Eterno Retorno

Thursday, September 16, 2021

La palomilla insurgente y sus apodos

 


En la pandilla insurgente militaban el Atolero, la Barragana, el Castrador, el Chile Verde, el Cristo, el Comanche, las Coheteras, el Chivero, el Diente Mocho, el Florero, la Gabina, la Griega, el Huajes, el Meco, el Mocho, el Metemano, la Madre de los desvalidos, el Manco, las Once mil vírgenes, el Patitas, el Perro, el Pescuezo, el Pinacate, la Pimpinela, el Pito, el Picador, el Tecolote y el Zapatitos entre otros muchos. Por supuesto, como en toda palomilla barrial que se respete, había unos cuantos a los que apodaban el Chino, el Güero, el Chato, el Indio, el Negro o el Negrito y claro, algunos un poco más célebres que pasaron a la historia como el Pípila y los Pachones. Un acierto incluir en la colección 21 para el 21 del FCE Noticias biográficas de insurgentes apodados, un sui generis diccionario biográfico compilado por el zacatecano Elías Amador Garay (1848-1917). Lo interesante es que el orden alfabético no se basa en apellidos sino en apodos, como en la clica. De algunos de ellos no se sabe casi nada y apenas se tiene referencia de alguna acción en determinado combate o alguna vaga anécdota, pero en algunos pocos casos son reseñas biográficas hechas y derechas. Cierto, sus apodos nunca serán gritados por un político en un 15 de septiembre y sus rostros no aparecerán jamás en una estampita escolar, pero fueron estos canijos los que pelearon la guerra de Independencia a puro machetazo pelón. ¿Sabrían las razones por las que peleaban? Asumo que muchísimos eran analfabetos y posiblemente ninguno tuviera una idea clara o siquiera aproximada en torno a la construcción de una nueva nación independiente de la corona española, pero estas son las manos que hacen las guerras, los cuerpos que se desangran, la pura y vil carne de cañón que acude a inmolarse en su cita con la Historia. Ideal para leer este 16 de septiembre.