Eterno Retorno

Monday, September 13, 2021

y ya entonces veremos si dormimos en Eagle Pass o en San Antonio

 


Bebo una jarra de café. Mi cansancio es tan grande como la excitación y mi reserva de dos horas de sueño en el sillón de la sala parece bastarme para mantenerme en pie. No quiero ni siquiera intentar pestañear, pues no quiero romper la inercia de esta pila alta y a veces después del sueño la perspectiva de las cosas cambia. Quiero agarrar carretera, cruzar de una vez por todas la frontera y ya entonces veremos si dormimos en Eagle Pass o en San Antonio. Lo que ya no quiero es permanecer en Monclova

 Por primera vez en muchísimo tiempo siento emoción y expectativa por arrancar el noticiero a las ocho de la noche. Por supuesto abrimos con la enésima imagen de las torres en llamas para luego dar paso a la información de cosecha propia.

Llama obispo a iniciar cadena de oración por la paz mundial y a tener fe en que esto no será el fin de mundo;  empresarios del grupo industrial Monclova externan su preocupación por un posible colapso en la economía; el presidente municipal llama a guardar la calma y los monclovenses externan su sentir ante esta tragedia.

 

Al final del noticiero llega el momento más esperado

 

Y bueno, hoy queremos anunciarle que en un esfuerzo sin precedente y como parte del gran compromiso que tenemos con nuestros televidentes , en TeleMonclova iniciaremos nuestra propia cobertura de las secuelas de esta tragedia desde el lugar mismo de los hechos. Un equipo de profesionales de la información encabezado por su servidor, parte esta misma noche rumbo a Nueva York desde donde estaremos enviando diariamente información fresca, oportuna, exclusiva  y de primera mano  para que ustedes pueda mantenerse bien informado. Mi compañera Claudia Estrada, conductora del telediario matutino, me sustituirá temporalmente en este espacio a partir del día de mañana. TeleMonclova está lista para asumir este gran reto. Seguiremos informando.

 

Concluido el noticiero siento una urgencia enorme de encender el carro y enfilar hacia la carretera. Alcira ya me aguarda afuera del estudio con su mochila, un pequeño back pack de excursionista en donde no creo que quepan demasiadas prendas.  Sebastián nos estará esperando en Piedras Negras. Me habría gustado más salir en trío o ir acompañado por un reportero del sexo masculino. La idea de partir solo con una chica de 26 años siempre puede dar lugar a la maledicencia en este pueblo mojigato. Si mi suegra se enterara sin duda le llenaría la cabeza de mierda a Rosalía y a mi esposa hace falta muy poco para encenderle la válvula de los celos. Claro, Alcira no es por fortuna la prototípica chica del clima por la que un conductor de noticias perdería la cabeza. Con su pelo cortado casi a rape, sus rudas camisas de leñador  y su rostro sin gota de maquillaje es fácil confundir a Alcira con un muchachito.

Son las 21:14 de la noche cuando enciendo la camioneta. Si no hay contratiempos deberemos estar llegando a Piedras Negras justo a la media noche. Serán 243 kilómetros a través de la carretera 57. Enciendo un cigarro y ofrezco uno a Alcira que acepta de buena gana. Con las ventanas abajo fumamos en silencio mientras enfilo hacia la salida. Sopla un liego viento fresquecito y la noche es atípicamente clara.