Eterno Retorno

Tuesday, June 24, 2025

Tu certero tiro le vació el ojo izquierdo al Tigre balcánico



 

Tu primera misión en solitario sin tutores de por medio se dio en la guerra balcánica. La primera vez viajaste con un pasaporte moldavo a nombre de  Vasile Albescu  y tu reto sería infiltrarte en las cúpulas de paramilitares serbios que controlaban el mercado negro en la ex Yugoslavia. Después utilizaste un pasaporte esloveno y otro albano.

El primer gran éxito de tu carrera fue el asesinato de  Željko Ražnatović, el temido Tigre Arkan, un sanguinario paramilitar con complejo de playboy, casado con la cantante pop más popular de Serbia.

El Tigre Arkan controlaba el tráfico de armas, las redes de prostitución y el contrabando de divisas. Era dueño del Obilic,  un equipo de futbol de la primera división serbia, en donde manejaba a placer  arbitrajes y apuestas, además de regentear clubes de boxeo y lucha. La consigna no era solamente matar a Arkan, sino conseguir apuntar las sospechas hacia el presidente Milosevic y en especial sobre su hijo, un aspirante a mafioso que competía con el Tigre por el control de la vida nocturna en la capital serbia.

Todo salió con exactitud de relojero suizo. Tú mismo ultimaste al Tigre Arkan mientras bebía una copa en el elegante salón del hotel Crown Plaza en Belgrado. Tu certero tiro le vació el ojo izquierdo. Su esposa, la cantante Ceca, y sus dos hijitas,  estaban a unos metros de ahí. Saliste limpio de la escena criminal y la opinión pública habló de una vendetta  mafiosa a cargo de matones allegados a Milosevic. Ni siquiera los más alucinados conspirafóbicos osaron insinuar algún vínculo estadounidense con el crimen. La discordia estaba sembrada en Serbia. El propio Reverendo Fenwick te felicitó en privado por el éxito de la misión.

Los encargos se multiplicaron a partir de entonces pero no siempre te tocó eliminar a sediciosos enemigos de la inmaculada América. Tus balas y tus bombas fueron no pocas veces intencional fuego amigo. Más de una vez eliminaste a ciudadanos estadounidenses, agentes encubiertos, personal de cuerpo diplomático o militares en misión. ¿Por qué? Lo tuyo nunca ha sido pedirle explicaciones o justificantes al Reverendo. La orden se cumple y punto. Los efectos posteriores explican la utilidad de tus acciones.