Enfermedades de ángeles caídos
Hay
enfermedades propias de ángeles caídos. La tuberculosis y la baudeleriana
sífilis eran el requisito indispensable para ser poeta en el Siglo XIX, de la
misma forma que el Sida envolvía en un halo de malditismo decadente a sus
portadores. Acaso a Ghoul no le hubiera molestado dar positivo al VIH. Después
de todo, hay cierto prestigio en escandalizar buenas conciencias e ir por la
vida señalado como el practicante de placeres prohibidos, deleites orgiásticos
a los que no suelen aspirar los ordinarios Godínez. Ghoul sin embargo jamás
estuvo en una orgía y sus mayores
depraves sexuales ocurrieron solamente en su mente durante sus compulsivos
onanismos.


