Eterno Retorno

Thursday, November 20, 2025

Furtivos libros tendidos, senderos que bifurcan en la unánime noche rosaritense.


 
Aunque el teléfono de casa comienza con 664 y la clave catastral nos ubica como habitantes de Tijuana, la historia de nuestra vida diaria dice que somos rosaritenses. Desde el kínder hasta la prepa nuestro hijo ha estudiado siempre en Rosarito. Lo mismo puedo decir del trabajo de Carol, que concentra su actividad en la franja costera del quinto municipio. Las compras del súper y las vueltecitas cotidianas las hacemos siempre en territorio rosaritense. A Tijuana voy cuando tengo una cita o una actividad programada, pero a veces llegan a pasar tres o cuatro semanas sin que cruce la caseta de Playas. La realidad es que disfrutamos bastante nuestra vida, pero Rosarito tiene un terrible faltante y es que en este municipio las librerías brillan por su ausencia. Hay un pequeño café llamado Monociclo que tiene libros y hay también una librería cristiana en donde los apóstatas y herejes como yo no somos bienvenidos. Hace más de una década, una señora estadounidense solía armar una pequeña vendimia libresca allá por la playa de La Misión, pero era esencialmente un evento para gabachos. El colega de Libros, Café y Jazz suele montar su mesa una vez al mes afuera del Centro de Gobierno y los gringos tienen ciertos espacios en donde donan o intercambian sus lecturas, pero fuera de eso no hay mucho más en mi pueblo. Por ello fue un momento tan especial participar anoche en la inauguración del Tendido de Libros del Fondo de Cultura Económica en la Casa Municipal de Rosarito. Yo creo sin exagerar que es el evento libresco más significativo que se ha armado en suelo rosaritense. La verdad es que había una respetable fila de compradores de libros y los precios son realmente inmejorables. Con decirles que había 30 ejemplares de mi Samurái y los 30 volaron rapidito. Increíblemente, este es el primer evento literario en que me toca participar en Rosarito en los últimos ocho años. Vaya, el último había sido aquella extraordinaria e inolvidable velada que me organizó Benito del Águila en el Café Marotto, previo a nuestro viaje a Colombia. Fue un gusto poder saludar a mi editor Paco Ignacio Taibo y saludar buenos amigos del pueblo que se dieron cita. Mi gratitud con nuestra alcaldesa, Rocío Adame, por haber acudido a la presentación y a mi colega Javier Fernández por acompañarme en la mesa. También me dio mucha emoción ver ejemplares de uno de los últimos libros de mi abuelo, ¿Qué es la poesía? El Tendido de Libros se marcha para Ensenada y les aviso que por ahí andaré el sábado a las 4:00 de la tarde en la plaza de las Tres Cabezas. Dénse una vuelta. Hay buena oferta de libros y los precios son de verdad bajos. Nos vemos en la Cenicienta.