Deambulo por la Librería El Día buscando un libro que ilumine mi existencia. Me he encaprichado por Un maestro de Alemania de Rudgier Safransky, pero no lo encuentro.
Pienso en la biografía novelada de Javier Villaurrutia que escribió Ángel Palou o en Crónica del pájaro que le da cuerda al Mundo de Murakami.
Al final me decido por un texto que no estaba en mis planes: Quema de brujas en Logroño de Leandro Fernández de Moratín. La portada es magnífica: Los Aquelarres de Goya y por lo poco que he hojeado tengo la sospecha de que hice una buena elección.
También compré un six de aguas quinadas, el último que quedaba en el Calimax de Río. A veces este producto es muy complicado de encontrar. El vodka tónik es el único de mis vicios donde el elemento activo es más fácil de conseguir que el pasivo. Y es que en cualquier changarro encuentras una botella de vodka, pero no en cualquiera encuentras agua quina.
Ya no me gusta Letras Libres y Enrique Krauze se me hace el colmo de la pedantería. Pero resulta que en enero de 1999 compré el primer número de Letras Libres y en febrero el segundo, en marzo en tercero y así sucesivamente. Cada mes decía, bueno, pues voy a comprarlo para no tener incompleta la colección. Cuatro años y medio después tengo todos y cada uno de los pinches números de Letras Libres y aunque la revista me resulte medio antipática, me siento obligado a comprarla.
Ahora busqué desesperadamente el número de agosto. En El Día ya tienen el de septiembre, pero el de agosto se les acabó (sin duda porque se trataba del exilio español del 39 y el dueño acaparó todas) En el Sanborns nunca tienen un carajo y en Anahuac tampoco pude encontrarla. Si alguien lo tiene, lo compro o canjeo pór alguna bebida embriagante. Mierda, soy el único cabrón de este mundo que hace esfuerzos por conseguir una revista que le caga la madre.
Pienso en la biografía novelada de Javier Villaurrutia que escribió Ángel Palou o en Crónica del pájaro que le da cuerda al Mundo de Murakami.
Al final me decido por un texto que no estaba en mis planes: Quema de brujas en Logroño de Leandro Fernández de Moratín. La portada es magnífica: Los Aquelarres de Goya y por lo poco que he hojeado tengo la sospecha de que hice una buena elección.
También compré un six de aguas quinadas, el último que quedaba en el Calimax de Río. A veces este producto es muy complicado de encontrar. El vodka tónik es el único de mis vicios donde el elemento activo es más fácil de conseguir que el pasivo. Y es que en cualquier changarro encuentras una botella de vodka, pero no en cualquiera encuentras agua quina.
Ya no me gusta Letras Libres y Enrique Krauze se me hace el colmo de la pedantería. Pero resulta que en enero de 1999 compré el primer número de Letras Libres y en febrero el segundo, en marzo en tercero y así sucesivamente. Cada mes decía, bueno, pues voy a comprarlo para no tener incompleta la colección. Cuatro años y medio después tengo todos y cada uno de los pinches números de Letras Libres y aunque la revista me resulte medio antipática, me siento obligado a comprarla.
Ahora busqué desesperadamente el número de agosto. En El Día ya tienen el de septiembre, pero el de agosto se les acabó (sin duda porque se trataba del exilio español del 39 y el dueño acaparó todas) En el Sanborns nunca tienen un carajo y en Anahuac tampoco pude encontrarla. Si alguien lo tiene, lo compro o canjeo pór alguna bebida embriagante. Mierda, soy el único cabrón de este mundo que hace esfuerzos por conseguir una revista que le caga la madre.