Eterno Retorno

Sunday, July 13, 2025

Los mejores libros que me tocaba leer en la vida... ya los leí?


 

Lo que nos emocionó en la adolescencia o en la temprana juventud se queda a vivir a perpetuidad con nosotros, pero eso aplica también para la música o para el futbol. Por ejemplo, ningún mundial será tan intenso en mis recuerdos como el del 86, por más juegazos que vea actualmente y siento nostalgia por jugadores de Tigres que se fueron sin pena ni gloria en los tardíos 80 solo porque los vi jugar de cerca. Con la literatura sucede lo mismo. Hay abrevaderos eternos a los que uno vuelve una y otra vez a beber.  Borges es uno de ellos. Siempre lo estoy releyendo y siempre me parece que lo estoy leyendo por primera vez. Vuelvo a José Revueltas, vuelvo a José Agustín y me emociono. Muy a menudo cedo a la tentación (muy propia de la madurez) de creer que los mejores libros que me tocaba leer en la vida ya los leí, que ya no hay nada nuevo bajo el sol, que en el futuro solo habrá redundancias y pan con lo mismo, pero por fortuna mi capacidad de emocionarme y sorprenderme con lo nuevo no se ha perdido. Siempre que me toca ser jurado de algún concurso o impartir un taller encuentro alguien joven capaz de sorprenderme y volarme la cabeza. Siempre hay un joven con un as bajo la manga. Por ejemplo, Hiram Ruvalcaba es uno de los mejores cuentistas no solo de su generación, sino de todo el país de cualquier generación y Laura Sofía Rivero es una de las mejores ensayistas que he leído en años sin importar la edad. Recién leí a Aura García Junco y me sorprendió muy gratamente. En Fonca me tocó ser tutor de una joven nacida en Uzbekistán pero radicada en México llamada Alina Dadaeva que me sorprendió con un descomunal ensayo sobre Dostoievski. Pero al mismo tiempo descubro o redescubro viejos que no estaban en mi radar. Nunca me había clavado en Muerte sin fin de José Gorostiza y es alucinante. Por ejemplo, ahora mismo estoy leyendo una novela llamada 1793 del autor sueco Niklas Natt Och Dag y te juro que es lo más oscuro y denso que he leído en años. Un thriller ambientado en el Estocolmo del Siglo XVIII me está envolviendo en el horror, el gore y la oscuridad ontológica que no me ha trasmitido ninguna narconovela latinoamericana. También la novedad es que ahora leo también en Kindle y mi biblioteca digital crece todos los días