Ya envíe mi nota de la DEA. Casi cinco años después, hay una palabra mágica y cabalística que asegura tu pasaporte a la portada: CAF- En Tijuana seguimos siendo esclavos de esos apellidos. Yo confieso que a mí el tema hace un buen rato que me aburre bastante. Antes no me perdía las columnas de Blancornelas, las seguía con avidez. Hoy estoy hasta la madre de este reciclado y estéril asunto. Me parece ocioso que los periodistas hagamos tanto por mantener vivo ese mito desgastado. Pero lo cierto, y los números no mienten, es que las palabras CAF en la portada son nuestras mejores vendedoras de periódicos.
Por cierto y al igual que mi colega Said de Crónicas Policíacas, considero que la mejor columna que ha escrito nuestro colega Blanco en los últimos tiempos es la que dedica los corresponsales plagiadores de notas. Buen chingazo, lo difruté en verdad. Bien mi Blanco. Esos ladrones de información, esos parásitos del periodismo que indignan la profesión son acreedores a mi infinito desprecio y repulsión. Duro con ellos.
Escribir o no escribir? Abrir el debate o no abrirlo? Hacer de Eterno Retorno un Historia Americana X? No. Mejor no. Me mal interpretarían, me mal juzgarían, me inventarían una esvástica en la frente y una cruz gamada en el pecho. Sería un tema duro, sin duda un sano ejercicio, pero muy crudo y yo estaría condenado a ser el malo de la película, el abogado del diablo blanco y ese papel es muy impopular, lo tengo muy claro. Mejor luego. Por ahora sigamos viviendo la intensidad del futbol, oremos a las deidades paganas por los Tigres, hay que exorcizar al diablo toluqueño, hay que vivir la intensidad del rock, del buen mezcal, de la cerveza Noche Buena y transmitir la buena vibra que contagian estas navidades, mis paganas, ateas y anticristianas navidades. Como dice PG Beas, diciembre se contagia, la buena vibra es inevitable y yo, por alguna razón, ando de buenas. Ya luego hablaremos de Valhalla, del Superhombre. Ahorita estoy en los audifonos con Ghost Rider de Rush, la rola que Neil Peart compuso tras la muerte de su esposa e hija en diferentes accidentes. Leo Cuentos de Futbol 2 de Valdano (me lo trajo Carol de Guadalajara) me baño con agua fría, duermo profundo, como en insalubres puestos de tacos, busco a un viejo pescador teporocho en la playa El Vigia, concibo mil y un proyectos y al final, al final, todo termina en el blogueo, sin duda la droga estrella del 2003- Buena vibra.
Por cierto y al igual que mi colega Said de Crónicas Policíacas, considero que la mejor columna que ha escrito nuestro colega Blanco en los últimos tiempos es la que dedica los corresponsales plagiadores de notas. Buen chingazo, lo difruté en verdad. Bien mi Blanco. Esos ladrones de información, esos parásitos del periodismo que indignan la profesión son acreedores a mi infinito desprecio y repulsión. Duro con ellos.
Escribir o no escribir? Abrir el debate o no abrirlo? Hacer de Eterno Retorno un Historia Americana X? No. Mejor no. Me mal interpretarían, me mal juzgarían, me inventarían una esvástica en la frente y una cruz gamada en el pecho. Sería un tema duro, sin duda un sano ejercicio, pero muy crudo y yo estaría condenado a ser el malo de la película, el abogado del diablo blanco y ese papel es muy impopular, lo tengo muy claro. Mejor luego. Por ahora sigamos viviendo la intensidad del futbol, oremos a las deidades paganas por los Tigres, hay que exorcizar al diablo toluqueño, hay que vivir la intensidad del rock, del buen mezcal, de la cerveza Noche Buena y transmitir la buena vibra que contagian estas navidades, mis paganas, ateas y anticristianas navidades. Como dice PG Beas, diciembre se contagia, la buena vibra es inevitable y yo, por alguna razón, ando de buenas. Ya luego hablaremos de Valhalla, del Superhombre. Ahorita estoy en los audifonos con Ghost Rider de Rush, la rola que Neil Peart compuso tras la muerte de su esposa e hija en diferentes accidentes. Leo Cuentos de Futbol 2 de Valdano (me lo trajo Carol de Guadalajara) me baño con agua fría, duermo profundo, como en insalubres puestos de tacos, busco a un viejo pescador teporocho en la playa El Vigia, concibo mil y un proyectos y al final, al final, todo termina en el blogueo, sin duda la droga estrella del 2003- Buena vibra.