Bitácora pandémica-
1- -Por casi 18 años hemos habitado en un fraccionamiento ubicado en medio de la carretera Escénica Tijuana-Ensenada, lo cual significa que hemos sido cautivos desangrados por su caseta de cobro. Con todo y la tarjeta Iave, si me doy a la tarea de sumar lo que hemos pagado en casi dos décadas el resultado son decenas o cientos de miles de pesos. Baja California para los bajacalifornianos. Por supuesto, apoyo que los residentes de la carretera quedemos exentos de esa injusta alcabala, aunque los que hoy se manifiestan tan ferozmente ni siquiera viven por estos rumbos. Periodísticamente hablando, solo puedo decir que la estrategia del gobernador Bonilla es sui generis por no decir francamente desconcertante.
2- Mi furtiva palabrería suele brotar mojada en whisky, pero en esta cuarentena (que ya es centena y media) he optado descaradamente por el vodka, una bebida con personalidad de mosquita muerta y una mentirosa esencia de “aquí no pasa nada” (aunque al final acabe pasando). Cierto, como bebedor he sido un casquivano durante esta contingencia pandémica. Días de vodka cuarentenero se llamará el próximo libro.
3- El venado retorna a su abrevadero y yo retorno a Librería El Día cuatro meses después (sin duda el mayor periodo de mi vida entera que he pasado sin visitar una librería). Me emociona verlos resistir en la trinchera, darme cuenta que los lectores no bajan la guardia y los visitan. La estrella no está muerta y su luz destella. Hunter Thompson, Villoro, Manguel y Chirbes fue la pepena. Aguante El Día.
4- En las florerías de la calle Quinta sobran coronas de muerto, pero aún aparecemos de vez en cuando algunos errantes que vamos por ahí a pepenar flor primaveral para alegrar el recinto (antes de que escriban nuestro nombre en la corona de difunto). Los jinetes del Apocalipsis pueden cabalgarnos encima, pero les juro que nunca faltaran en nuestra casa el vino, las flores y los libros.
5- Tampoco falta la buena mesa. Chef Carol simplemente no para: pollo a la parmesana, pizza al horno con masa madre, de lengua me como un taco y nuestro asador eternamente encendido. ¿Dieta? Carajo, no invoquen malos espíritus.
6- Cuatro meses después es fecha que no acabo de engancharme con Nuestra parte de noche de Mariana Enríquez. Tiene pasajes con esencia de El Santo contra las momias de Guanajuato y sesiones espiritistas de la Bruja del 71 (pero bueno, no he llegado siquiera a la mitad y aún quiero creer que va a mejorar). Por ahora pienso que es mucho mejor cuentista que novelista. Leo (o releo) Houellebecq, Luis Humberto Crosthwaite, Diego Ameixeiras, Nayar Luna y las mansonianas chicas de Emma Cline.
7- Escribo más a mano que en el teclado.
8- ¿Quieren que hable de política nacional? Ya les dije: tooodo lo que pienso está resumido en la última frase del libro Nocturno de Chile de Roberto Bolaño.
Friday, July 10, 2020
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