Eterno Retorno

Thursday, October 11, 2007

Revolution of Hope
The Life, Faith, and Dreams of a Mexican President
Vicente Fox and Rob Allyn
Viking

Por Daniel Salinas Basave
dsalinas@frontera.info

Un Vicente Fox Quesada a la medida del sueño del americano es el personaje que encontramos en “Revolución de la Esperanza. La vida, fe y sueños de un presidente mexicano”.
El libro está dedicado “al pueblo mexicano con amor”, pero fue escrito, con obvia intención, para el pueblo estadounidense, quién sabe si con amor o con ganas de que la obra sea el gancho que justifique una gira de conferencias que catapulten su imagen en el extranjero y de paso ayuden a sus finanzas personales.
Justo en el momento político más complicado para Vicente Fox y su esposa Marta Sahagún por la avalancha de ataques y la investigación sobre el origen de su riqueza que suscitó la publicación de su ostentoso modo de vida en la revista “Quién”, la editorial Viking de San Francisco California ha colocado en las librerías estadounidenses la autobiografía del ex Presidente.
El mismo Fox se encarga de definir su historia como el más típico sueño americano que “only in América” puede ocurrir: La historia del joven granjero idealista que se convierte en presidente de la República. Hollywood ya debe haberle comprado el guión.
De entrada, la advertencia a los lectores: No hay aquí profundidades ni confesiones en materia política o económica y sí en cambio una buena dosis de frivolidades y un sentimentalismo que lo emparenta con los libros de superación personal. Justo es señalar en cambio que la obra es rica en lo que a política exterior se refiere y que Fox, o su asesor Robert Allyn, no se mordieron la pluma para criticar al presidente estadounidense George Bush, tarea fácil cuando los bonos del texano están en su punto más bajo en su país y los demócratas recuperan posiciones.
Bush es, según la definición de Fox, un tipo arrogante, un cowboy de escaparate, si bien lo reconoce como un hombre autosuficiente, amistoso cuando quiere y buen anfitrión en su rancho en Crawford Texas.
Por supuesto, hay palabras aún más rudas para el venezolano Hugo Chávez de quien se permite burlarse, catolicismo devoto cuando se refiere a su encuentro con el Papa Juan Pablo II, respeto hacia Mandela y Clinton, rencor hacia Fidel Castro.
El comentarista de televisión estadounidense Robert Allyn, asesor, o acaso auténtico y único autor de “Revolución de la Esperanza”, se encargo de construir una historia perfectamente diseñada para venderse como pan caliente en las librerías del vecino país.
Un hombre que sueña con ser un “cowboy”, que empieza desde abajo y a contracorriente en un país plagado de injusticias y adversidades cometidas por un partido dictatorial y corrupto, logra sobresalir y romper con la esclavitud del pasado.
De hecho la narración es en exceso explicativa, como una perpetua introducción al sistema político nacional, lo que resalta su evidente intención de ser dirigida a un lector no mexicano.
Por ejemplo, mi Schwarzenegger problem es el título del capítulo en el que ilustra las trabas legales que el Artículo 82 ponía en su camino para llegar a la Presidencia por su condición de hijo de extranjeros.
Entre sus anécdotas Fox resalta su manera poco elegante de presentarse en las grandes ligas de la política con boletas electorales en las orejas en protesta por el triunfo de Carlos Salinas de Gortari en la elección de 1988 o la famosa tarde del “hoy, hoy, hoy”, en donde su terquedad acaba por volverse un atributo.
Por supuesto, resalta en extremo su papel de hombre de familia que ama a su madre y a sus hijos y comparte un ideal y un sueño con su amada esposa Marta.
El Fox de su autobiografía es perfecto para un libreto hollywoodense, un incansable luchador por la justicia, un soñador incurable, un tipo romántico y simpático que conquista sus metas en la vida
Un libro que acaso nunca será distribuido en español y que si lo fuera tendría que modificar en algo, o bastante, su sentido, pues queda claro que fue a priori concebido para conquistar a un lector estadounidense, mientras que para un lector mexicano acabaría por resultar redundante.
Por cierto: El título que el ex Presidente dio a su obra. “Revolución de la Esperanza”, es exactamente el mismo de una obra de Erich From en los 70. ¿Plagio o mera casualidad?