Reconocimiento
Que sea la dirección de mi periódico quien reconozca de alguna manera mi trabajo, es algo tan frecuente en mi vida como lo son los icebergs y los pingüinos en el Valle de Mexicali.
En realidad, el estilo ejecutivo promueve que tengas un omnipresente sentimiento de insuficiencia. Lo que haces nunca basta, siempre estás en deuda y es apenas el mínimo indispensable para sobrevivir.
Uno se acostumbra a recibir buenos comentarios de sus lectores, pero ni uno solo de la dirección. De ahí que me resulte sorpresivo y a la vez gratificante.
Por fortuna, esta idea de los reconocimientos mensuales, que yo mismo aseguré sería una llamarada de petate destinada a durar un par de meses, se ha mantenido.
Además, 300 pesitos de mariscos no le caen mal a ningún mortal. La única desgracia es que debo mantener mi firme promesa de no beber cerveza y la verdad de las cosas, no me imagino un aguachile acompañado de vino tinto.
Nuevo curso
Ayer por la mañana iniciamos con nuestro curso de periodismo narrativo. Se antoja de entrada interesante aunque la pregunta es ¿se aplicará? Leímos un excelente reportaje llamado el Monstruo de la Señora Kelly, Premio Pullitzer de 1979. Muy bueno pero... ¿Podríamos publicarlo nosotros? No tiene una entrada carnosa, carece de tablitas, gráficas, números, frase destacada y sin su cabezota en verbo. De cualquier manera, es un buen síntoma que se haya optado por este tema para iniciar el ciclo de cursos del año.
Sobre otros blogs
Me he dado tiempo para leer nuevos blogs que nunca antes había abierto. Encuentro cosas interesantes, graciosas, aburridas y otras, he de decirlo, francamente repulsivas.
Encuentro a un bloguita que se hace llamar nómada, loco, noctámbulo y soñador, creo que de Tamaulipas, que dedica el 10 de mayo a hablar de las perfidias que le hizo su madre durante su infancia y adolescencia.
Vaya, después de leerlo yo acabé odiando a su madre. Hija de puta ¿cómo no la mató? Lo increíble es que el bloguita en cuestión asegura que no le guarda rencor.
Me doy cuenta entonces de que importancia le da la gente al 10 de mayo y tal vez me consideren un desalmado por el hecho de que yo nunca he llamado a mi madre en ese día ni la he felicitado. Y vaya que quiero mucho a mi madre y puedo afirmar haber tenido una infancia feliz gracias a ella, pero creo que comprende cuanto odio que un sistema comercial decida cuando debo felicitarla. Ya lo dije, el 10 de mayo no es el Día de la Madre, es el Día del Complejo de Edipo.
También leí el blog de un tipo, creo que de Mexicali, que es el superlativo de la mariconéz y la pedantería. El individuo en cuestión se autodefine como el escritor más buenote de Baja California y muestra una foto suya al más puro estilo de la Juanga. Quiero pensar que lo escribe cagado de la risa como un ejercicio de humor para hacerse intencionalmente repulsivo, pero si lo hace en serio, txale, entonces sí que estamos ante un caso grave de onanismos mentales compulsivos.