Adicciones confesas
No he podido encontrar una cura efectiva para mi adicción a la compra compulsiva de libros, discos y revistas. Siendo honestos es algo grave, merecedor sin duda de algún diagnóstico psicoanalítico.
Mis gastos hedonistas prácticamente se limitan a esos productos. Si exceptuamos una camiseta que me compré en el último concierto metalero al que acudí, hace muchos meses que no me compro una prenda de vestir y cuando eso sucede, me compro algo que me gusta pero que me es inútil para el trabajo por ser demasiado informal o locochón. Hace tal vez más de un año que no invierto un centavo en comprarme una camisa formal o un pantalón de tela y ya no digamos unos zapatos. Suelo trabajar todos los días calzando Doctor Martínez En realidad la ropa de vestir de un hombre, o la ropa que el estilo ejecutivo le impone al hombre, se me hace el colmo de la aburrición. Me gusta vestir un buen traje, pero únicamente cuando la ocasión realmente lo amerita. Se me haría una fantochéz el andar todos los días de tacuche. Eso sí, jamás me he comprado (y como dijo Don Teofilito, ni me compraré) una sola corbata en mi vida. Las que tengo me las han regalado. Como es un accesorio que aborrezco con fervor, puedo jurar que nunca en, mi vida invertiré un centavo en comprarme una. Tampoco me compro herramientas o artefactos útiles para mi vida práctica. Hace rato que me debí comprar una nueva tarjeta para mi cámara y he hecho desidia. En cambio, cada pinche semana que pasa tengo un libro y una o varias revistas nuevas que luego no tengo ni tiempo de leer y por lo menos cada dos semanas adquiero uno o más discos que tampoco tengo demasiado tiempo de escuchar con la atención que yo desearía. Sin embargo estoy atrapado en estos vicios y no he encontrado quien o que me pueda redimir de ellos. ¿Alguien conoce una cura?
Pd- Y conste que ya le baje de huevos a los conciertos-
No he podido encontrar una cura efectiva para mi adicción a la compra compulsiva de libros, discos y revistas. Siendo honestos es algo grave, merecedor sin duda de algún diagnóstico psicoanalítico.
Mis gastos hedonistas prácticamente se limitan a esos productos. Si exceptuamos una camiseta que me compré en el último concierto metalero al que acudí, hace muchos meses que no me compro una prenda de vestir y cuando eso sucede, me compro algo que me gusta pero que me es inútil para el trabajo por ser demasiado informal o locochón. Hace tal vez más de un año que no invierto un centavo en comprarme una camisa formal o un pantalón de tela y ya no digamos unos zapatos. Suelo trabajar todos los días calzando Doctor Martínez En realidad la ropa de vestir de un hombre, o la ropa que el estilo ejecutivo le impone al hombre, se me hace el colmo de la aburrición. Me gusta vestir un buen traje, pero únicamente cuando la ocasión realmente lo amerita. Se me haría una fantochéz el andar todos los días de tacuche. Eso sí, jamás me he comprado (y como dijo Don Teofilito, ni me compraré) una sola corbata en mi vida. Las que tengo me las han regalado. Como es un accesorio que aborrezco con fervor, puedo jurar que nunca en, mi vida invertiré un centavo en comprarme una. Tampoco me compro herramientas o artefactos útiles para mi vida práctica. Hace rato que me debí comprar una nueva tarjeta para mi cámara y he hecho desidia. En cambio, cada pinche semana que pasa tengo un libro y una o varias revistas nuevas que luego no tengo ni tiempo de leer y por lo menos cada dos semanas adquiero uno o más discos que tampoco tengo demasiado tiempo de escuchar con la atención que yo desearía. Sin embargo estoy atrapado en estos vicios y no he encontrado quien o que me pueda redimir de ellos. ¿Alguien conoce una cura?
Pd- Y conste que ya le baje de huevos a los conciertos-