la cama altar con escaleras de alfombra. Camas pirámides, altares sobrepuestos en donde despierta el mono-pordiosero, dueño de un gato negro (que no pardo) prófugo de Poe. Gato cuyos colmillos poseo. Gato que me persigue al salir de la casa. Gato en el que me transformo.