Ahora Ariel se ha desentendido por completo de su búsqueda de besos negros y concentra su total atención en el desarrollo del bloqueo. Por un momento lo asalta la tentación de salir a la calle y unirse a la protesta. Después de todo, los hechos están ocurriendo a menos de un kilómetro de su departamento. ¿Será buena idea salir y tomarse una selfie con la manifestación de fondo? ¿Gritar y arrojar piedras esperando que alguna cámara lo enfoque? Acaso podría agregarle un poco de publicidad a su estancada carrera. El polémico artista Ariel Lisuarte se une a las protestas contra el gasolinazo. ¿Le importará a alguien? Entre los manifestantes no debe haber muchos seguidores de su obra ni gente del medio cultural. La rebeldía siempre da puntos, pero salir a arriesgarse a un macanazo sólo por no querer pagar unos pesos más por cada litro de gasolina no es el performance más vanguardista. Por ahora es mejor seguir a Alzamendi, quien trasmite en vivo desde el centro mismo de la rabia. Ariel prefiere seguir la revolución a través de la pantalla de su iPad desde la comodidad de su departamento con vista al Pacífico en el octavo piso del condominio La Joya de Rosarito, ubicado a unos 700 metros de donde se desarrolla la manifestación. Acaso si abriera la puerta de su balcón alcance a escucharse la gritería. Alfredo Alzamendi habla de una tensa calma. Ariel piensa que es momento de salir a la terraza y descorchar un vino. Elige un Barón Balché para la ocasión...
Monday, January 09, 2017
<< Home