Eterno Retorno

Tuesday, October 21, 2025

Monarca absoluto

 


El consejo de industriales se reúne en sesión extraordinaria y por unanimidad votan por Marcos Parra como presidente único del grupo industrial.

Marcos se casa con Cristina Zambrano y el nuevo presidente electo acude a su boda. Días antes, Alcira Aravena reaparece e intenta convencer a Marcos de que rompa su promesa matrimonial y se fugue con ella. Parra le responde que lo único que puede ofrecerle es un boleto para que se regrese a Chile y no vuelva nunca más.

Días después de su toma de posesión, el nuevo Presidente de la República llega a Santa Teresa para inaugurar la Plaza de la Alianza, una estructura de tubos metálicos colocada al pie de Chipinque. El monumento simboliza la renacida unión entre el gobierno federal y los industriales.

Ese año, Marcos y Cristina procrean a su primogénita, Roberta.  El nacimiento de la niña es celebrado con la inauguración de la nueva mansión de la pareja, ubicada en las alturas de la Sierra Madre.

La residencia es en sí misma un museo donde hay originales de Picasso y Dalí, huesos de mamuts, espadas medievales y cabezas de elefantes.

El banquero Jorge Lankish se libra de la cárcel por falta de pruebas y Marcos Parra se da cuenta que es mejor tenerlo como aliado y empieza a jugar a la ruleta rusa bursátil invirtiendo en paraísos fiscales.

Por su parte, Eulalio López se ha casado con Marlen, su restaurante de mariscos abre otras dos sucursales y se asocia con Abraham Rocha, quien le vende acciones de su canal de televisión y su periódico.

Jesús Blanco ha sido reelecto  como alcalde de Santa Teresa, pero hay algo que huele a podrido en el reino. Un nuevo negocio empezará a germinar en Santa Teresa a la sombra del gran grupo industrial pero bajo la supervisión de Eulalio López. Al principio es un movimiento hormiga, casi imperceptible, pero ha llegado para quedarse. La guerrilla ha sido aniquilada por completo, pero un nuevo enemigo mejor armado se prepara para tomar su lugar.

El verdadero desafío para Marcos Parra y su imperio está por comenzar.

Sunday, October 19, 2025

Ver la primera luz mientras caminas por el Parque Esperanto.


 

 

El pasado 16 de octubre se cumplieron 27 años del día en que desembarqué en Baja California y los he celebrado haciendo algo que jamás había hecho. Por estos rumbos he vivido todo tipo de experiencias y aventuras, pero nunca había visto un amanecer a la orilla de la Presa Abelardo L. Rodríguez. El Sol irrumpe por la Presa y se guarda en el Pacífico. Los atardeceres marinos son mi ritual de vida diaria, pero el de hoy es el primer amanecer frente al agua dulce. Hay muchas formas de iniciar un domingo. Amanecer crudo es una muy común. Lo atípico es ver la primera luz mientras caminas por el Parque Esperanto.

 Atravesar de punta a punta la ciudad dormida y sin tráfico, mirar a los últimos noctámbulos como vampiros en fuga, intuir el presagio del primer rayo asomando por el Este.

Dicen que “quien toma agua de la Presa, a Tijuana regresa”.

Beber agua de la presa significa enamorarse de Tijuana, abrazar a esta ciudad y convertirla en nuestro hogar.

Todos en Tijuana hemos bebido agua de la Presa, pero… ¿ tú has visitado la Presa alguna vez? ¿Has caminado en sus alrededores? Si no lo habías hecho antes, lo entiendo. Hasta hace unos cinco años era un muladar, un tiradero de cuerpos,  picadero, deshuesadero. Hoy es el mayor parque de Baja California, el tercero más grande de México. Te recomiendo echar una caminada por ahí

La Presa Abelardo L. Rodríguez es todo un hito en la historia de la ingeniería hidráulica en México que empezó a construirse en 1928 y por casi nueve décadas ha dado de beber a millones de tijuanenses. Pronto cumplirá cien años.

Nuestra Presa lleva casi un siglo proveyéndonos el vital líquido, pero hasta poco no era un lugar que los tijuanenses frecuentáramos de manera recreativa y la realidad es que como espacio público estuvo desperdiciado durante muchísimos años. Hoy es un oasis.

Así como el entorno de la Presa fue transformado,  yo también lucho por transformar mis hábitos, por resetear el software neuronal y cambiar unos cuantos chips. Por fortuna, tengo amigos que hacen esfuerzos por arrastrarme al lado sano de la vida mientras yo extraigo dosis de voluntad de un profundo yacimiento oculto y apostar por las infinitas posibilidades de un corazón que recupera su ritmo.

Saturday, October 18, 2025

Cisma en puerta

 



Al día siguiente los  periódicos dan la noticia del hallazgo de una casa de seguridad en donde yacía secuestrado Laertes Valdespino, sobrino de Eugenio Villatoro, quien al momento del rescate fue asesinado por su captora, una guerrillera que murió en la refriega en donde también cayó el jefe de escoltas  Eloy Ragua y dos de sus hombres.

El Ministerio Público Federal intenta fincar cargos contra Marcos Parra por haber encabezado un operativo sin dar parte a la autoridad competente. Marcos se atrinchera en la sede del club El Reino, vigilado por una nutrida escolta de su equipo particular.

Desde ahí llama a todos los jerarcas empresariales socios de su difunto abuelo. En El Reino  se dan cita Lauro Zambrano, su suegro, zar del cemento; Alberto Parra, su padre, líder del Partido Acción Nacional;  Jesús Blanco, presidente municipal de Santa Teresa;  Alfredo Romo, dueño de la cigarrera;  Abraham  Rocha, zar de los medios de comunicación;  Jorge Lankish, banquero y dueño de una casa de bolsa; e  Hipólito Villarreal, líder de la Unión de Ganaderos.

Al frente del cónclave, Marcos Parra anuncia la decisión de del emporio industrial de dejar de pagar impuestos a la Federación, por considerar que la Presidencia de la República está atrás del asesinato de don Eugenio. Jesús Blanco, alcalde de Santa Teresa, afirma que el municipio lo secunda y se proclama territorio autónomo.

Al frente de la Policía Municipal de Santa Teresa y de los escoltas privados del grupo industrial, Macario Reséndiz blinda los límites territoriales de Santa Teresa, mientras que Eulalio López trae a un grupo de agricultores armados de Sinaloa que refuerzan la defensa junto con los ganaderos de Hipólito Villarreal.

La prensa nacional crucifica a los industriales y el Presidente de la República pronuncia un discurso en cadena nacional en donde los llama secesionistas,  traidores a la patria y los declara fuera de la ley.

El Ejército Mexicano sitia Santa Teresa sin abrir fuego y sin penetrar los límites territoriales  defendidos por la guardia privada que el propio Marcos Parra encabeza, pero sin permitir la entrada de suministros.

El gobernador Zorrilla intenta sin éxito  fungir como mediador, mientras Marcos trata de persuadir a los estados norteños vecinos de unirse a su causa y proclamar la República del Río Bravo.

La prensa estadounidense empieza a darle seguimiento puntual al conflicto y mira con simpatía a los separatistas de Santa Teresa que desafían a un gobierno de tendencias izquierdistas. Calbert Barnett,  ranger texano líder del grupo radical Lone Star Repulic, entra en contacto con Marcos y le ofrece armamento y apoyo táctico. De igual forma, agentes encubiertos de la CIA llegan a Santa Teresa en donde sostienen una conversación secreta con Marcos para negociar un eventual apoyo de los Estados Unidos.

Federico Guerra Bárcenas, cabeza de la Dirección Federal de Seguridad, intenta negociar con Marcos Parra. Se reúnen una noche en la cabaña de la Sierra Madre. Federico le garantiza que el Ejército Mexicano no abrirá fuego en Santa Teresa y que no habrá consecuencias penales para los implicados en la rebelión.

A cambio le pide firmar un armisticio y reconocer la autoridad del gobierno federal. Para efectos de asegurar su futuro, le pide  apoyo económico y logístico para un emergente precandidato presidencial que no cuenta con la bendición  de la cargada oficial, pero cuya política será de pleno apoyo al sector empresarial.

Como gesto de buena voluntad para dejar sellado el pacto, Guerra Bárcenas  ofrece entregarle encadenado a Marcio de la Rosa, autor material de la muerte de don Eugenio, para que sea Marcos quien decida su suerte. También le ofrece en charola una investigación en donde documenta operaciones fraudulentas entre su tío Roberto Villatoro y el banquero Jorge Lankish.

El pacto se cierra con la entrega de Marcio de la Rosa,  a quien Guerra Bárcenas ha citado mediante engaños  para una supuesta reunión secreta en donde es aprehendido a traición.

Marcos decide aplicarle la ley fuga al espía cubano. Lo lleva a un descampado al pie de la Sierra Madre y le da diez segundos para salir corriendo antes de disparar el primer tiro. Marcio corre en zigzag, se arroja al suelo y logra esquivar las primeras tres balas pero al cuarto intento Marcos da en el blanco y el espía cubano se desploma con un tiro en la espalda.

Con las pruebas de la investigación en la mano, Marcos expone a su tío- abuelo Roberto ante la junta de accionistas y lo acusa de robar a la compañía. Interpone una denuncia penal y Roberto es aprehendido junto con su hijo José Roberto.

 

Friday, October 17, 2025

Cuando los primos se encuentran por última vez

 

Como desconfía del gobierno y de la policía, Marcos Parra inicia su propia investigación apoyado por Eloy Ragua, jefe de seguridad del corporativo industrial. Enterado de la pesquisa, Marcio de la Rosa  se las arregla para hacerle llegar a  Marcos Parra un mensaje anónimo en donde  revela la dirección de la casa de seguridad en lo alto de un cerro en  la colonia Independencia,   en donde se ocultan Margot y el malherido Laertes.

Acompañado de Eloy y un comando de diez escoltas, Marcos llega de madrugada a la casa de seguridad y en total silencio la rodean.  Al verse rodeada, Margot toma su ametralladora y utilizando un librero como trinchera, cubre la habitación en donde yace Laertes convaleciente.

El comando  derrumba la puerta a patadas y son recibidos por una ráfaga de metralleta.  Atrincherada tras el mueble, Margot logra a impactar a Eloy Ragua quien cae muerto.  Inicia un fuego cruzado. Margot consigue matar a otro par de escoltas, pero alcanza a recibir un balazo en el hombro. Malherida, intenta arrastrarse hasta la habitación sin soltar la ametralladora sin percatarse de Marcos Parra que ha entrado la casa y le apunta con su pistola. Con el brazo derecho inutilizado por el balazo, Margot intenta disparar su ametralladora con la zurda,  pero Marcos es más rápido y le sorraja un certero tiro entre ceja y ceja.

Marcos brinca el cuerpo de Margot y empuja la puerta de la habitación en donde sobre una cama ensangrentada, lo aguarda  Laertes pistola en mano.

Los primos cruzan miradas sin dejar de apuntarse. A ambos les tiembla el pulso y no aciertan a pronunciar palabra.

-¿Qué chingados pasó primo?, pregunta Marcos.

Laertes está malherido y arde en fiebre. Tiembla y parece estar a punto de derramar lágrimas.

- Ven cabrón, por lo pronto voy a llevarte a un hospital, dice Marcos.

Sin dejar de temblar, Laertes gira el arma, abre la boca y se dispara.

Marcos Parra mira su cadáver sin derramar una lágrima.

Thursday, October 16, 2025

Club de los 27

 


Mi primer encuentro con Baja California ha entrado al club de los 27. Toda una vida.  Los bebés que nacieron en el mítico 16 de octubre de 1998 en que pisé por vez primera esta península,  están llegando hoy a la edad de Jimmy Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, Amy Winehouse y compañía. Que es un soplo la vida, que 27 años no es nada, diría el Zorzal Criollo y vaya que han sido un soplo estos 27 añitos.

Viernes 16 de octubre de 1998: salí de Monterrey al amanecer e hice escalas en Chihuahua y Hermosillo. Era un día muy claro y lo más fascinante, es que recuerdo a la perfección el momento en que vi por primera vez en Mar de Cortés desde la ventana del avión. Dejaba atrás la costa sonorense y sin saberlo estaba cruzando un umbral del que no habría retorno. Estaba entrando a mi tierra prometida, mi sitio en el mundo, aunque entonces no pudiera intuirlo. Carol me aguardaba en el aeropuerto y me recibió con unas flores y un racimo de primeras veces y primeros encuentros con lo que hoy se llama vida cotidiana. Por primera vez recorrí la carretera Escénica por donde hoy circulo todas las mañanas del mundo y contemplé al Sol ocultarse tras las Islas Coronados tal como hice ayer y tal como deseo hacer hoy. Comí mis primeros tacos de pescado y marlin; descorché mi primera botella del valle ensenadense (la primera de miles); hice mi primera fila frente la garita de San Ysidro para consumar mi primer cruce fronterizo y me subí al trolley; me dejé revolcar por mi primera ola del Pacífico rosaritense (y solo entonces descubrí que este mar es una hielera) y viví mi primera noche en la Revu; vi por vez primera el Río Purgatorio en Tijuana y la bola del Cecut; bebí mi primera cerveza en el Sótano Suizo y me subí en el asiento trasero de una guayina amarilla que iba de Rosarito a Tijuana. Hoy he vivido más de la mitad de mi vida en esta tierra. Aquí nació nuestro hijo y aquí compramos nuestra casa. Hace poco Carol y yo platicábamos sobre lo extraño que resulta enamorarse de un sitio tan suigéneris como este. Algunos le llamarían adicción al caos, pero en la caósfera hemos construido un oasis y un nido en donde se vive algo muy parecido a la felicidad.

 

 

Wednesday, October 15, 2025

Entre la espada y la pared

 



 

El verdadero dilema moral para Laertes surge cuando la guerrilla, por iniciativa de Marcio, planea el secuestro de su abuelo Eugenio Villatoro, mismo que Margot apoya entusiasmada, pues consideran que el potencial rescate a cobrar capitalizará al grupo y les permitirá hacerse de armamento sofisticado y formar nuevas células en otros estados del país

 

Margot persuade a Laertes de que funja como espía de su abuelo y les proporcione información sobre sus movimientos. Laertes duda, por un momento piensa abandonar la guerrilla, pero Margot lo chantajea emocionalmente y cuestiona la honestidad de sus ideales comunistas. Finalmente Laertes acepta apoyar en el secuestro de su abuelo, pero exige le garantía de que respetarán su integridad y no le harán daño.

 Ante los rumores de la presencia de guerrilleros en la ciudad y temeroso al mismo tiempo de que el gobierno de Echeverría pueda emprender una acción contra los empresarios de Santa Teresa, Marcos Parra reúne a los mejores escoltas del grupo industrial y algunos policías de Santa Teresa para formar un comando paramilitar de autodefensa

Laertes sufre terribles dilemas internos en los días que preceden al secuestro de su abuelo. La noche anterior está a punto de prevenirlo y pedirle que no salga de su casa ese día, pero Margot, intuyendo sus dudas y titubeos, se asegura de que Laertes no salga esa noche de la casa de seguridad de la célula, valiéndose de chantajes y seducción.

Seis días antes de la fecha planeada para el secuestro, los empresarios de Santa Teresa festejan eufóricos la noticia del golpe militar en Chile y el violento derrocamiento de Salvador Allende. Alcira Aravena recibe una llamada de su padre quien emocionado le narra el bombardeo al Palacio de la Moneda. Alcira está destrozada, cuelga y jura que nunca más volverá con su familia, a la que considera cómplice del golpe de estado. Desesperada, pide el apoyo de Marcos, pero éste no le contesta las llamadas.

El 17 de septiembre por la mañana Eugenio Villatoro sale de su casa en la colonia Obispado rumbo a la fábrica. Lo acompaña únicamente su chofer En la calle Quintanar, a bordo de dos camionetas,  irrumpe el comando de cinco guerrilleros encabezado por Marcio y Margot. Laertes observa a una prudente distancia. La consigna es atrapar vivo a don Eugenio y sacarlo del vehículo sin lastimarlo, pero Marcio abre fuego contra el empresario y lo mata. Laertes corre hasta el lugar donde agoniza su abuelo, saca su pistola y trata de disparar contra Marcio, pero éste, más rápido y mejor entrenado, abre fuego primero y hiere a Laertes para después darse a la fuga. Margot auxilia al malherido Laertes, lo sube a la camioneta y se dan a la fuga rumbo a la casa de seguridad donde se ocultan sin volver a tener noticias de Marcio.

La muerte de Don Eugenio conmociona al país.  Marcos Parra jura una cruel venganza y son su comando paramilitar de autodefensa, sale a la caza de los culpables y se dedica a interrogar gente. El presidente Echeverría se presenta en el funeral de Eugenio Villatoro pero es corrido por los empresarios de Santa Teresa. Jamás perdonará la afrenta. El rompimiento entre el grupo industrial y el presidente queda sellado esa noche. Marcos Parra asegura que fue Echeverría quien mandó matar a su abuelo.

 

En la casa de seguridad, Margot se las arregla para vendar a Laertes, pero no tiene forma de sacarle la bala que se ha alojado bajo la clavícula. El joven ha perdido mucha sangre. No hay noticias de Marcio, pero el comando de Marcos Parra les sigue pista y no tardará en encontrarlos. Después del funeral, la cúpula del grupo industria se reúne y pactan un golpe de estado secesionista. Dejarán de pagar impuestos y declararán a Santa Teresa un territorio independiente.

Tuesday, October 14, 2025

Con mano izquierda. Desarrollo del conflicto



 

En 1973 se viven tiempos turbulentos en Santa Teresa.  Los empresarios  miran con suma preocupación el avance del comunismo el Latinoamérica. Les aterra la llegada de Salvador Allende a la presidencia de Chile, pues lo ven como el nacimiento de una nueva Cuba en el hemisferio austral 

También rechazan al presidente Luis Echeverría, quien practica una política estatista y populista profundamente hostil a los intereses de la iniciativa privada. 

Echeverría sostiene un doble juego: por una parte se presenta como un abanderado de los intereses del tercer mundo y un simpatizante del bloque socialista. Invita a Salvador Allende a México, establece relaciones diplomáticas con la China comunista, pero al mismo tiempo reprime salvajemente la guerrilla. 

Encabezados  por Eugenio Villatoro, los empresarios de Santa Teresa se reúnen en el club El Reino para planear estrategias de resistencia y boicot al gobierno de Echeverría.  Marcos y Laertes asisten a esas reuniones. 

Lo que no saben, es que al mismo tiempo Laertes ha empezado a formar parte de una célula guerrillera  de la Liga 23 de Septiembre, que se da a la tarea de  preparar golpes estratégicos contra el gobierno, atentando contra comandancias de policía y cuarteles militares, pero perpetrando al mismo tiempo secuestros de empresarios adinerados para poder financiar sus operaciones.  

Dentro de la Liga 23 de SeptiembreLaertes conoce a Margot Roa, férrea y combativa militante comunista, experta fabricante de bombas Molotov y explosivos caseros. Es ella quien le enseña a disparar armas y a desarrollar  técnicas de asalto y estrategias de combate e insurgencia urbana. Sucede entonces lo inevitable: Laertes se enamora de Margot. 

Laertes se ve inmerso en dos conspiraciones simultáneas contra el gobierno de México. Por una parte los hombres más ricos del país que desafían a la peste populista y amenazan con dejar de pagar impuestos y por otra una liga de jóvenes guerrilleros comunistas que planean una revolución armada que derroque a los poderes establecidos.  

Laertes se inspira en el padre Pascual, el jesuita que lo inició en la guerrilla, pero al mismo tiempo le inspiran las charlas de su abuelo, el poderoso empresario Eugenio Villatoro, quien practica un capitalismo humanitario que empata la responsabilidad social   y el compromiso comunitario con las ganancias económicas. 

Marcos, en cambio, se consolida como el empresario agresivo, individualista y ambicioso, un joven  sin temor a tomar toros por los cuernos. Conforme empieza a ganar posiciones y poder en la empresa, se entrega a su otra pasión: el coleccionismo de arte,  fósiles y  armas. 

Por esos días viaja a Santa Teresa el agricultor y piloto sinaloense Eulalio López a quien Laertes había conocido tiempo atrás en la sierra de Chihuahua.  Eulalio busca hacer negocios en  Santa Teresa en donde empieza abriendo un restaurante de mariscos. Ahí conoce a Marlene, amiga de Cristina Zambrano e hija de una de las familias integrantes del emporio industrial con quien inicia un noviazgo. 

 

En una exposición de arte organizada por su madre, Marcos Parra conoce a la estudiante chilena  Alcira Aravena, quien ha sido enviada lejos de su país por sus padres, quienes buscan alejarla de la influencia de la empoderada izquierda chilena con quien ella simpatiza. Marcos y Alcira comienzan un romance clandestino a espaldas de Cristina Zambrano, su prometida. 

Alcira le platica de su encuentro con Pablo Neruda en Isla Negra,  de las luchas de los trabajadores de las recién expropiadas minas de cobre que regenteaba su propio padre, de las banderas libertarias de la Unidad Popular,  mientras con su guitarra  toca canciones de Víctor Jara y Violeta Parra. 

Mientras esto sucede,  Laertes y Margot intensifican sus operaciones en el grupo guerrillero asaltando bancos para financiar su causa. Lo que  no saben, es que en la propia Liga 23 de Septiembre hay un infiltrado de la Dirección Federal de Seguridad. Se trata de Marcio de la Rosa, un cubano experto en el manejo de explosivos y estrategias de guerrilla urbana, quien se presenta como veterano de la campaña del Che Guevera en Bolivia, pero en realidad es un espía que reporta cada movimiento de la guerrilla ante Federico Guerra, el siniestro jefe de la DFS.