Eterno Retorno

Sunday, October 03, 2021

Bosco en las botas

 


Estás por elegir una camiseta negra con letras coreanas rosas y dibujos de unos panditas, cuando de reojo vuelves a mirar las botas y como si una fuerza superior te moviera, te acercas hasta el aparador donde están colocadas y las tomas en tus manos. Las figuras del Jardín de las Delicias lucen brillantes, limpiecitas, como una obra original y te basta palparlas para saber que ahí no hay vestigio de basura sintética de imitación. Es puro buen cuero y se nota.  Son simplemente perfectas, de otro mundo, oníricas, capaces por sí solas de traer a tu vida algo muy similar a la felicidad o la plenitud. De pronto te has desentendido por completo de la camiseta y te has abstraído en la contemplación del Bosco en las botas. Tocarlas es como un paréntesis en el tiempo, una suspensión en el fluir de instantes. La chica del mechón púrpura vuelve a dedicarte una mirada.

-¿Buscaba alguna talla en especial señor? Por ahora estas son las únicas que tenemos de ese modelo, pero la semana que entra vamos a recibir un pedido.

-          ¿Talla? Mmmm, No, o bueno, sí… solo estaba mirando, pero a lo mejor estas están bien....

La talla. En realidad ni habías pensado en eso. Ni siquiera tienes muy claro qué número americano de zapato eres.

Acaso ha llegado el momento de hacer la pregunta fundamental para descifrar de una vez por todas el enigma, aunque una parte de ti prefiere prolongar la incertidumbre. Mejor ni saber cuánto cuestan y mantener la duda para poder seguir alimentando el sueño. En el  momento en que sepas el precio será como si sobre tu cuerpo cayera una viga o un yunque, pero tu ensimismamiento es tal, que ahora sí la señorita mechón púrpura ya no te quita los ojos de encima.

-          Si quiere le puedo mostrar más modelos, aunque por ahora este es el único artístico.

Supones que no podrás prolongar indefinidamente la contemplación, que de ti se espera el siguiente paso: o lo tomas o lo dejas aunque está claro que para ti no existen dos opciones. Solo existe una y es lo dejas y te chingas, como te has chingado siempre. Agua y ajo.

Es entonces cuando con voz muy queda, casi en un murmullo imperceptible emerge de tu boca la interrogación neurálgica.

 

-          Di… disculpe, ¿cuá.. cuánto están costando?