El aquelarre trae consigo la taquicardia, el sudor frío y esa sensación de desmayo que cada cierto tiempo lo toma por asalto. Entre su vista nublada distingue a Eméritus paseándose por su púlpito y las sexy hermanas de la caridad, con sus hábitos de monjitas cachondas, repartiendo la comunión entre los afortunados que están pegados al escenario. ¿Serían así las ceremonias de brujas en los bosques medievales? ¿La posesión de un demonio es algo remotamente parecido a esto?
En cualquier caso, dentro del cuerpo de Ghoul hay otras presencias. Ya no se trata nada más de las subidas y bajadas del azúcar y los conatos de desmayo, sino el bicho mutante que ha irrumpido en su organismo por alguno de los orificios, (nasales, bucales u oculares, qué más da). No es una manifestación etérea u ontológica, pues aunque solo puede ser observado en microscopio, tiene una presencia física en la Tierra y ocupa un sitio. Existe y al igual que los íncubos y súcubos, vampiriza y se alimenta de ti. No es un animal o una planta. Llamémosle simplemente criatura, agente infeccioso microscópico acelular, un poliedro casi perfecto a quien dibujarán de color verde y que será capaz de paralizar al mundo moderno como nadie lo había hecho. ¿Alguien puede explicarlos? No, pero él ya está dentro de ti y acaso dentro de muchos de los que te rodean en este remedo de pagana ceremonia. Esta noche aún no se habla tanto de él. Es una enfermedad inventada por los chinos que está matando gente en Italia y que dicen, llegará irremediablemente a México, aunque pronto sin duda pasará de moda. Es un rumor, un invento del capitalismo mundial, un distractor. ¿Conoces alguien que se haya muerto de esa cosa? No. Aquí en el país nadie ha muerto todavía. Ghoul será el primero, pero esa noche ni siquiera lo intuye.
Sunday, August 02, 2020
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