Un poco, solo un poquito de tira mierda musical (traigo ganas de joder, ustedes disculpen)
A la gente le molesta mi brutal honestidad en materia de gustos musicales. Ayer, estando en la Ciruela Eléctrica me preguntaron si lamentaba la muerte del Piporro. Les dije que sí, pues en verdad la muerte del buen Lalo González, mi paisano, me tiene triste y después de todo, su música llegó a mis oídos mucho antes que el rock, pues mis padres lo ponían todo el día. Ahora sí que crecí con él y se me quedó pegado el Taconazo-
Después me preguntaron por Celia Cruz y les dije educadamente que por mi la negra se puede pudrir. La salsa y la música cubana jamás me ha gustado ni ha influido lo más mínimo en mi vida. Sí Guiller-mo Cabrera Infante, di que soy un inculto redneck metalero de cantina texana por despreciar la música del país que abandonaste como cobarde para ir a vivir a Londres, pero al menos soy brutalmente honesto. Estoy hasta la madre de que en cada pinche Sanborns y en cada estación de radio estén jodiendo todo el día con su azuucar. Ya estoy hasta el culo de que todo mundo se declare devoto de esa doña. Me caga la salsa al igual que me caga Silvio Rodríguez y todos los pinches trovozos estilo Lugar del Nopal. La gente cree que porque me gusta la literatura me deben agradar necesariamente esos poetastros cubanos, pero la realidad es que me aburren bastante. Cuando fuimos a su tierra natal, la ciudad de Matanzas, nos llevaron al viejo teatro de afrancesado estilo donde supuestamente comenzó su carrera y el guía duro y dale con la pinche Celia, como si fuera la octava maravilla.
Cuba estuvo bien para ir de viaje una vez, pero no es mi prioridad volver. Carolina detestó ese país. Yo la pasé bien, pero hubiera preferido mil veces estar en Inglaterra o en Escocia. El calor latino no es lo nuestro- Preferimos mil veces la frialdad de un londinés que la candela hipócrita de un habanero que solo piensa en sacarle lana a los turistas
También alguien se molestó cuando me preguntó si pensaba ir al concierto de Café Tacuba y le dije que para mi escuchar a esa banda era peor que embarrarme cagada de perro en la lengua. Detesto todo eso que llaman rock mexicano, pero dentro de esa letrina, Café Tacuba tiene una mención honorífica como el mayor pedazo de mierda (bueno, algunos de mis paisanos regios de ridículo nombre le hacen la competencia). No se porque detesto tanto a esa banda. Lo poquísimo que he escuchado de ellos me parece aborrecible, empezando por el tono de voz. Dicen que soy intolerante. Caray, nunca he sido de esos que dicen - yo oigo de todo y lo disfruto-
De toda la letrina del rock mexicano y la avanzada regia, solo salvaría por cierta nostalgia a los Caifanes y a Santa Sabina, al igual que los conciertos del Tri con su peste a mota y chemo. No es que tenga muchos discos de ellos, pero al menos escucharlos me genera cierta buena vibra.
Leo en la revista Loft sobre cierto movimiento de tango electrónico. Me genera una insoportable hueva tan solo imaginarlo. No necesito ni siquiera escucharlo para pronunciar un honestísimo No Mames-
El tango en si mismo es perfecto y no veo que necesidad haya de meterle loops y cosas del estilo. Me le van a romper la madre bien y bonito a mi Piazzolla con sus pinches marcianadas y eso me molesta bastante. El tango no necesita de eso para estar de moda, como afirma la odiosa revista- En fin, eso me pasa por andar comprando pinches publicaciones de yuppie- Juro solemnemente no volver a hacerlo-
A la gente le molesta mi brutal honestidad en materia de gustos musicales. Ayer, estando en la Ciruela Eléctrica me preguntaron si lamentaba la muerte del Piporro. Les dije que sí, pues en verdad la muerte del buen Lalo González, mi paisano, me tiene triste y después de todo, su música llegó a mis oídos mucho antes que el rock, pues mis padres lo ponían todo el día. Ahora sí que crecí con él y se me quedó pegado el Taconazo-
Después me preguntaron por Celia Cruz y les dije educadamente que por mi la negra se puede pudrir. La salsa y la música cubana jamás me ha gustado ni ha influido lo más mínimo en mi vida. Sí Guiller-mo Cabrera Infante, di que soy un inculto redneck metalero de cantina texana por despreciar la música del país que abandonaste como cobarde para ir a vivir a Londres, pero al menos soy brutalmente honesto. Estoy hasta la madre de que en cada pinche Sanborns y en cada estación de radio estén jodiendo todo el día con su azuucar. Ya estoy hasta el culo de que todo mundo se declare devoto de esa doña. Me caga la salsa al igual que me caga Silvio Rodríguez y todos los pinches trovozos estilo Lugar del Nopal. La gente cree que porque me gusta la literatura me deben agradar necesariamente esos poetastros cubanos, pero la realidad es que me aburren bastante. Cuando fuimos a su tierra natal, la ciudad de Matanzas, nos llevaron al viejo teatro de afrancesado estilo donde supuestamente comenzó su carrera y el guía duro y dale con la pinche Celia, como si fuera la octava maravilla.
Cuba estuvo bien para ir de viaje una vez, pero no es mi prioridad volver. Carolina detestó ese país. Yo la pasé bien, pero hubiera preferido mil veces estar en Inglaterra o en Escocia. El calor latino no es lo nuestro- Preferimos mil veces la frialdad de un londinés que la candela hipócrita de un habanero que solo piensa en sacarle lana a los turistas
También alguien se molestó cuando me preguntó si pensaba ir al concierto de Café Tacuba y le dije que para mi escuchar a esa banda era peor que embarrarme cagada de perro en la lengua. Detesto todo eso que llaman rock mexicano, pero dentro de esa letrina, Café Tacuba tiene una mención honorífica como el mayor pedazo de mierda (bueno, algunos de mis paisanos regios de ridículo nombre le hacen la competencia). No se porque detesto tanto a esa banda. Lo poquísimo que he escuchado de ellos me parece aborrecible, empezando por el tono de voz. Dicen que soy intolerante. Caray, nunca he sido de esos que dicen - yo oigo de todo y lo disfruto-
De toda la letrina del rock mexicano y la avanzada regia, solo salvaría por cierta nostalgia a los Caifanes y a Santa Sabina, al igual que los conciertos del Tri con su peste a mota y chemo. No es que tenga muchos discos de ellos, pero al menos escucharlos me genera cierta buena vibra.
Leo en la revista Loft sobre cierto movimiento de tango electrónico. Me genera una insoportable hueva tan solo imaginarlo. No necesito ni siquiera escucharlo para pronunciar un honestísimo No Mames-
El tango en si mismo es perfecto y no veo que necesidad haya de meterle loops y cosas del estilo. Me le van a romper la madre bien y bonito a mi Piazzolla con sus pinches marcianadas y eso me molesta bastante. El tango no necesita de eso para estar de moda, como afirma la odiosa revista- En fin, eso me pasa por andar comprando pinches publicaciones de yuppie- Juro solemnemente no volver a hacerlo-