Clima
Cuando me preguntan que es lo que más me gusta de vivir en Tijuana, no dudo en responder que el clima.
Cuando me preguntaban que era lo que más odiaba de vivir en Monterrey, tampoco dudaba en responder que el clima.
Yo se que para mucha gente esto del clima puede parecer una nimiedad, una obviedad usada para romper hielos cuando no tienes nada que comentar con el imbécil que se sentó a tu lado en el camión o que te topaste en el elevador y que es absurdo definirlo como parámetro para elegir una ciudad donde vivir, pero lo cierto es que el clima rige buena parte de tu existencia.
Viviendo en Monterrey, más o menos por abril, empezaba a padecer crisis depresivas sólo de imaginar la proximidad del perro verano. De niño no lo padecí tanto, pero luego de mi exilio de cuatro años del DF, no pude volverme a acostumbrar al clima regio. Simplemente me fue insoportable.
En Tijuana me sucede lo contrario. Me gusta la proximidad del verano, me gustan esas noches de aires fresco, me gusta que casi cualquier día del año puedas dormir con manga larga, pero disfrutar el solecito del mediodía. Cierto que el húmedo invierno tijuanense puede llegar a ser una piedra en el zapato luego de tres meses, máxime si habitas en Playas, pero de cualquier manera, sostengo que el clima de Tijuana es uno d elos mayores tesoros que tiene esta ciudad.
Estadio
Una vez se lo dije al ex alcalde Jesús González Reyes: Si usted construye un estadio y logra traer un equipo de Primera División a Tijuana, le juro que votaré por usted si se postula para gobernador.
Ahora se lo dije a Jorge Hank Rhon. Estoy dispuesto a cumplirlo. Es más, lo firmo. El alcalde que logre la construcción de un estadio y la llegada de la Primera División a Tijuana será digno de mi voto cuando se postule para un cargo. Nada más de mi voto, aclaro, no del favor de mi pluma.
Desde que vivo en Tijuana escucho historias y promesas sobre la construcción de un estadio de futbol y hasta la fecha sigo esperando. De la misma forma que el clima es lo que más me gusta de Tijuana, su carencia de futbol profesional es lo que más aborrezco. E igual, cuando la gente me pregunta que es lo que más extraño de vivir en Monterrey, no dudo en responder que las tardes del futbol. No puedo creer que esta ciudad se ahogue en tan poca mierda emocionada con el beisbol y el box (y aunque no entiendo ni quiero entender un carajo de box y de beisbol, se que el equipo y las peleas que tienen aquí son de pésima calidad aun dentro de esas mierdas de deporte)
Otra vez renace la eterna promesa del estadio y el equipo de futbol y yo iluso vuelvo a creerles, a tener fe, a soñar con que sí va a hacerse, aunque algo me dice que sufriré una decepción más y que mi voto seguirá esperando.
Cuando me preguntan que es lo que más me gusta de vivir en Tijuana, no dudo en responder que el clima.
Cuando me preguntaban que era lo que más odiaba de vivir en Monterrey, tampoco dudaba en responder que el clima.
Yo se que para mucha gente esto del clima puede parecer una nimiedad, una obviedad usada para romper hielos cuando no tienes nada que comentar con el imbécil que se sentó a tu lado en el camión o que te topaste en el elevador y que es absurdo definirlo como parámetro para elegir una ciudad donde vivir, pero lo cierto es que el clima rige buena parte de tu existencia.
Viviendo en Monterrey, más o menos por abril, empezaba a padecer crisis depresivas sólo de imaginar la proximidad del perro verano. De niño no lo padecí tanto, pero luego de mi exilio de cuatro años del DF, no pude volverme a acostumbrar al clima regio. Simplemente me fue insoportable.
En Tijuana me sucede lo contrario. Me gusta la proximidad del verano, me gustan esas noches de aires fresco, me gusta que casi cualquier día del año puedas dormir con manga larga, pero disfrutar el solecito del mediodía. Cierto que el húmedo invierno tijuanense puede llegar a ser una piedra en el zapato luego de tres meses, máxime si habitas en Playas, pero de cualquier manera, sostengo que el clima de Tijuana es uno d elos mayores tesoros que tiene esta ciudad.
Estadio
Una vez se lo dije al ex alcalde Jesús González Reyes: Si usted construye un estadio y logra traer un equipo de Primera División a Tijuana, le juro que votaré por usted si se postula para gobernador.
Ahora se lo dije a Jorge Hank Rhon. Estoy dispuesto a cumplirlo. Es más, lo firmo. El alcalde que logre la construcción de un estadio y la llegada de la Primera División a Tijuana será digno de mi voto cuando se postule para un cargo. Nada más de mi voto, aclaro, no del favor de mi pluma.
Desde que vivo en Tijuana escucho historias y promesas sobre la construcción de un estadio de futbol y hasta la fecha sigo esperando. De la misma forma que el clima es lo que más me gusta de Tijuana, su carencia de futbol profesional es lo que más aborrezco. E igual, cuando la gente me pregunta que es lo que más extraño de vivir en Monterrey, no dudo en responder que las tardes del futbol. No puedo creer que esta ciudad se ahogue en tan poca mierda emocionada con el beisbol y el box (y aunque no entiendo ni quiero entender un carajo de box y de beisbol, se que el equipo y las peleas que tienen aquí son de pésima calidad aun dentro de esas mierdas de deporte)
Otra vez renace la eterna promesa del estadio y el equipo de futbol y yo iluso vuelvo a creerles, a tener fe, a soñar con que sí va a hacerse, aunque algo me dice que sufriré una decepción más y que mi voto seguirá esperando.