Se llama Ganimedes Leyva y su misión en la vida es cargar un Cristo crucificado. Un Cristo macizo, grandote y pesado, de dimensiones humanas, en realidad bestiales. El crucifijo entero es más alto que Ganimedes El pelo del Cristo es de pura cola de caballo y a Ganimedes le gusta sentirlo sobre su rostro sudado cuando sopla el viento santaanero de la tarde. Lo canijo es soportar sobre su espalda el rudo roble de la cruz, un vil tronco sin tallar sobre el que cuelga el cuerpo de porcelana y cabellera equina, con brillantes cristales por ojos y sangre humana real embarrada en frente, pecho y muñecas.
Monday, May 02, 2016
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