Eterno Retorno

Thursday, September 23, 2021

El año ha emprendido la fuga y has deshojado los días de una efímera flor de verano.


 

Aun suponiendo que careciéramos de reloj y calendario,  uno podría leer en el horizonte el vaivén de los ciclos, la espiral del eterno retorno. No necesitas saber que es 23 de septiembre para respirar la esencia del otoño que lentamente se derrama sobre nosotros. Es todavía un otoño tímido que la juega de discreto, pero su presencia es ya innegable.  Cierto, no es la nuestra  una descarada  otoñalidad vestida de rojo profundo como en Nueva Inglaterra,  pero hay algo en la luz y en el viento donde la recién llegada estación se anuncia. El atardecer nunca miente.  Sin duda muchos milenios antes de que nos diera por medir el tiempo, los antiguos podían descifrar lo circular del destino en las puestas de sol. La fantasmal silueta de las islas, la luz crepuscular diluyéndose en el Pacífico, el fresco de la tarde y el fluir del pensamiento huelen a espíritu otoñal y de pronto, como si tal cosa, reparas en que el año ha emprendido la fuga  y has deshojado los días de una efímera flor de verano. Aún faltan los vientos de brujas, los fatuos fuegos santaaneros, calaveras, calabazas y la canija vida corriendo como yegua desbocada al filo del desbarrancadero.