Eterno Retorno

Friday, April 18, 2025

Protocolo de Kyoto

 


Durante milenios fue una ciudad vedada para los extranjeros. Era la sagrada capital del Imperio y solo ojos nipones podían contemplar sus templos y sus geishas. Aún cuando Japón tuvo que abrirse forzadamente al comercio exterior en la segunda mitad del Siglo XIX, su ciudad sagrada seguía cerrada para los forasteros. Dicen que la primera delegación extranjera en ser oficialmente admitida fue la integrada por los astrónomos mexicanos encabezados por Francisco Díaz Covarrubias, quienes en 1874 vinieron a ver el paso de Venus por la órbita del Sol. Hoy miles de turistas la infestamos y hasta me siento un poco culpable de fotografiar sus templos. Desde las alturas de su torre podemos contemplar lo mucho que se ha extendido, aunque hay algo en su esencia profunda que conserva el alma de pueblo tradicional. Kyoto es su nombre y su vestido color cereza poco a poco se despinta mientras los últimos sakuras van cayendo sobre el río

Wednesday, April 16, 2025

El calígrafo como artista


 

La caligrafía japonesa es un arte. El shodo o camino de la escritura combina estética y filosofía Zen y es considerada una forma activa de meditación. Es por ello que aprecio tanto el Goshuin, esta sublime forma de coleccionismo y peregrinación, en donde el sello propio de cada templo se combina con el trazo maestro del monje. Dado que mi escritura a mano es catastrófica, siempre he admirado la destreza de un gran calígrafo.

Monday, April 14, 2025

Koyasan


 

Tras el bullicio de Osaka y su Expo Mundial, nos envuelve ahora el silencio monástico de Koyasan. Este pueblo en lo alto de la montaña es el centro neurálgico del Budismo Shingon en Japón. Es aquí donde hace mil 200 años vivió Kobodaishi, el monje que trajo el budismo al país. Llegamos ayer al mediodía después de una hora y media de viaje en tren desde Osaka. Una vez en la estación debes tomar un teleférico que te sube la montaña. Nos recibió una fría lluviecita y una niebla pertinaz. Hoy despertamos antes de las 5:00 am y al amanecer nos dieron la oportunidad de presenciar el rezo budista del alba en un monasterio, una experiencia intensa. Después fuimos al cementerio en donde está el mausoleo de Kobodaishi. Descomunales cedros fungen como centinelas. Creo que son los árboles más altos que he visto en mi vida. El musgo sobre rostro de piedra de los Budas es el mensajero del vaivén de los ciclos, la danza eterna de la vida y la muerte.

Bye, bye Marito



 1- Y finalmente, el último de titanes dijo adiós. Cierren la puerta y enciendan las luces. Ahora sí se acabó la función.

2- Cuando estoy de viaje trato, en la medida de lo posible, de no estar al pendiente de las noticias, pero fue imposible no enterarme de la muerte del último gran Novelista con mayúsculas de la misma forma que me fue imposible no emocionarme con el cardiaco triunfo de los Tigres en el clásico.
3- Acaso algún día (suponiendo que aún haya mañana) recordaré el helado mediodía en que al salir del cementerio de Okunoin en Koyasan, recibimos la noticia de la muerte de Mario Vargas Llosa. Minutos antes, frente a la tumba del shogun Oda Nobunaga, Carol y yo hablábamos del sentido de la muerte entre los budistas y del verde musgo eternamente renovado sobre piedras centenarias.
4- En uno de tantos cursos y seminarios de periodismo que tomé en mi época de reportero, un editor español nos recomendó (al puro estilo de Sostiene Pereira) ser previsores y emprender por adelantado una sección de obituarios por venir. Hacer una lista de grandes personalidades al borde de la muerte e ir preparando el perfil, el desglose de su vida, las fotos de antaño y toda la parafernalia que rodea a la muerte de un gigante. Yo estoy seguro que el obituario de Mario Vargas Llosa ya estaba preparado en El País y en las grandes publicaciones liberales de habla hispana y es sin duda el último de ese tamaño dedicado a un escritor. En el futuro (tal como ya es en el presente) la muerte de un novelista latinoamericano será solo una nota breve a pie de página. Vargas Llosa fue el último en parar prensas. Recuerden este día porque es el último en quevel adiós de un literato es noticia mundial.
5- Sí, con Vargas Llosa se fue el último gran novelista latinoamericano o acaso (con perdón de Salman Rushdie, Coetzee, Orhan Pamuk o De Lillo) el último gran novelista del mundo occidental. Un novelista con el peso político y social que tuvo un Víctor Hugo en Francia o un Charles Dickens en Inglaterra. Claro que se pueden escribir (y sin duda se escribirán) grandes novelas en el Siglo XXII, pero es la última vez que la muerte de un novelista pone a los jefes de estado y a los jerarcas del mundo a mandar pésames oficiales. Vaya, también Daniel Sada escribió novelas descomunales, verdaderas obras de arte, lo que no impidió que su muerte fuera una nota breve lamentada por unos cuantos cientos de nerds literarios. En el 2050 podría escribirse un Quijote y no pasaría nada, absolutamente nada.
6- Yo empecé con Los Cachorros en la adolescencia. La tragedia de Pichulita Cuéllar fue mi debut y recuerdo que seguí con Elogio de la madrastra, con la catorceañera curiosidad de leer una novela cachonda. A partir de entonces ya no paré y para cuando llegué a Conversación en la Catedral intuí estar frente a un tótem que también podía ser inmensamente divertido, pues La tía Julia y el escribidor me hizo reír muchísimo. La única de sus obras mayores que leí recién salida de la imprenta fue La fiesta del Chivo que compré en Librería El Día cuando era un recién llegado a Tijuana y que devoraba en el asiento trasero de las guayinas en el largo trayecto entre Playas y la redacción de Frontera.
7- Tal vez después del Chivo no volvió a escribir una obra mayor, pero yo sí disfruté y me reí con Las cinco esquinas y Las travesuras de la niña mala y aunque no me maravillaron, El paraíso en la otra esquina y El sueño del Celta cumplieron con interesarme en la vida de los personajes que desconocía como son Flora Tristán y Roger Casement. Harina de otro costal son los ensayos, de los cuales me encantan La verdad de las mentiras y La orgía perpetua. Por Vargas Llosa descubrí y dimensioné a Flaubert.
8- ¿Algo qué decir sobre su rol político? Caray colegas, con brutal honestidad debo confesar que yo coincidía en casi todo con él. En mi caso, las filias o fobias políticas no influyen en que acepte o rechace a un escritor. Si haces buena literatura te leeré aunque seas un ser repugnante, pero si tu creación es un bodrio no perderé tiempo en leerte aunque seas un dechado de virtudes y nobles causas y sentimientos. Se es el liberal en todas las circunstancias y Vargas Llosa lo fue.
9- Hace un par de meses, en una helada tarde en Ciudad Juárez, pepené en una librería de viejo una primera edición de La casa verde en Seix Barral. Fue mi última serendipia vargasllosiana
10- Esta noche volveremos al cementerio y está pronosticada tormenta. Cae la tarde en Koyasan y albergo la ligera sospecha de que a falta de pisco peruano, beberé un whisky japonés a la salud del último gran novelista.

Sunday, April 13, 2025

Cerezo Osaka

 


El fútbol es mi esperanto, mi idioma universal que me hace hermanarme momentáneamente con perfectos extraños con los que no comparto idioma ni cultura. Mi mantra es sencillo: al lugar donde fueres a su equipo de futbol vieres. Fuimos a ver a Cerezo Osaka contra Kashima Antlers. El fútbol japonés es una ceremonia de espíritu deportivo y sana convivencia familiar. A la fecha hemos acudido a partidos en Tokio, Kioto y ahora en Osaka y solo puedo decirles que es lindo sentir un ambiente a un mismo tiempo tan intenso, tan noble y bien intencionado. Cerezo Osaka, como su nombre lo indica, es un homenaje a esta flor de abril tan típicamente nipona. Su casa es el Sakura Stadium y color Sakura es toda la tribuna. Un partido atípico. Miren colegas, yo he acudido a cientos de juegos de fútbol en tres continentes y absolutamente nunca había visto un juego en donde le anularan cinco goles a un mismo equipo por fuera de lugar, tres de ellos ya celebrados, cantados y con el balón en la media cancha. El VAR y sus vectores son la peste y el fútbol moderno es un asco. No es posible que anules un gol porque medio centímetro de la punta del dedo del atacante está por delante del defensor. Están acuchillando el espíritu de la regla que en teoría es sacar ventaja de tu posición. Después de cinco goles anulados y un penal fallado en tiempo de compensación yo deseaba con toda mi alma que Cerezo anotara y me sentía hermanado con su afición como si fuera Tigres quien estuviera jugando. Al final, al minuto 12 de compensación cayó por fin el gol de Osaka. Confieso que esperaba muchísimo más de Kashima Antlers. Es un histórico del fútbol nipón, el más ganador del país, el único equipo asiático que ha llegado a una final del Mundial de. Clubes. Si Kashima ganaba se ponía súper líder, pero como perdió se fue hasta el octavo. Así de competitivo el torneo japonés donde entre el súper líder Avispa Fukuoka y el último lugar Nigata hay solo once puntos. Sigamos viviendo la intensidad del futbol Nipón

Thursday, April 10, 2025

El mundo arde y el Sakura florece


 

El mundo arde y el Sakura florece

La Historia yace en el desbarrancadero mientras el estanque se cubre de pétalos
El abismo enseña sus fauces pero las flores no han dejado de envolvernos
Mil y un infiernos irrumpen en el planeta mientras el viento del alba deshoja los cerezos
Efímero es el rosa, fugaz como nuestras vidas, como un abril sumergido en sustancia de sueños
Vidas se extinguen pero los árboles frente al Castillo de Osaka se han vestido de colores y aún la Muerte y su reloj implacable es una alfombra de pétalos sobre el lodo.
Cuando no estemos aquí y seamos el olvido que seremos en los abriles del mañana, el Sakura enamorará a alguien que aún no nace y el vaivén de los ciclos consumará una vez mas su danza embrujada.
Nos rodea un Haiku viviente
Algunos le llaman Eternidad



Tuesday, April 08, 2025

Gatos literarios

 


Veo que los gatos empiezan a ser adoptados o promovidos como un género literario en sí mismo. Hay una evidente asociación entre gatos y literatura y específicamente entre los gatos y la literatura japonesa. Hay quien dice que Japón y la cultura nipona es el equivalente perfecto a un gato.  Es aquí donde surgen mis dudas respecto a mi propia personalidad y mis gustos. La literatura es mi mayor pasión, Japón es un país que me encanta, pero resulta que yo no entiendo ni he entendido nunca a los gatos. Nunca he tenido uno y la verdad jamás les he agarrado el chiste. Yo siempre he sido de perros. En nuestra casa siempre ha habido canes y establecemos con ellos relaciones muy profundas y duraderas. Vaya, los perros se vuelven verdaderamente parte de la familia, nos acompañan todo el día y duermen en nuestro cuarto. Los gatos en cambio solo orbitan en los alrededores de la colonia. Hay uno particularmente necio que se suele arrimar a nuestro jardín pero Pappo no lo soporta.

Creo que hay una innegable división entre la personalidad de la Dog People y la Cat People. Hay toda una psicología atrás de eso, una forma de estar en el mundo y concebirlo. Sin embargo, algunas de las personas y creadores que más admiro son Cat People. Pienso específicamente en el caso de Haruki Murakami. A ver, a Murakami le apasionan los gatos, el jazz y el beisbol, tres mundos que para mí son absolutamente indescifrables. Supongo o deduzco que detrás de los gatos, el jazz y el beisbol hay un universo fascinante y adictivo, pero la realidad es que a mí los gatos, el jazz y el beisbol me resultan profundamente aburridos. Nunca los he entendido. Yo solo puedo amar a los perros, el heavy metal y el futbol, lo cual no impide que la literatura de Murakami me guste mucho. Vaya, algunos de mis autores de cabecera son profundamente beisboleros (Auster, De Lillo) o irredentos jazzeros (Cortázar). En fin colegas, simplemente les comparto pensamientos importantísimos que me toman por asalto en un lunes negro cualquiera.  ¿Algún psicoanalista podrá aclararme el misterio?

 

 

 

Saturday, April 05, 2025

Ateísmo supersticioso


 

Mis creencias (o no creencias) están llenas de contradicciones. Una de ellas es que soy un ateo supersticioso, un racionalista a ultranza que cree en el animismo. Soy un hijo del Siglo de las Luces, pero mi vida práctica está llena de pequeños rituales y a menudo acabo actuando como si ciertos objetos tuvieran espíritu o vida propia. La semana pasada pepené un anillo de calaca en el Pasaje Rodríguez. Lindo el condenado, al puro estilacho del que ha utilizado siempre Keith Richards. Me quedaba al centavo el pinche anillo. Ni apretaba ni resbalaba. Justita la canija calavera. Pues bien, la calaca duró menos de 24 horas conmigo. A la siguiente noche de su llegada simplemente desapareció y lo peor de todo es que se esfumó aquí en casa. Tengo la sospecha de que los otros tres anillos del joyero no la recibieron bien. Como que no hubo química entre ellos. La calaca se dio a la fuga o acaso los otros tres la asesinaron (¿se puede asesinar a la Muerte?) y ocultaron su cadáver. El caso es que mi anillo nuevo anillo se esfumó. Me lo pensaba llevar de viaje, pero ahora pienso que no era su destino. Creo que alguna vez les narré la historia de mi collar de Martillo de Thor que colgó de mi cuello por más de 15 años y que se perdió en el accidente automovilístico que sufrimos en Mulegé el 18 de agosto de 2019. Semanas después el Gran Jefe Bombero Alfonso Villanueva lo encontró en la arena, pero yo interpreté que el mensaje era claro:  el objeto de poder ahora debía estar con él y le dije que se lo quedara. Del mismo lugar de donde pepené el collar (la plaza del Reloj Astronómico de Praga) procede la taza donde bebo café desde hace 21 años. Cuando estoy en casa no acepto otra taza. Siempre bebo café en la misma (y mira que bebo litro y litros de un café más negro que mi alma) El día que esa taza se rompa o se pierda irrumpirá  contundente y sin demora mi personalísimo Apocalipsis.