Eterno Retorno

Sunday, January 15, 2017

También el 14 de enero de 2006 fue sábado y también al anochecer, bajo el desnudo cielo que sucede a las lluvias invernales, me sumergí como ahora en Metafísica de la Muerte. “Mi vocación filosófica está ligada, indisolublemente, a la meditación de la muerte. Cada momento vivido es un momento menos por vivir. El espacio libre de la vida se nos va angostando paulatinamente. Marchamos hacia adelante, en tensa agonía, dejando jirones de la propia existencia…La muerte, mientras vivimos, está siempre después”, escribió Agustín Basave. ¿Qué puedo decir? Gracias por heredarme la eterna duda. También mi vocación narrativa está ligada, indisolublemente, a la meditación de la muerte. Hace once años murió mi Abuelo. Me aterra el tren bala de la vida. En mi interior su muerte sigue siendo un hecho reciente, aunque al mirar atrás caigo en cuenta de todo lo que se ha transformado desde entonces. En esta década han acaecido cosas trascendentes que me habría gustado poder compartirle. Jamás conoció a Iker y jamás leyó un libro mío. Por lo que a los libros respecta seguro estoy que no le habrían gustado, pero le habría alegrado verme aferrado a una vocación. La última vez que se dirigió a mí, ya en el lecho de muerte, fue para hacerme una pregunta: ¿Estás siguiendo tu vocación? Y mi triste respuesta en aquel 2006 era no, no la estoy siguiendo. En 2006 yo era un reportero asqueado de la piedra de Sísifo del periodismo. Creo que sus palabras tuvieron la fuerza para desencadenar todo lo que pasó después. Cierto, nuestros ríos desembocan en arroyos distintos, pero la duda madre y la llama que alimenta el camino de vida es exactamente la misma. “Si imagináramos por un instante que la poesía desapareciera de la faz de la tierra, la existencia humana se tornaría desolada, incompleta, triste. Careceríamos de uno de los elementos que contribuyen a nuestra felicidad, a nuestra dignidad y a nuestro valor. Aunque no sea la única razón de vivir, la poesía es una razón de vivir que dignifica y embellece la vida de los seres humanos”, escribió mi Abuelo y pienso que son certidumbres como esa las que dan sentido al aferre mío de andar arando los mares.