Analfabeto cibernético
Más de uno piensa que por tener un blog, debo ser algo así como un devoto adorador del becerro de oro de la tecnología y que tengo mi computadora en un altar. Imaginan que esto de tener una cuna de porquerías en la red equivale a ser un nerd cibernético que pasa horas bajando programas y navegando de una página a otra en busca del último grito de la moda en adelantos tecnológicos.
Vaya error. Si supieran que soy algo así como un analfabeto cibernético. Fui un usuario tardío de Internet. Yo empecé a usar la red por ahí de 1998 y en forma permanente, como herramienta de trabajo, a partir de 1999 y eso porque los correos electrónicos y la edición cibernética del periódico donde trabajo forman parte de mi diaria labor e influyen en mi economía. Antes de ese año despotricaba contra los adictos a la red y proclamaba que yo vivía muy felizmente sin ella. Hoy en día forma parte de mi trabajo, más no de mis adicciones.
Eso sí, hace tres años Carol me regaló una Lap, una Vaio y es la herramienta de trabajo más útil que tengo, pues gracias a ello puedo escribir columnas y reportajes atrasados desde la comodidad del hogar mientras me atasco un Jack Daniels o un Casillero. Me gusta mucho tener computadora, aunque no sepa utilizarla.
Para ser honesto, conozco apenas las funciones más básicas de una computadora. La prendo, la apago, escribo y brinco de una página a otra. Hasta ahí llegaron mis conocimientos. Soy muy apático, flojo e ignorante ante todo proceso tecnológico. ¿Saben por qué no tiene fotos mi blog? Podría decir que es porque privilegio la palabra escrita sobre la imagen, pero la realidad es que no se cómo carajos se suben fotos a los blogs y me da harta flojera averiguarlo. Mejor un día le pago a alguien para que me preste el servicio.
¿Saben por qué en mi enorme colección discográfica no hay cds quemados? Podría decir que soy un defensor de los derechos de autor y que no quiero perjudicar los ingresos del heavy metal, pero lo cierto es que no se como carajos se baja música y no me tomo el trabajo de aprender. Por ello, el 99.9% de mis discos son todos originales, comprados bien caros en las tiendas (y bueno, influye que me gusta leer el librito con las letras de las canciones también) Carolina sí es inteligente para esto de las compus y carga con la cruz de un marido ignorante, que le pide asesoría y ayuda cada que en la pantalla aparece algo que no comprendo y ella sí me ha bajado algunas rolas que le pido.
Para poner y quitar el tag en mi blog, tuve que pedirle el favor a otros bloguitas que amablemente me apoyaron en la labor (y a los que tal vez próximamente les pida el apoyo para ponerlo de nuevo en circulación. Gracias Ruiz) Para cambiar el diseño del blog también pedí asesoría o más bien dicho pedí que me hicieran la chamba (gracias Lomelí) No me seduce la tecnología. Nunca en mi vida he comprado algo vía internet ni he hecho movimientos financieros de tarjeta de crédito, cosa que sí hace Carolina. Muy a trancazos se checar mi estado de cuenta y Carol me tiene que recordar el pasword y los pasos a seguir. No entiendo eso de las subastas, las inscripciones en línea y si acaso uso el msg y eso porque me lo instalaron. Así las cosas, soy bloguero, pero en términos reales, le entiendo a menos del 5% de las funciones de esa cosa que está delante de mí en este momento.
Más de uno piensa que por tener un blog, debo ser algo así como un devoto adorador del becerro de oro de la tecnología y que tengo mi computadora en un altar. Imaginan que esto de tener una cuna de porquerías en la red equivale a ser un nerd cibernético que pasa horas bajando programas y navegando de una página a otra en busca del último grito de la moda en adelantos tecnológicos.
Vaya error. Si supieran que soy algo así como un analfabeto cibernético. Fui un usuario tardío de Internet. Yo empecé a usar la red por ahí de 1998 y en forma permanente, como herramienta de trabajo, a partir de 1999 y eso porque los correos electrónicos y la edición cibernética del periódico donde trabajo forman parte de mi diaria labor e influyen en mi economía. Antes de ese año despotricaba contra los adictos a la red y proclamaba que yo vivía muy felizmente sin ella. Hoy en día forma parte de mi trabajo, más no de mis adicciones.
Eso sí, hace tres años Carol me regaló una Lap, una Vaio y es la herramienta de trabajo más útil que tengo, pues gracias a ello puedo escribir columnas y reportajes atrasados desde la comodidad del hogar mientras me atasco un Jack Daniels o un Casillero. Me gusta mucho tener computadora, aunque no sepa utilizarla.
Para ser honesto, conozco apenas las funciones más básicas de una computadora. La prendo, la apago, escribo y brinco de una página a otra. Hasta ahí llegaron mis conocimientos. Soy muy apático, flojo e ignorante ante todo proceso tecnológico. ¿Saben por qué no tiene fotos mi blog? Podría decir que es porque privilegio la palabra escrita sobre la imagen, pero la realidad es que no se cómo carajos se suben fotos a los blogs y me da harta flojera averiguarlo. Mejor un día le pago a alguien para que me preste el servicio.
¿Saben por qué en mi enorme colección discográfica no hay cds quemados? Podría decir que soy un defensor de los derechos de autor y que no quiero perjudicar los ingresos del heavy metal, pero lo cierto es que no se como carajos se baja música y no me tomo el trabajo de aprender. Por ello, el 99.9% de mis discos son todos originales, comprados bien caros en las tiendas (y bueno, influye que me gusta leer el librito con las letras de las canciones también) Carolina sí es inteligente para esto de las compus y carga con la cruz de un marido ignorante, que le pide asesoría y ayuda cada que en la pantalla aparece algo que no comprendo y ella sí me ha bajado algunas rolas que le pido.
Para poner y quitar el tag en mi blog, tuve que pedirle el favor a otros bloguitas que amablemente me apoyaron en la labor (y a los que tal vez próximamente les pida el apoyo para ponerlo de nuevo en circulación. Gracias Ruiz) Para cambiar el diseño del blog también pedí asesoría o más bien dicho pedí que me hicieran la chamba (gracias Lomelí) No me seduce la tecnología. Nunca en mi vida he comprado algo vía internet ni he hecho movimientos financieros de tarjeta de crédito, cosa que sí hace Carolina. Muy a trancazos se checar mi estado de cuenta y Carol me tiene que recordar el pasword y los pasos a seguir. No entiendo eso de las subastas, las inscripciones en línea y si acaso uso el msg y eso porque me lo instalaron. Así las cosas, soy bloguero, pero en términos reales, le entiendo a menos del 5% de las funciones de esa cosa que está delante de mí en este momento.