On fire 2014
Hola Ortega. Feliz Eterno
Retorno (es decir 2014, Navidad, nuevos proyectos etc) Es un gusto tener
noticias tuyas, aunque me entero de tu acontecer por Facebook. y me
emociona la idea de saber que publicarás ¿Por qué no vuelves y me
dejas en paz?
Saurio Sangrante es
un cuento que forma parte de una colección llamada Días de whisky
malo donde aparecen además Muerte accidental de un
pasquinero, Arrullo de Walpurgis, Días de whisky malo (cuento
homónimo que titula la colección) Elogio del viene-viene (este
último es híbrido entre cuento y ensayo) Hades Austral (aun
no estoy convencido del punto final que le puse) y La reina
de los hielos en Casas Grandes (aún incompleto) Quiero escribir por lo
menos uno más que se va a llamar Iosu.
Son cuentos cuya extensión
promedio de es de 18 mil a 20 mil palabras. Por alguna razón ese empieza a ser
el tamaño estándar de mis textos, como si fuera la dotación de palabras
requeridas para contar una historia. Me gustaría poder ser más breve. Creo que
son muy largos para jugar a ser cuentos. El elemento común que los une es la
edad madura, el naufragio de algún sueño que se resiste a morir y alguna
tragedia absurda. El rock está presente en cuatro de ellos, el periodismo en
uno, mientras que Elogio del viene-viene es
abiertamente satírico y con una buena carga de crítica política.
De igual forma tengo nueve de
mis once cuentos futboleros ya terminados, mientras que 1991 duerme el sueño de
los justos desde hace año y medio. La madre de todas las batallas es mi
novela Vientos de Santa Ana que es como una gran cuesta
arriba, un territorio hostil que me rechaza. La obsesión escritural se ha
vuelto patológica. Paso el día volcado en mis textos, me levanto de madrugada,
leo, releo, desparramo un poco y después sucumbo a mil y un dudas e inseguridades.
Acaso deba aceptar que aunque me fascine inventar historias, no soy un escritor
de ficción, sino un cronista y un ensayista que debe mejor dedicarse a sacar
hebra de la realidad (tengo dos proyectos de ensayo para este año, uno de ellos
ya en curso, pero en fin, eso harina de otro costal)
En fin Ortega, estoy inmerso
en un pozo de dudas e indefiniciones como nunca antes en la vida. Por lo pronto
quiero ver si puedo colocar en Monterrey 1991 que ya está
terminado y es una novela 100% regia.
Por ahora lo único que tengo
claro es que no puede ni debe pasar un día sin que desparrame nuevas frases. La
vida se acaba y no quiere esperar. Ya he perdido demasiado tiempo, así que
ahora escribo con la premura de un condenado a muerte o un desahuciado.