)- Aunque a priori podría decirte que no me siento cómodo con las etiquetas (por ejemplo, jamás me ha gustado ser encasillado a la fuerza en el saco del noir o de la narcoliteratura) la realidad es que en cuanto a la etiqueta geográfica simplemente no puedo negar la cruz de mi parroquia. El lugar donde vivo ha sido determinante en mi trabajo. Creo que más de tres cuartas partes de las historias de ficción que he publicado hasta fecha y tres de los libros ensayísticos o periodísticos tienen como escenario o tema la frontera bajacaliforniana o personajes relacionados con ella. Claro, tengo algunos cuentos cuya trama transcurre en lugares remotos que nunca he visitado, como Kazajistán o los Balcanes, pero esencialmente mi territorio narrativo es Baja California. Vaya, creo que si no hubiera sido reportero en las calles de Tijuana, yo sería un escritor muy distinto o acaso ni siquiera sería escritor. El entorno social y geográfico ha sido determinante en temas y personajes. Sí, soy norteño y aunque no soy quién para hablar a nombre de mi generación, creo que sigue habiendo una fuerte carga regionalista en mucha de la narrativa de ficción que se escribe por estos rumbos y no solamente me refiero a libros publicados. Por ejemplo, me ha tocado varias veces ser jurado en el Concurso del Libro Sonorense, en el premio Frontera de Palabras o el premio de cuento La Paz y las tramas de la mayoría de los participantes (la mayoría de ellos jóvenes) tienen al Norte como escenario y a su jerga como lenguaje dominante.
Saturday, July 25, 2020
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