SIERPES LUNARES EN DRUDOLPH
El septiembre de la tabla del 7
ha irrumpido con su primer sol. September
Sun, canta Type O Negative. Retorno a clases, retorno a la
procrastinación como una de las bellas artes. Retorno, Eterno Retorno e
intentar zarpar y navegar en mares yermos, sin islotes ni arrecifes a la vista,
bebiendo café en taza del Porko Roso y preguntarte si hay noches sin luna de
Drudolph y si la luna de septiembre es discreta y tirándole a humildona y de
bajo perfil si la comparamos con la august moon o la paceña y muy poética Luna
de Octubre. Lunes de ponerle alto al escabio y pretender que Amin Maalouf,
ganador del Premio FIL en Lenguas Romances, ha sido mi autor de cabecera en los
últimos 50 años. El tictac de un inexistente reloj irrumpe como un fallen ángel
of doom cualquiera espetando profecías apocalípticas en una pulquería. El profeta
de la pulcata, el Nostradamus del tesgüino y la absurda cartografía daxdaliana,
sin dignarse a aclarar si acaso hay dragones, lagartijos, sierpes o saurios
sangrantes en las calles yacientes bajo las furtivas lunas de Drudolph.