Eterno Retorno

Friday, September 19, 2025

Nacido en el Año del Tigre

 


 

Colegas: les presento al nuevo integrante de la familia, un cachorro Tigre. Es mi libro número quince y tiene esencia de Domingo Siete, porque brotó sin demasiada planeación. La primera parte de esta historia la tenía guardada en la incubadora desde hace doce años sin planes serios de publicación, pues nunca la puse a concursar ni se la mandé a un editor. La segunda parte la escribí este verano y la concluí el 24 de julio. Gracias a @librofutbol por la confianza.

¿De qué se trata Nacido en el Año del Tigre? Bueno, de entrada debo aclarar que es el libro más descaradamente autobiográfico que he publicado hasta ahora. Yo jamás había contado mi vida como tal y aquí te la cuento, pero es mi historia como aficionado Tigre y la manera en que este patológico aferre ha marcado mi camino existencial.

Nací en el Año chino del Tigre, pocas semanas antes del ascenso de este club a la primera división y de una forma u otra, el destino de este equipo ha estado ligado al mío. Tigres forjó mi educación sentimental.  Tal vez a ti te parezca que la afición a un equipo de futbol es lo más pueril y vulgar del mundo y precisamente aquí en este libro medito sobre ello, pues mi pasión Tigre es mi absurdo favorito. Un absurdo absoluto que me tomo demasiado en serio. Cuando hablo de religión, política, literatura o música puedo llegar a ser tolerante y flexible, pero cuando se trata se Tigres soy una suerte de talibán. Aquí no hay medias tintas. Es lo más parecido a una religión en mi vida. Durante muchos años acudí cada sábado al estadio y fueron precisamente las peores épocas del equipo, con descenso y ascenso incluido. Como aficionado presencial fueron muchos más los sinsabores e hice un doctorado en polvo mordido. La época de oro irrumpió cuando yo ya vivía lejos de Monterrey y coincidió con mi propia época dorada.

También el proceso de publicación y distribución es algo totalmente nuevo para mí. Nacido en el Año del Tigre es editado por Libro Futbol, una editorial argentina especializada en libros futboleros. Sin duda los has visto en las ferias de Guadalajara o Monterrey. Su lema es Al gol se llega leyendo. Para ellos también es algo nuevo publicar un libro como este. Vaya, sus publicaciones son generalmente biografías de jugadores o entrenadores, historias de equipos o torneos célebres o textos sobre sistemas tácticos y métodos de entrenamiento. Una editorial 100% futbolera esquema impresión a demanda que ahora apuesta por algo de narrativa. El libro ya se puede comprar en su página  https://www.librofutbol.com/product-page/nacido-en-el-a%C3%B1o-del-tigre   y estará disponible en  su versión impresa en la próxima Feria del Libro de Monterrey (es muy posible que yo esté ahí para presentarlo, ya les confirmaré detalles). Tiempo de dejar zarpar a este cachorro. Amarillo y azul sus colores, como el cielo y el sol por las tardes.

Tuesday, September 16, 2025

Rest in Power Tompa

 


Históricamente, el Death Metal sueco se divide en dos fundacionales escenas: Los rudos de Estocolmo y los técnicos de Gotemburgo. Sus caminos bifurcaron en decenas o cientos de bandas, pero si a mí me pides que elija dos álbumes que definen y encarnan la esencia del metal extremo en ese país, yo no tengo duda: Left Hand Path de Entombed por el lado de los rudos y Slaughter of the Soul  de At The Gates por el lado de los técnicos. Para mí están entre las mejores obras metaleras de todos los tiempos. Hace cuatro años murió Lars Göran Petrov, cantante de Entombed y esta madrugada ha muerto Thomas Lindberg, fundador, vocalista y cerebro creativo de At the Gates.

El Slaughter of the Soul es uno de los mejores álbumes de metal extremo de todos los canijos tiempos pasados y futuros (para algunos es el Reign in Blood escandinavo). Todo el sonido Göteborg, llámese Dark Tranquillity, In Flames, Soilwork,  amamanta de esa obra. Por lo que a mí respecta, el Matadero del Alma me voló la cabeza hace exactamente tres décadas y desde entonces no he parado de escucharlo. Brutalidad técnica, néctar de pulcrísima rabia. Una puta obra maestra.

El 16 de febrero de 2016 vi por única vez en mi vida a At The Gates. Me lancé solo y alma a verlos al House of Blues de San Diego (increíblemente el Octa no me acompañó aquella vez). Partieron plaza los suecos The Haunted, luego los polacos Decapitated y cerró la velada At The Gates, que presentaba su entonces nuevo álbum At war with reality. Además del descomunal concierto, recordaré siempre ese día por un par de detalles: antes de irme a San Diego, recibí la llamada del Fondo Editorial del Estado de México para decirme que mi ensayo Bajo la luz de una estrella muerta acababa de ganar el Premio Sor Juana y estando ya en la tocada, vi en la pantalla de mi celular la noticia de la muerte de Umberto Eco.

Hoy despierto con la noticia del adiós de Thomas Lindberg. Un carcinoma adenoide quístico lo mató. Tenía 52 años. Pocos saben que además de músico, Lindberg fue toda su vida profesor de secundaria y preparatoria, donde impartía la materia de estudios sociales. Era un tipo muy culto (no cualquiera pone en un disco de death sueco un intro en español del Informe sobre ciegos de Sábato).

Hace 25 días murió Brent Hinds de Mastodon y ahora Lindberg, ambos de mi setentera generación. Los metaleros nos estamos quedando huérfanos. Obvia decir que lo procedente en este 16 de septiembre, es hacer reventar las nuevas bocinas con el Matadero del Alma



Monday, September 15, 2025

La única iglesia que ilumina es la que arde


 

La única iglesia que ilumina es la que arde. La frase del anarquista ruso Piotr Kropotkin está tatuada en mi alma y refleja la esencia más pura de mi sentir.

Si hay un tema que a lo largo de la vida me ha traído problemas, rechazos y polémicas, es mi posición frente a la religión. A veces trato de moderarlo, de mejor no tocar el asunto para no herir sensibilidades, pero al final siempre acaba brotando como lava en erupción. Lo siento, pero no puedo negar ni silenciar a la cruz invertida de mi atea parroquia. Es entonces cuando la gente empieza a sacar conjeturas sobre mis traumas, mis complejos o lo horrible o disoluta que debe ser mi vida. Siento decepcionarlos, pero mi cotidiana existencia es exactamente como les gusta a los cristianos. Es más, creo que se pasa de tranquilita y pacífica. Al menos por mis actos no pueden reprocharme nada. Lo único que me reprochan son mis (no) creencias. A ver: soy un padre de familia heterosexual y monógamo que suma 26 años felizmente casado. Nadie abusó de mí o me violó de niño, nadie me impuso la religión a chicotazos y tampoco he tenido confusiones o dudas sobre mi sexualidad. Llevo una vida heterosexual y monógama porque es la vida que me gusta vivir y así he sido inmensamente feliz. Si yo fuera homosexual viviría mi homosexualidad a plenitud y tendría una familia “alternativa” sin complejo ni inhibición alguna pero no es el caso. Sucede simplemente que desde mi adolescencia descubrí que dios es una patraña, pero no solo eso: es una patraña que le hace muchísimo daño al mundo.
El universo sería bello si las creencias religiosas se limitaran a la esfera personalísima e íntima, pero por desgracia siguen condicionando la política e influyendo negativamente en la vida de millones de personas. Lo veo y lo compruebo todos los días, cada vez con mayor preocupación por el desparpajo e impunidad con la que sucede.
A menudo me han preguntado si soy de izquierda o de derecha y me han acusado por igual de ser ultra de las dos. Mi repuesta es que mi primera convicción, la más firme de todas (aparte de ser aficionado Tigre) es el ateísmo y la antireligión. El laicismo a ultranza.
Cuando a los 16 años me proclamé ateo, muchos lo atribuyeron a una rebeldía adolescente, a mis ganas de asustar o provocar. Un exabrupto pasajero motivado por el Black Metal que se me pasaría al llegar a la edad adulta y adoptar por conveniencia o comodidad un cristianismo pachorro y simplón como el que viven millones de personas.
Siento decepcionarlos, pero ya pasé el medio siglo de vida y la flama antireligiosa sigue ardiendo en mi alma. De hecho, a veces me reprocho ser tan tibio y no practicar el activismo deicida.
Si yo fuera presidente (como dice la rolita de juguemos a cantar) tendría una agenda bastante agresiva contra las iglesias y aplicaría un laicismo radical a rajatabla. Ya les iré platicando en subsecuentes intervenciones mi propuesta legislativa al respecto (realmente estoy pensando en mandar una iniciativa al Congreso).
Pero aunque les parezca una aberrante contradicción, me confieso un deicida profundamente místico al que le gusta rezar y sobre todo agradecer. Siempre agradecer.